Manuel Valls: “El Frente Nacional puede llevar a la guerra civil”
El primer ministro francés hace un nuevo llamamiento para frenar al partido ultraderechista
El primer ministro Manuel Valls representa en Francia la línea más dura contra el Frente Nacional (FN). Este viernes elevó el tono en su llamamiento a frenar al partido ultraderechista de Marine Le Pen. “Es un partido que quiere salir de la Unión Europea, del euro, de la política agrícola común. Nos quiere llevar a la ruina”, dijo. “Es un partido que quiere enfrentar a los unos contra los otros. La división y la estigmatización nos lleva a la guerra civil”. Tal advertencia se produce en vísperas de la segunda vuelta de las elecciones regionales que se celebra este domingo. En la primera vuelta, el domingo pasado, el FN fue el partido más votado.
Valls ha optado por una estrategia dura e inflexible contra el Frente Nacional, el partido hoy preferido de los jóvenes y los obreros. Fue el más votado el domingo pasado con el 27,73% de los votos a nivel nacional y ganó en seis de las 13 regiones metropolitanas del país. Para Valls, el FN es la anarquía y hay que explicárselo a los que le votan. “Respeto a los franceses que hacen esa elección porque es un voto de cólera. Pero hay que advertirles de que están votando por un partido antisemita, racista, que no ama la República y que miente a los franceses”, añadió.
El primer ministro ha hecho estas declaraciones en un acto de campaña del candidato socialista a la región de Isla de Francia, Claude Bartolone, en Sainte-Geneviève-des-Bois. Su advertencia se inscribe en su dura ofensiva contra el partido de Le Pen. Valls ha sido el primer jefe del Ejecutivo francés en ejercicio que ha pedido directamente el voto para la oposición de centro derecha con tal de que el FN no se alce mañana con la victoria en las regiones en las que ha obtenido los resultados más espectaculares: 40,64% de los votos en Paso Norte de Calais-Picardía, 40,55% en Provenza-Alpes-Costa Azul, 36,06% en el Gran Este (Alsacia-Champaña-Ardenas-Lorena).
En las dos primeras regiones, además, el Partido Socialista ha retirado sus listas para que el voto se concentre en el centro derecha, dejando sin opciones de gobernar al FN. Es un sacrificio que aboca al PS a no obtener un solo consejero en tales zonas.
Los Republicanos, el partido conservador, no ha retirado ninguna lista para la segunda vuelta y su jefe de filas, Nicolas Sarkozy, ha declarado que “votar al FN no es inmoral”. El cabeza de lista del partido en Norte Paso de Calais-Picardía, Xavier Bertrand, le ha pedido públicamente que se calle. En una entrevista publicada este viernes en Le Figaro, Sarkozy pide a los votantes del FN que no lo sigan haciendo porque “ello reforzaría las opciones del Partido Socialista”. Más adelante, eso sí, señala: “El FN en nuestras regiones traería el desorden”.
Derrota de Le Pen
El lenguaje del PS es tradicionalmente mucho más duro. En marzo pasado, en declaraciones a EL PAÍS, el secretario de Estado de relaciones con el Parlamento, Jean-Marie Le Guen, autor de un informe sobre el partido ultraderechista, decía: “El triunfo del FN enfrena a unos franceses contra otros. Sería una catástrofe sin parangón. Un fracaso histórico”.
La estrategia de los socialistas, liderada por Valls, busca obstaculizar el triunfo del FN en la segunda vuelta de las regionales de este sábado. La concentración del voto en las listas del centro derecha, favorecida en dos regiones por la incomparecencia socialista, y la concentración del voto de la izquierda, una vez unificadas en muchas zonas las listas de los socialistas con los verdes y la izquierda radical, dificulta el triunfo de la ultraderecha, que no cuenta con aliados para revalidarlo.
Todos los sondeos apuntan a que el FN podría quedar derrotado, aunque por la mínima, en Paso Norte de Calais-Picardía, donde la cabeza de lista es Marine Le Pen, o en Provenza-Alpes-Costa Azul, donde la líder es su sobrina Marion Maréchal-Le Pen. El cabeza de lista socialista en la región del Gran Este, Jean-Pierre Masseret, ha desoído la orden de Valls y se ha negado a retirar su lista. Ello aumenta las posibilidades de la ultraderecha. El primer ministro ha pedido el voto para el rival, Philippe Richert, de Los Republicanos.
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