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El Estado Islámico secuestra a decenas de cristianos en el centro de Siria

Los yihadistas capturan a 230 civiles, a los que acusan de colaborar con El Asad

Juan Carlos Sanz
Imagen de una Web yihadista con un tanque del Ejército sirio capturado en Al Quariatain.
Imagen de una Web yihadista con un tanque del Ejército sirio capturado en Al Quariatain. AP

Las milicias del Estado Islámico (EI) han secuestrado a más de 230 civiles, entre los que figuran unos 170 musulmanes suníes y más de 60 cristianos asirios, tras haber conquistado el miércoles la ciudad de Al Quariatain, en el centro de Siria. Esta población, situada en la estratégica carretera que enlaza las posiciones del Califato en la histórica ciudad de Palmira con las que mantiene en la frontera de Líbano, era uno de los símbolos de la coexistencia entre religiones en el país árabe.

El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos aseguró el viernes que los yihadistas acusaron a los rehenes de colaborar con el régimen de Bachar el Asad. Un portavoz de esta ONG basada en Reino Unido detalló que entre los secuestrados hay 11 familias enteras, además de 45 mujeres y 19 niños. Varios de ellos fueron capturados cuando se habían refugiado en una iglesia de la localidad tras la entrada de las milicias del EI en la noche del miércoles al jueves-

Al Quariatain, situada en la provincia de Homs, contaba hace cuatro años con unos 20.000 habitantes al inicio de la guerra civil en Siria, de los que una décima parte eran cristianos ortodoxos asirios, aunque la mayoría de ellos había huido  y solo quedaban en la localidad unos 180 cristianos antes la ofensiva del Estado Islámico contra el Ejército leal a Damasco. Un portavoz del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos aseguró que los yihadistas registraron la ciudad casa por casa en busca de las personas que figuraban en una lista preparada de antemano de supuestos colaboracionistas con el régimen. El EI califica a los cristianos de “infieles que no pueden rendir pleitesía al Califato”.

El obispo Matta al Jury, secretario patriarcal de los asirios ortodoxos en Damasco, declaró a la agencia France Presse que era aún muy difícil poder comunicarse con la comunidad cristiana de Al Quariatain. “Nos consta que los yihadistas impidieron que los habitantes de la ciudad pudieran huir”, aseguró el prelado, “ya que pretendían usarlos como escudos humanos frente al Ejército”. Al Jury informó también de que centenares de cristianos de las aldeas próximas a la zona han abandonado sus casas ante el avance de las fuerzas del Califato.

Una tradición local sostiene que los cristianos decidieron tras la llegada del islam en el siglo VII que la mitad de los miembros cada familia se convirtiera a la fe musulmana para proteger al resto de sus parientes. En Al Quariatain es común que familias cristianas y musulmanas compartan el mismo apellido. Leyenda bienintencionada o realidad histórica, lo cierto es que más de 700 musulmanes procedentes de Homs hallaron refugio hace dos años en el monasterio católico asirio de Mar Elian, el principal centro religioso cristiano de la localidad, según testimonios recogidos por France Presse.

El pasado mes de mayo, tras la caída de la monumental Palmira, declarada patrimonio de la Humanidad por la Unesco, un grupo de hombres enmascarados secuestró al clérigo Jacques Mourad, abad del monasterio de Mar Elian en Al Quariatain. El sacerdote jesuita Paolo Dall´Oglio fue también capturado en la misma región en julio de 2013.

Las milicias yihadistas secuestraron durante el mes de febrero a unos 250 cristianos asirios, en su mayoría mujeres y niños, y a varios religiosos y sacerdotes en localidades del noreste del país durante la ofensiva de la guerrilla kurda siria contra el Califato con apoyo aéreo de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos.

Precisamente este viernes, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos elevó a 240.000 la cifra de muertos desde el estallido del conflicto interno en 2011.

Un culto ancestral en Arameo

Juan Carlos Sanz

En las frecuentes disputas sobre los horarios de culto entre las ramas del cristianismo que comparten la basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén –ortodoxos, católicos, armenios, coptos, etíopes y asirios— los últimos suelen esgrimir que, pese a representar a una de las comunidades más pequeñas, son los únicos que siguen rezando en la lengua que hablaba Jesucristo. Los asirios o siriacos fueron de uno de los primeros pueblos en convertirse al cristianismo en el siglo I. Su lengua deriva directamente del arameo, que era entonces uno de los principales idiomas en lo que hoy se conoce como Oriente Próximo.

Como al resto de los cristianos de la región, las revoluciones y las guerras han diezmado a la comunidad asiria --subdividida a su vez en ramas y ritos—, que tuvo se extendió hasta mediados del siglo XX en el norte de Irak, el sureste de Turquía y el noreste de Siria. El avance del yihadismo de Al Qaeda y el Estado Islámico amenaza en la actualidad con extinguir la presencia de la cruz en una región considerada cuna del cristianismo. Dos tercios de los 1,5 millones de cristianos sirios han abandonado su país y una cuarta parte de los dos millones de cristianos sirios también ha marchado hacia el exilio.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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