Hungría cierra otra frontera y fuerza a los refugiados a buscar nuevas rutas
El Gobierno de Viktor Orbán inició los controles fronterizos en septiembre con Serbia
Hungría ha anunciado este sábado que reinstalará temporalmente los controles en sus fronteras con Eslovenia —ambos parte del espacio de libre circulación de Schengen— para tratar de frenar la llegada de los refugiados que cruzan desde ese país. Esta decisión llega un día después de que las autoridades húngaras decidieran cerrar los pasos con Croacia. Además, desde septiembre las entradas desde Serbia están suspendidas. Esta nueva medida del Gobierno conservador de Viktor Orbán para evitar el paso de peticionarios de asilo supone otro blindaje más de sus fronteras, en las que han instalado vallas de alambre en los lindes con Croacia y Serbia.
El Gobierno de Orbán asegura que el nuevo cerco a su territorio se debe a que Eslovenia transportaba a los refugiados que llegaban a ese país hasta sus lindes. Con controles fronterizos cada vez más duros, los refugiados de los conflictos de Siria, Afganistán, Irak o Eritrea que tratan de llegar a la Unión Europea a través de la llamada ruta balcánica, han ido variando sus caminos. En los últimos tiempos, el viaje, que pasa por Turquía, Grecia, Macedonia y Serbia, para cruzar a Hungría y desde allí seguir hacia Alemania o Austria, se había ido desviando hacia Croacia y Eslovenia.
El Gobierno esloveno decidió el viernes suspender el tráfico ferroviario de pasajeros con Croacia, en previsión de que la medida de Hungría forzase un nuevo desvío de la ruta migratoria hacia su territorio, desde donde los peticionarios de asilo también pueden alcanzar Austria, uno de los países elegidos por los exiliados para llegar a Alemania —por su mayor bonanza económica, uno de los destinos más comunes de los refugiados—. Este domingo, el Ejecutivo del centrista Miro Cerar ha anunciado además que desplegará al Ejército en la zona para dar “asistencia logística” a los migrantes.
El papel del ejército esloveno, aclaró el Gobierno, será el de dar asistencia logística, con camiones y helicópteros, y técnica. “Los soldados no tendrán competencias policiales”, dijo un portavoz del Ministerio del Interior.
El secretario de Estado de Interior esloveno, Bostjan Stevic, advirtió de que su país (dos millones de habitantes) no admitirá a más de 2.500 refugiados por día y dejó claro que el número de entradas dependerá de a qué ritmo los migrantes siguen su ruta. El plan esloveno es acoger a los peticionarios de asilo, registrarlos en los controles fronterizos y después transportarlos hacia la frontera con Austria a un ritmo de entre 150 y 200 cada dos horas.
La agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) ha declarado que el dispositivo que ha instalado Eslovenia está funcionando bien. “A diferencia de otros países, Eslovenia ha tenido más tiempo para prepararse”, declaró a AFP la portavoz de ACNUR en la zona, Caroline van Buren.
Desde que se reforzaron los controles fronterizos en septiembre, uno de los momentos álgidos de la actual crisis migratoria, han entrado en Eslovenia unos 3.500 peticionarios de asilo. El Gobierno esloveno afirma que puede manejar hasta a 8.000 en su camino hacia Austria.
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