“Ganar Iowa no garantiza nada, pero perderlo por hacerlo mal derriba al candidato”
Entrevista a David P. Redlawsk, investigador en la Universidad Drake de Des Moines
Iowa, en el Medio Oeste de Estados Unidos, celebra el próximo 1 de febrero sus caucus, las votaciones en pequeñas agrupaciones para escoger al candidato demócrata y republicano que se presentará a las elecciones presidenciales de noviembre. Es el Estado que inaugura el proceso de selección de candidatos. Durante unas semanas, esta zona mayoritariamente rural y conservadora se convierte en el epicentro político y mediático de EE UU.
Iowa celebra caucus desde antes de convertirse en Estado en 1846. Pero su mitología arranca en 1972 cuando, por razones administrativas de calendario, se convirtió en el primer Estado en escoger candidatos.
David P. Redlawsk, doctor en Ciencias Políticas y actualmente investigador en la Universidad Drake de Des Moines, ha estudiado a fondo el fenómeno de los caucus y su enorme influencia en la carrera electoral. En 2011, publicó, junto a otros dos expertos, el libro Why Iowa? How Caucuses and Sequential Elections Improve the Presidential Nominating Process [¿Por qué Iowa? Cómo los caucus y las elecciones secuenciales mejoran el proceso de nominación presidencial].
Pregunta: En el libro sostienen que las expectativas son el elemento clave en Iowa.
Respuesta: Ganar es algo bueno. Obtendrás atención mediática si ganas. Otra cosa muy buena es superar las expectativas. Mientras nos acercamos al día de los caucus, habrá una serie de expectativas propiciadas por factores como los sondeos, la atención mediática, la recaudación de fondos que hagan los candidatos.
Así, que los medios de comunicación tendrán expectativas sobre quién va a ganar y perder. Si cumples las expectativas está bien. Pero lo que realmente logra la atención mediática, es hacerlo mejor de lo esperado. Nuestro libro evidencia que los candidatos que superan sus expectativas cosechan mayor atención mediática tras los caucus.
Esa atención mediática lleva a hacerlo mejor en New Hampshire [el segundo Estado tras Iowa que escoge al candidato de cada partido] y las primarias siguientes. No significa ganar, simplemente significa que la atención mediática tras Iowa [conlleva la] predicción de que lo harás mejor de lo que lo habrías hecho sin [esa mayor atención].
P: Sin embargo, hay casos, como el de John McCain en 2008, de candidatos que apenas se involucraron en Iowa pero acabaron logrando la nominación del partido.
R: McCain no prestó mucha atención a Iowa hasta muy al final. Es un argumento absolutamente correcto, no puso el foco en Iowa como otros sí hicieron. Así que ganar Iowa no garantiza nada, pese a que se considera que en el caso de Barack Obama [en 2008] haber ganado Iowa lo propulsó a la primera posición. Pero si perder Iowa supone hacerlo peor de lo esperado, eso básicamente acaba con las opciones de un candidato. Un ejemplo es [el demócrata] Howard Dean en 2004. Se esperaba que ganara, pero acabó tercero. Fue catalogado como un perdedor y básicamente fue su final.
P: Así que si un candidato no espera un gran resultado, eso es aceptable.
R: Históricamente, salvo algunas excepciones como McCain, ignorar completamente Iowa tampoco funciona. La sensación es que tienes que competir en Iowa, pero no quieres que tus expectativas estén demasiado arriba de tal modo que no puedas superarlas.
P: El refrán sostiene que hay tres billetes a Iowa: el de primera clase, turista y lista de espera. ¿Tan importante es ser uno de los tres candidatos más votados?
R: Creo que eso es mayoritariamente cierto, pero por supuesto depende de cómo de grande es el terreno. Si hay 11 candidatos, como los republicanos, creo que probablemente tienes que estar entre los cuatro o cinco primeros. En el caso de los demócratas, solo son tres y Martin O'Malley, a juzgar por los sondeos, está acabado.
P: ¿Qué opina de la crítica habitual de que, al ser el primer Estado en votar, Iowa recibe demasiada atención y no es un Estado representativo de Estados Unidos?
R: Creo que el argumento más importante es que ningún Estado representa al país, tampoco los grandes Estados. Este es un país muy diverso y grande. Iowa recibe una sobreatención pero la recibe porque es el primer Estado en un sistema cronológico. Si otro Estado fuera el primero, recibiría esa atención.
Creo que la manera de verlo es que tenemos un sistema cronológico en el que alguien tiene que ser el primero; pero si agrupas a Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur [los cuatro primeros Estados en votar] descubres que, combinados, representan razonablemente bien a los dos partidos. Iowa es mayoritariamente blanco, en Carolina del Sur la mitad de los votantes demócratas serán negros, Nevada tiene una significativa población hispana. Creo que es mejor mirar al proceso como conjunto.
P: En el libro también defienden las ventajas del sistema de caucus.
R: Creo que la ventaja clave es que es el único momento en la política estadounidense en que la gente se junta para hablar de política. Hablan con los candidatos y entre ellos como un grupo que está deliberando una decisión. En este sentido, creo que es el tipo de democracia efectiva que frecuentemente deseamos tener. El otro elemento clave es que los votantes de caucus prestan mucha más atención que el votante convencional. Los candidatos tienen que responder [a esa realidad], los candidatos están forzados a celebrar eventos en los que tienen que interactuar con el votante medio. Eso no es algo que hagan mucho los candidatos presidenciales. La mayor parte de su campaña serán [apariciones] en televisión o grandes discursos.
P: En los meses previos a los caucus, Iowa se convierte en un gran laboratorio político en que es esencial movilizar a los posibles votantes.
R: Creo que eso es importante. Viniendo a Iowa, los candidatos aprenden a gestionar y organizar una campaña. Los candidatos que no son capaces de hacerlo, fracasan. Los candidatos que son capaces de construir una estructura, lo cual es indicativo de cierto talento administrativo, tienen muchas más opciones de hacerlo bien.
P: Y todo este esfuerzo cuando solo el 6% de los votantes potenciales acude a los caucus.
R: Que sea una cifra baja es tremendamente positivo. Los candidatos pueden literalmente estrechar las manos de todas las personas que podrían votar, mantiene a los candidatos con los pies en el suelo, los lleva a prestar atención a los votantes. Las preguntas que hace la población de Iowa no son locales. Son todas las grandes preguntas que se hacen los estadounidenses, como terrorismo, política de refugiados o economía. El estereotipo es que todo versa sobre agricultura pero no oyes tantas preguntas sobre ello.
P: Y ese votante puede decidirse en el último momento.
R: Para participar tienes que ser un votante elegible [ser mayor de edad] y estar registrado en un partido, pero eso se puede hacer esa misma noche de los caucus.
P: ¿Existe un sistema similar a los caucus en otros Estados?
R: La mayoría de Estados tienen un sistema de primarias. En alguna agrupación de barrios existe una versión de caucus, pero no reciben la atención que recibe Iowa al no ser el primero.
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