Israel arresta a un líder del terrorismo nacionalista judío
Los ultras podrán ser sometidos a “detención administrativa” de hasta medio año y renovable
Los servicios secretos de Israel arrestaron este lunes a uno de los principales sospechosos de terrorismo judío, Meir Ettinger. Era, de hecho, el número uno en la lista de sospechosos de violencia ultranacionalista, según medios israelíes. Fue detenido en Safed, en el norte del país, por sus presuntas actividades en una organización extremista, días después del ataque en Cisjordania en el que murió calcinado un bebé palestino y resultaron heridos graves sus familiares.
Ettinger es nieto de Meir Kahane, el rabino radical cuyo partido, Kaj, fue ilegalizado en Israel y que murió asesinado en Nueva York en 1990. Es, además, uno de los redactores de un documento que ha llevado a las fuerzas de seguridad a la conclusión de que existe una red ultra judía que se ha marcado como objetivo desestabilizar Israel para instaurar un régimen basado en la ley religiosa judía, la halajá.
Los extremistas han decidido ampliar sus objetivos y, más allá de atentar contra campesinos palestinos, se han convertido en una fuerza de choque contra el Ejército y la policía israelíes. Cada vez que éstos van a desalojar asentamientos levantados sin autorización en tierras palestinas se interponen para impedir el desalojo.
Estos insurgentes se habrían alejado de sus rabinos por considerarlos parte del sistema oficialista. Animados por el deseo de combatir a los infieles, entre sus objetivos se hallaría la mezquita de Al Aqsa, tercer lugar santo del islam después de Medina y La Meca. En la Explanada de las Mezquitas (Monte del Templo, para la tradición judía) aspiran a reconstruir el antiguo templo de Jerusalén, destruido por Roma en el año 70.
Prisión administrativa
Las autoridades podrán someter ahora a estos ultras a “detención administrativa” de hasta medio año y renovable, sólo por considerarlos peligrosos para la seguridad del país y sin necesidad de pasar por los tribunales. Esta medida hasta ahora se reservaba a los sospechosos palestinos, muchos de los cuales fueron encarcelados durante meses o años sin conocerse, en muchos casos, la acusación que pesaba sobre ellos. Según la ONG B’Tselem, había 391 detenidos sin juicio en mayo.
La decisión, aprobada el domingo por el gabinete de seguridad presidido por Benjamín Netanyahu, se produce tras el ataque en el que el viernes murió abrasado en Duma (Cisjordania) un bebé palestino y fueron gravemente heridos sus familiares. El ataque, presuntamente obra de colonos judíos extremistas, no ha sido reivindicado.
Los radicales, considerados en el pasado simples marginales, y ahora “terroristas judíos que avergüenzan a nuestra nación”, en palabras de Netanyahu, tienen entre 20 y 30 años e incluyen en sus células —muy tupidas e impenetrables— también a adolescentes de ambos sexos, generalmente hijos de colonos.
Las fuerzas de seguridad cifran el núcleo duro en unas decenas, con el centro de operaciones en las colonias más ideologizadas. Se ignora con precisión el número de estos ultras, pero sí se conoce a los rabinos ortodoxos y ultranacionalistas que les instruyen en seminarios y que, en ocasiones, les instan a rebelarse incluso contra sus mandos durante el servicio militar.
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