Amnistía Internacional denuncia 173 casos de tortura en Marruecos
Rabat asegura que la investigación de la ONG es parcial y no refleja los avances del país
Amnistía Internacional presentó este martes en Rabat un informe de 124 páginas en el que denuncia 173 casos de torturas y malos tratos cometidos en los últimos cuatro años en Marruecos. La ONG basa su trabajo en una investigación efectuada entre 2013 y 2014 en 17 lugares del país y en el Sáhara Occidental. El Gobierno marroquí, a través del secretario general de la Delegación Interministerial de Derechos Humanos, Abderrazak Ruwan, replicó al informe en una conferencia de prensa donde acusó a Amnistía Internacional de haber efectuado una investigación “parcial”, con la “voluntad manifiesta de denigrar” a Marruecos y sin tener en cuenta la “verdadera medida de los avances” efectuados en los últimos años en materia de derechos humanos.
El informe, titulado La sombra de la impunidad: Tortura en Marruecos y Sáhara Occidental, habla de “palizas, posturas en tensión, asfixia, simulación de ahogamiento, violencia psicológica y sexual”, cometidas para acallar las voces disidentes, “tribunales que hacen la vista gorda ante las denuncias”, informes médicos que se practican “cuando las señales físicas han desaparecido” y de “jueces que procesan a las víctimas que denuncian torturas, en lugar de a los torturadores”.
Los responsables de la ONG creen que todas las promesas hechas por el régimen a raíz de las protestas de 2011, en plena primavera árabe, incluso la nueva Constitución que se creó a raíz de aquellas protestas, donde se prohíbe expresamente la tortura en su artículo 22, son hoy solo un mero deseo de intenciones. El propio rey, Mohamed VI, ha expresado más de una vez su intención de luchar contra la tortura. Pero “el verdadero cambio requiere algo más que un compromiso sobre el papel”, señala el documento.
Colgado en la postura del pollo asado me introdujeron una toalla en la boca y me echaron agua en la nariz para que me atragantara. Luego me echaron orines
Amnistía cita en el texto una declaración Mohamed Ali Saidi, de 27 años, quien fue detenido por la policía tras unas manifestaciones celebradas en mayo de 2013 en El Aaiún, Sáhara Occidental: “Amenazaron con violarme con una botella; me pusieron la botella delante. Era una botella de Pom’s [popular refresco marroquí]. Me azotaron con cuerdas en las plantas de los pies estando colgado en la postura del pollo asado, y también nos metían los pies en agua helada [...] Colgado en la postura del pollo asado me introdujeron una toalla en la boca y me echaron agua en la nariz para que me atragantara. Luego me echaron orines. Me dejaron en ropa interior, y me azotaron los muslos con cinturones”.
El secretario general de Amnistía, Shalil Shetty, subraya que Marruecos se encuentra en una encrucijada: “Puede tomar el camino de tener un sistema de justicia lo suficientemente sólido como enfrentarse a los responsables de abusos contra los derechos humanos o el de protegerlos. El Gobierno habla de reformas, pero las autoridades parecen más interesadas en hacer cumplir la legislación contra la calumnia que las leyes contra la tortura”.
Por su parte, el secretario general de la Delegación Interministerial de Derechos Humanos, Abderrazak Ruwan, acusó a Amnistía Internacional de haber hecho un trabajo basado en ideas preconcebidas y sin respetar la colaboración “de buena fe” que el Gobierno ofreció desde el primer momento. Ruwan señaló que Amnistía solo consultó a las autoridades sobre 73 casos que afectan a 60 personas, mientras que en el informe aparecen 173 casos documentados.
Ruwan acudió a la conferencia de prensa acompañado de la jueza y miembro de la delegación de Interior, Muna Mzuri, quien aseguró que en 2014 se abrieron cinco diligencias judiciales contra agentes de las fuerzas de seguridad acusados de cometer tortura y se ordenaron 63 peritajes médicos por denuncias de malos tratos.
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