Egipto ordena repetir por tercera vez el juicio a Mubarak por represión
El dictador está acisado del asesinato de centenares de manifestantes en 2011
Las tribulaciones judiciales del dictador egipcio Hosni Mubarak asemejan un culebrón con incontables capítulos. Un tribunal de casación de El Cairo ordenó el jueves por la mañana la repetición del juicio a Mubarak por el asesinato de centenares de manifestantes durante la revolución de 2011 que acabó por forzarle a dimitir. El proceso, que se iniciará el próximo 5 de noviembre, será el tercero en enjuiciar la represión durante la revuelta. En el primero, finalizado en verano de 2012, Mubarak fue condenado a cadena perpetua, mientras en el segundo, concluido el pasado noviembre, fue exonerado de toda responsabilidad.
De los varios procesos judiciales a los que ha sido sometido el expresidente, que recientemente cumplió 87 años, este es el que le imputa cargos más graves. De los casos anteriores, todos ellos por corrupción, ha sido absuelto siempre, con una excepción, cuando estuvo acusado de haber reparado y ampliado varias mansiones privadas con fondos públicos. El pasado mayo, una corte de casación confirmó la condena de tres años de cárcel inicial dictada contra Mubarak en este proceso, mientras que redujo la condena de sus hijos Alaa y Gamal de cuatro a dos años de cárcel.
Puesto que Mubarak fue arrestado en abril del 2011 y ha pasado en prisión preventiva más de los tres años a los que ha sido condenado por corrupción, sus abogados han solicitado a las autoridades su puesta en libertad inmediata. El dictador se aloja desde hace meses en un hospital militar del barrio cairota de Maady a causa de su presunto delicado estado de salud. Sus dos hijos fueron excarcelados el pasado 26 de enero después de haber superado el tiempo máximo de prisión preventiva que estipula la ley egipcia, a pesar de que están imputados en un juicio por tráfico de influencias en la Bolsa.
El interés por el futuro de Mubarak ha ido decayendo progresivamente por parte de la población egipcia, hastiada de la política después de cuatro tumultuosos años posrevolucionarios en los que el país ha vivido un golpe de Estado, la peor masacre de civiles de su historia contemporánea y el retorno de un férreo Estado policial. La indiferencia actual de la ciudadanía contrasta con la pasión con la que se siguió el primer proceso contra Mubarak, bautizado como el “juicio del siglo” y retransmitido en directo por la televisión pública.
Sin embargo, Mubarak continúa siendo una patata caliente para el régimen del presidente Abdelfatá al Sisi, pues continúa teniendo un problema de imagen internacional. En su viaje oficial a Alemania de esta semana, el presidente Al Sisi, ejecutor del golpe de Estado del verano de 2013, ha recibido numerosas críticas por parte de los medios de comunicación y las ONG alemanas. El hecho de que Mohamed Morsi, el primer presidente electo del país, haya sido condenado a la pena de muerte mientras Mubarak ha sido absuelto de la mayoría de juicios se interpreta fuera de Egipto como una prueba fehaciente de la parcialidad de la justicia egipcia, y del triunfo último de la contrarrevolución.
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