Obligado a dimitir un sacerdote hecho director de unas ruinas en Crimea
Moscú interviene en el conflicto con arqueólogos del conjunto protegido
La cultura y la religión ortodoxa se han enfrentado en la anexionada península de Crimea. El conflicto se ha producido en el conjunto arqueológico del Quersoneso táurico, protegido por la Unesco como patrimonio cultural de la Humanidad y situado en las cercanías de Sebastopol cuando la plantilla en masa de la institución se rebeló contra el sacerdote ortodoxo, sin formación cualificada, que el gobernador de Sebastopol, el almirante Serguei Meniailo, había nombrado para sustituir al anterior director, un arqueólogo, al que cesó de forma fulminante.
Los arqueólogos se dirigieron al presidente Vladímir Putin para que les devolviera su antiguo director y han conseguido este jueves que el ministro de Cultura de Rusia, Vladímir Medinski, acudiera a Crimea para mediar en el conflicto y que el sacerdote dimitiera.
El conjunto arqueológico del Quersoneso, de 259 hectáreas, es uno de los siete monumentos registrados por Ucrania en el patrimonio cultural de la humanidad de la Unesco, según la página de web de esta entidad, que constata la inscripción en 2013.
La importancia de Quersoneso es su riqueza en restos arqueológicos de distintos pueblos y la continuidad de los mismos a lo largo de casi dos milenios, desde el siglo cinco antes de Cristo, cuando fue fundado como colonia griega, hasta el siglo XIII de nuestra era. Quersoneso fue un centro de cultura bizantina y también el escenario donde, según la leyenda, abrazó el cristianismo el príncipe Vladímir, personaje medieval fallecido en 1015, que llevó la fe ortodoxa a los eslavos orientales.
Vladímir es hoy parte del problema, ya que su conversión al cristianismo ha pasado a ser el argumento ideológico preferido por Putin para afirmar el carácter “sagrado” de Crimea y justificar así (a posteriori) la anexión (“retorno”, en la terminología oficial rusa).
El 29 de julio el gobernador de Sebastopol presentó a la plantilla de Quersoneso al nuevo director del complejo arqueológico, Serguéi Jaliuta, vicario de Sebastopol y arcipreste de la basílica de San Vladímir (construida en el siglo XIX sobre las excavaciones) en sustitución del había cesado dos días antes, Andréi Kulaguin, nombrado el pasado febrero.
Las imágenes de la agitada discusión entre el gobernador y los trabajadores del museo fueron muy visitadas en el Internet ruso: En ellas, el gobernador afirmaba que no está “obligado a rendir cuentas de sus decisiones” y el colectivo le amenazó con dirigirse a Putin y le espetó: "Incluso Ucrania no se permitió lo que usted se permite”. La resistencia abierta opuesta por los arqueólogos de Quersoneso es rara en la Rusia actual. “Esa gente de Quersoneso conserva aún la libertad de expresión de Ucrania y no se da cuenta de que, en Rusia, desafiar a los dirigentes tiene consecuencias”, afirmaba una rusa con educación superior tras contemplar el vídeo.
En el complejo de Quersoneso, además del templo, hay un monasterio y otras instalaciones regentadas por la iglesia ortodoxa rusa, que ya intentó controlar las excavaciones cuando Víctor Yanukóvich era presidente de Ucrania. Los intereses eclesiásticos pasan por transformar Quersoneso en centro de peregrinación y culto. “El problema es que sólo les interesa el periodo cristiano de las excavaciones y que relegarán todos los demás”, señalaba una funcionaria de Quersoneso por teléfono.
Los intereses de la iglesia ortodoxa pasan por transformar Quersoneso en centro de peregrinación y culto
En medios próximos al museo temían que el nombramiento del sacerdote estuviera relacionado con motivos materiales, vinculadas con la especulación inmobiliaria que amenaza al complejo arqueológico desde hace muchos años. El permiso del director de complejo de Quersoneso es imprescindible para construir en algunas zonas protegidas de la península.
Aparentemente, el anterior director fue cesado por su actitud el día de la conmemoración de la muerte del príncipe Vladímir, cuando protestó vehementemente por las obras de embaldosado del suelo de la basílica que el arcipreste había efectuado sin consultar y entorpeciendo la posibilidad de nuevas excavaciones en el subsuelo. El padre Serguéi se formó como externo en cursos acelerados en dos seminarios (Odessa y Moscú). Tras el escándalo, Putin aceleró la subordinación del complejo de Quersoneso a la administración federal.
Las excavaciones en Quersoneso comenzaron en el siglo XIX durante el imperio ruso y su promotor, un aristócrata nacido en el territorio de la actual Bielorrusia, tuvo que habérselas ya entonces con dignatarios ortodoxos que desconfiaban de él y entorpecían su labor por ser católico y también tuvo que enfrentarse a los militares, que querían construir baterías y fortificaciones.
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