27 muertos en un atentado del EI contra una mezquita chií en Kuwait
El terrorista suicida, que también ha causado 202 heridos, se hizo estallar durante el rezo del mediodía
Un atentado suicida contra una mezquita chií de Kuwait ha matado a 27 personas este viernes, según ha informado el Ministerio del Interior. Otras 202 han resultado heridas en una aljama que se encontraba a rebosar durante el rezo de mediodía. El ataque, del que se ha responsabilizado la rama saudí del grupo Estado Islámico (EI), es el primero de este tipo que se produce en el emirato. Con él, los yihadistas abren un nuevo frente después de haber actuado contra los lugares de culto chií en la vecina Arabia Saudí.
“Se trata de una agresión deliberada [de los terroristas] a nuestra unidad nacional, pero les va a resultar muy difícil porque somos mucho más fuertes que eso”, ha declarado el primer ministro kuwaití, el jeque Jaber Mubarak al Sabah, tras visitar a los heridos en el hospital Emiri de la capital kuwaití. El Gobierno se ha reunido de urgencia tras el atentado y ha elevado el nivel de alerta.
Cerca de 2.000 fieles se encontraban congregados este segundo viernes de Ramadán en la mezquita del Imam Sadeq, en el centro de Kuwait, cuando el asesino, identificado por el EI como Abu Suleiman al Muhawed, ha detonado su carga explosiva. Jalil al Salih, un diputado kuwaití que estaba presente, ha manifestado a Reuters que el agresor parecía menor de 30 años.
“Un suicida ha entrado en la mezquita y en el momento de las postraciones, ha gritado ‘Dios es el más grande’ tres veces y se ha hecho estallar cerca de los fieles de las últimas filas, que han sido los más afectados”, ha relatado por su parte el imam del rezo, el jeque Hamed Hadi al Saleh, citado por el diario Kuwait Times.
Una comunidad leal
Los chiíes kuwaitíes han dejado atrás el recelo que durante los años ochenta del siglo pasado despertaban entre sus compatriotas suníes, que les veían como quintacolumnistas de Irán, entonces en guerra con el Irak de Sadam Husein. Incluso se han convertido en el mejor aliado de la familia real. Su apoyo es tanto fruto de sus posiciones liberales, como del temor al creciente avance de los islamistas suníes
Pero esa comunidad, con una alta proporción de mercaderes acomodados, no es homogénea ni siquiera en sus orígenes. Parte de ellos llegaron desde Persia a finales del siglo XVII; otros proceden de los oasis chiíes de Arabia Saudí, y sólo una minoría son emigrantes recientes desde Irán.
En su comunicado, la rama del EI en Arabia Saudí (llamada “Provincia de Najd”), que ya se ha atribuido dos atentados antichiíes en ese país, dice que su objetivo era un “templo de los renegados” (usando el término árabe rauafidh, que tiene una fuerte carga peyorativa). Así es como consideran a los chiíes los extremistas suníes, de los que los yihadistas constituyen una versión violenta. La semana pasada, un portavoz del EI animó a sus seguidores a lanzar ataques durante el Ramadán para convertirlo en “un mes de desgracia para los herejes”.
Un tercio de los 1,3 millones de kuwaitíes son chiíes, pero a diferencia de sus correligionarios saudíes han mantenido tradicionalmente buenas relaciones con las autoridades y convivido sin problemas con la mayoría suní. No obstante, en los últimos años, a medida que se ha producido un ascenso del salafismo (la versión más rigorista del islam suní predominante en Arabia Saudí y a menudo referida como wahabismo), han notado la presión de los radicales religiosos aunque sin llegar a la violencia.
El ataque ha sido un golpe para los kuwaitíes. El anterior atentado suicida se produjo en el emirato en 1985, cuando en plena guerra entre Irak e Irán un activista se lanzó contra la caravana del entonces jefe del Estado; murieron tres personas. Nada más difundirse la noticia numerosas personas han acudido a donar sangre, mientras las redes sociales bullían con manifestaciones de repulsa.
El máximo líder religioso suní de Kuwait, el jeque Ajil al Nashmi, ha tachado el atentado de “acto criminal” y asegurado que “chiíes y suníes harán fracasar la conspiración de los terroristas”. También el principal grupo islamista suní, el Movimiento Islámico Constitucional, ha expresado una condena rotunda.
La guerra en Siria y la militancia yihadista han polarizado a los kuwaitíes. EEUU ha documentado importantes ayudas a grupos extremistas por parte de donantes privados de ese rico Estado petrolero. Su emir, el jeque Sabah, es consciente de las fisuras que se han abierto en la sociedad. Durante una reciente conferencia contra el radicalismo religioso, hizo llamamiento a los países musulmanes a intensificar su lucha contra ese fenómeno.
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