La política de seguridad hace descender los homicidios

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México ha informado de que en 2014 se registraron 19.669 homicidios en el país, una tasa de 16 por cada 100.000 habitantes a nivel nacional. La cifra presenta una ligera mejora comparada a los datos de 2013, cuando el año cerró con 23.063 asesinatos (19 por cada 100.000 habitantes). Los datos presentan una diminución constante desde los días más aciagos de la guerra contra el narcotráfico. En 2011, por ejemplo, el país había registrado 27.213 homicidios voluntarios (una tasa de 24), la más alta registrada nunca. Las cifras, aún preliminares, sirven como balón de oxígeno a la política de seguridad del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, marcada por violencia esporádica en Jalisco, Guerrero, Michoacán y Tamaulipas.

Guerrero es el Estado más violento de México. La entidad donde ocurrió la matanza de estudiantes de Iguala registró 1.719 asesinatos, una tasa de 48 por cada 100.000 habitantes. El número representa una disminución desde los 2.283 que había tenido en 2013 (65 por cada 100.000). Le sigue Chihuahua, un estado fronterizo que llegó a tener 6.400 asesinatos en 2010. El año pasado fueron 1.692 (una tasa de 46).

Guerrero es el Estado más violento de México, registró 1.719 asesinatos

Sinaloa y Tamaulipas siguen en la lista de entidades más violentas. Ambos Estados sufren una marcada presencia de poderosas organizaciones de la delincuencia organizada. Sinaloa, gobernada por una coalición del PAN (derecha) y PRD (izquierda), tuvo 1.129 homicidios (tasa de 38), una cifra similar a la de un año antes (1.120). Tamaulipas, gobernada por el PRI, sigue entre el fuego del Cártel del Golfo y Los Zetas, dos de las bandas de narcos más sanguinarias del país. El año pasado el Gobierno de Peña Nieto comenzó allí una ofensiva, lo que provocó que se dividieran en decenas de gavillas armadas. En 2014 se cometieron 878 asesinatos (tasa de 25) en este Estado fronterizo. La cifra ha disminuido si se compara a 2012 (1.561), pero el descenso no ha sido pronunciado. En 2013 se registraron 880.

Michoacán es otro lugar donde los resultados de la política de seguridad han sido discretos. El presidente Peña Nieto envió en 2013 a uno de sus hombres de confianza, Alfredo Castillo, a apaciguar el Estado, asolado por la violencia de los cárteles Los Caballeros Templarios y La Familia Michoacana. Otro elemento hacía más compleja la ecuación. Varios civiles tomaron las armas para combatir al narcotráfico. El Estado cerró 2014 con 931 homicidios, una ligera alza respecto a los 922 que tuvo en 2013.

Las baja más pronunciada fue la de Coahuila, que logró reducir casi un 50% sus homicidios en 12 meses. La tendencia, sin embargo, va al alza en tres Estados: Guanajuato, Hidalgo y Veracruz.