Cuatro muertos y 300 heridos en una explosión en un mitin en Turquía
Instituciones europeas manifiestan preocupación por la violencia y la polarización en la campaña
A poco más de 36 horas para que se abran las urnas en Turquía este domingo, dos artefactos explotaron en un multitudinario mitin electoral en Diyarbakir, la capital oficiosa del Kurdistán turco, causando cuatro muertos y 300 heridos, según ha anunciado el colegio médico de la ciudad.
Las bombas, colocadas en una papelera y en el interior de un transformador, explotaron en un espacio de cinco minutos en un concurrido acto electoral en el que más de 100.000 personas se habían reunido para escuchar las palabras de los líderes del Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP, izquierdista y prokurdo).
En sus primeras declaraciones tras el atentado, el líder de HDP, Selahattin Demirtas, llamó a la calma a sus seguidores y a no responder a las provocaciones: “La paz triunfará en este país, a pesar de todo”. Sin embargo, según informaron los medios locales, los ánimos están caldeados en el sudeste de Turquía, de mayoría kurda, ya que no es el primer ataque que sufre el partido durante la campaña electoral.
En las semanas previas a las elecciones parlamentarias, el HDP ha sufrido cerca de dos centenares de ataques contra sus sedes, dos de ellos con paquetes bomba, que han provocado decenas de heridos. El miércoles fue tiroteado uno de sus vehículos de campaña y su conductor murió acribillado por las balas. Además, 43 simpatizantes de los nacionalistas kurdos, en su mayoría jóvenes, han sido detenidos acusados de querer provocar disturbios el día de las elecciones.
Las instituciones europeas han manifestado su preocupación por la multitud de ataques violentos que se han producido en la campaña electoral, fruto de la polarización con la que se llega a los comicios del próximo domingo. “Turquía tiene verdaderos retos en cuanto a seguridad. Espero que las autoridades turcas hagan todo lo posible para garantizar la seguridad de todos los candidatos, representantes de los partidos, instalaciones y votantes el día de las elecciones”, ha pedido Vilija Aleknaite Abramikiene, vicepresidente de la asamblea parlamentaria de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europea (OSCE).
No sólo la formación kurda ha sufrido ataques: la sede del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista) en la ciudad oriental de Erzurum fue apedreada este jueves por seguidores del HDP, tras lo cual se desataron disturbios en la localidad, que acabaron con 38 heridos. Además, un candidato del AKP fue acuchillado en la ciudad sureña de Adana, el mismo lugar donde la cabeza de lista del Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) fue tiroteada por un desconocido. También un candidato independiente de la provincia sudoriental de Urfa fue secuestrado y sólo apareció 5 días después, en otra provincia, maniatado y golpeado. “He tomado nota de las preocupaciones por la seguridad en Diyarbakir (capital oficiosa de la zona kurda de Turquía) y en otras provincias cercanas a la frontera Siria”, explicó en un comunicado Ignacio Sánchez Amor, diputado español que encabeza la misión de observación electoral de la OSCE.
La ponente del Parlamento Europeo para Turquía, Kati Piri, ya había instado la semana pasada a que Turquía investigue todo este tipo de incidentes violentos. “Es crucial para la estabilidad en el país. Los ciudadanos deben sentirse libres para votar a quien quieran”.
Los analistas locales atribuyen estos incidentes a la polarización política con que se llega a estas elecciones parlamentarias y a la dureza que está caracterizando la campaña, cuajada de acusaciones, demandas judiciales e invectivas. Un hecho que preocupa a las instituciones europeas. “La actividad irrefrenable del presidente (Recep Tayyip Erdogan) haciendo campaña implícitamente para el partido del Gobierno, y el uso que se ha hecho en los medios de comunicación públicos crean un ambiente de campaña que no es equilibrado”, explica en declaraciones a El País una fuente diplomática europea: “Todo esto (el papel del presidente y los incidentes violentos) contribuye a que no sea una campaña demasiado ortodoxa o tranquila”.
El presidente Erdogan ha arremetido contra los partidos de oposición, así como contra periodistas críticos, medios de comunicación internacionales como CNN, BBC o The New York Times, “homosexuales” y “el lobby armenio”, a los que acusa de “representar la sedición” y de conspirar conjuntamente contra Turquía, hecho que no ha pasado desapercibido para el Gobierno de EEUU que manifestó “su preocupación” por lo que ve como “una interferencia del Gobierno en la libertad de expresión”. “Urgimos a las autoridades turcas que se aseguren de que sus acciones respetan los valores democráticos, el proceso debido, la independencia judicial y la libertad de expresión, incluido el acceso a los medios y a la información”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf.
“El ambiente está muy cargado de suspicacia con cualquier cosa que venga del extranjero, que es vista como una intromisión en asuntos internos”, lamentó la fuente diplomática entrevistada por este diario.
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