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Maduro legislará por decreto en materia de seguridad durante 2015

El Parlamento venezolano concede poderes especiales al presidente para contrarrestar las sanciones que EE UU impuso

El presidente de la Asamblea venezolana, Diosdado Cabello, acompaña a Nicolás Maduro en un mítin.
El presidente de la Asamblea venezolana, Diosdado Cabello, acompaña a Nicolás Maduro en un mítin.JUAN BARRETO (AFP)

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, legislará por decreto en materia de seguridad nacional durante el resto del año 2015. Son los poderes que este domingo, de manera oficial, le ha transferido la Asamblea Nacional, dominada por el oficialismo, tras una sesión extraordinaria de poco más de dos horas.

“Aquí están los poderes especiales para que pueda legislar en materia de defensa de la soberanía y de la patria”, dijo el número dos del chavismo y presidente del parlamento, el exteniente del Ejército Diosdado Cabello, al entregar un folio con la ley recién aprobada a Maduro, frente a miles de seguidores congregados junto al Palacio Presidencial de Miraflores, en Caracas. “Misión cumplida”.

Se trataba de la llamada Ley Habilitante Antiimperialista, que Maduro solicitó en persona al parlamento el pasado martes como, según señaló, respuesta necesaria a las amenazas contenidas en la Orden Ejecutiva del presidente Barack Obama dada a conocer el lunes. En el documento, que contempla la confiscación de bienes en territorio norteamericano de siete funcionarios del Gobierno venezolano, Washington declara que la situación de corrupción y ataques a los derechos humanos en Venezuela constituye una amenaza “inusual y extraordinaria” para Estados Unidos.

El título formal de la normativa es “Ley que Autoriza al Presidente de la República para dictar Decretos con Rango, Valor y Fuerza de Ley en las Materias que se Delegan para la Garantía Reforzada de los Derechos de Soberanía y Protección del Pueblo Venezolano y el Orden Constitucional de la República”. Consta de solo cuatro artículos, cuyos términos expiden a Maduro un cheque en blanco para dictar o reformar leyes en los ámbitos de “la libertad, la igualdad, justicia y paz internacional, la independencia, soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional”, a fin de “reforzar la garantía del ejercicio de los principios constitucionales e soberanía y autodeterminación de los pueblos”.

La vigencia de las facultades extraordinarias otorgadas a Maduro se extiende hasta el 31 de diciembre de 2015. El plazo establece la posibilidad teórica de que, si las venideras elecciones parlamentarias se celebran en septiembre –como se viene rumorando-, la próxima legislatura podría verse limitada en sus potestades por el poder otorgado al jefe del Ejecutivo.

La ley es el trofeo más valioso obtenido por Maduro esta semana, empeñado en trocar las sanciones de Washington por una oportunidad para afianzar su poder interno.

Bajo la presunción de que se trata del preámbulo para un ataque militar, el oficialismo aprovechó los anuncios estadounidenses para aumentar la temperatura patriótica en el país. A lo largo de la semana convocó a numerosas manifestaciones de militantes en rechazop a “la amenaza imperialista”. El sábado dio inicio a unas maniobras de defensa territorial, con el concurso de unidades militares y civiles movilizados, que deberán concluir el 28 de marzo. En los ejercicios, según los datos oficiales, participan 80.000 tropas y 20.000 milicianos, además del despliegue del recién adquirido armamento de fabricación rusa o china. El Ministerio de Defensa también ha admitido la presencia de observadores militares de Moscú.

Al menos en dos regiones, los estados de Táchira (suroccidente andino) y Carabobo (centro del país), las maniobras incluyeron escenarios en los que las tropas combatían a “desafectos del gobierno” que intentaban sabotear industrias básicas.

Maduro, que el sábado en la noche estuvo en una marcha de solidaridad con Venezuela organizada por el gobierno sandinista de Daniel Ortega en Managua, dijo que es hora de definiciones: “O se está con Venezuela, con la paz, con la soberanía de nuestra patria, o se está con Barack Obama y la agresión de Estados Unidos”, trazó la raya, durante un discurso de hora y media para sus partidarios este domingo. Con ello busca arrinconar a la oposición “apátrida, a la derecha maltrecha” y a otros críticos, que subrayan que las sanciones norteamericanas afectan solo a unos individuos.

El presidente venezolano llamó también a no cejar en los esfuerzos de defensa del país en el plano internacional. Dijo tener lista una carta que publicará la semana próxima en las páginas editoriales del diario The New York Times –“si me dejan, porque allá hay una dictadura mediática”- en la que expondrá “la verdad del pueblo venezolano”. Dio instrucciones para que esa misma carta sirva de motivo para una batida para recoger “no menos de 10 millones de firmas” en apoyo de la demanda venezolana para que Washington derogue la Orden Ejecutiva de Obama.

Una declaración de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), emitida el sábado desde la sede del organismo a las afueras de Quito, Ecuador, respaldó la exigencia venezolana. Al expresar su rechazo a la Orden Ejecutiva estadounidense, los 12 países miembros de alianza reafirmaron “su llamado a que los Gobiernos se abstengan de la aplicación de medidas coercitivas unilaterales que contravengan el Derecho internacional”.

Durante el evento de calle, Maduro también dejó saber que el martes se reunirán en Caracas los mandatarios de la Alianza Bolivariana de los Pueblos (Alba), para discutir la situación creada por las sanciones estadounidenses y concertar una posición común que llevarán a la venidera Cumbre Hemisférica de Panamá, los días 10 y 11 de abril. La convocatoria incluye al presidente cubano, Raúl Castro, algo que Maduro subrayó. Según el líder bolivariano, la diplomacia de Washington intriga “con la política de la zanahoria y el garrote” para sembrar divisiones entre Cuba y Venezuela, presentando a esta como un caso perdido de irracionalidad mientras La Habana regulariza sus relaciones con Estados Unidos en un ciclo de conversaciones.

Por último, Maduro dijo que su delegado en Washington Maximilien Arveláiz —nombrado Embajador de Venezuela, pero que en un año no ha recibido el placet de rigor por parte de Estados Unidos— viajará a la capital norteamericana para elevar “a todos los niveles” la protesta venezolana ante el Departamento de Estado.

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