Acusado un coronel salvadoreño de vender explosivos y armas
Las municiones iban a ser vendidas a un grupo que pandilleros que planeaban el asesinato del fiscal general de El Salvador
Un coronel retirado de la Fuerza Armada Salvadoreña (FAES), Roberto Pineda Guerra, ha sido acusado de graves delitos, el peor de ellos: vender explosivo plástico C-4, para uso militar, a las pandillas de esta pequeña y convulsionada nación de Centroamérica, una de las más peligrosas y violentas del mundo, según Naciones Unidas (ONU).
El alto oficial retirado, quien durante la pasada guerra civil fue uno de los jefes de la inteligencia militar y director de la desaparecida y temible Policía de Hacienda (PH), fue capturado el jueves, junto a su hijo menor. Los domicilios de ambos, contiguos el uno del otro y en una colonia residencial de San Salvador, fueron allanados por la policía, donde se decomisó un importante arsenal de armas de guerra y uniformes, que según los investigadores iban a ser vendidos a los pandilleros.
La acusación contra el reconocido oficial no la hizo cualquiera, sino el mismo fiscal general Luis Martínez, quien aseguró que el arsenal de armas de guerra, incautado a Pineda Guerra y a su hijo Raymundo Pineda Rodríguez, “está relacionado con la investigación de tres supuestos pandilleros a quienes se les decomisó explosivo plástico C-4, y quienes están procesados”, por presuntamente tener planes de atentar contra la vida del fiscal.
En El Salvador en lo que va de 2015, casi se han duplicado los homicidios
“Conforme a la investigación fiscal, estas personas vendieron explosivo C-4, los cuales hemos recuperado en posesión de pandilleros terroristas”, apuntó el titular de la entidad investigadora, Luis Martínez, quien recordó que ya existe un proceso judicial contra José Fabricio Aguirre Panameño, José Alejandro Pérez González y Francisco Antonio Pérez, enviados a prisión el pasado 29 de agosto por los delitos de terrorismo y por los supuestos planes de atentados en contra del fiscal general, así como contra otras instituciones.
Martínez reveló también que las armas incautadas son propiedad de la FAES, así como el explosivo decomisado a los pandilleros; en las investigaciones colaboran agentes de Agencia Federal del Tabaco, Alcohol, Armas y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Durante este año los pandilleros o maras atacaron, desde vehículos en marcha, al menos tres puestos policiales. El mes pasado también se produjo un ataque con una granada contra una cafetería de un lujoso hotel de San Salvador. Asimismo, hace una semana se localizó y se desactivó un “cochebomba” que fue abandonado en las inmediaciones del Ministerio de Justicia y Seguridad; las autoridades confirmaron que tal vehículo tenía explosivo plástico C-4.
En El Salvador en lo que va de 2015, casi se han duplicado los homicidios, de tal manera que entre enero y agosto de 2014 se registraron 2.537, mientras que en el mismo periodo de 2015, se han cometido 4.246. Sólo en agosto pasado se cometieron 911 asesinatos, la mayoría de ellos producto de pugnas entre las maras y por enfrentamientos entra las pandillas y la policía.
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