Un mexicano desafía al protegido de Obama en Chicago
Rahm Emanuel no logra los suficientes votos para repetir como alcalde de Chicago y deberá ir a una segunda vuelta con un rival hispano, Jesús “Chuy” García
Rahm Emanuel está nervioso. La noche del martes debía confirmar su segundo mandato al frente de la alcaldía de Chicago, puesto por el que dejó el todopoderoso cargo de jefe de gabinete en la Casa Blanca hace cuatro años. Pero un político local de origen mexicano y desconocido en la escena nacional, Jesús “Chuy” García, le ha torcido los planes al que fuera la mano derecha del presidente Barack Obama, que ahora tendrá que afrontar una segunda vuelta en abril al no haber logrado la mayoría simple en la primera ronda.
Y eso que Emanuel partía con todas las ventajas imaginables: fondos millonarios para su campaña, el apoyo de la comunidad empresarial de la tercera metrópolis de Estados Unidos y renombre nacional y hasta internacional gracias a su paso por la Casa Blanca. El propio Obama viajó a Chicago -la ciudad donde ambos forjaron sus carreras políticas- para apoyarlo.
Pero “Rahmbo”, como se le conoce tanto en Chicago como en Washington por la dureza de su estilo, no contaba con la fuerza de un rival modesto pero curtido en el activismo local, que ha sabido capitalizar la indignación con el alcalde de sectores muy influyentes localmente, como el educativo, y de las minorías. Y que además habla español, algo crucial en una ciudad como Chicago que, con casi dos millones de residentes de origen hispano -el 21 % de la población- es la quinta área metropolitana del país con mayor población latina.
“Chuy” García vivió los primeros diez de sus 58 años de vida en Durango, México, hasta donde su padre enviaba el dinero que ganaba como bracero en Estados Unidos. Cuando el padre logró la residencia permanente, trasladó a su familia, incluido a “Chuy”, a Chicago. El rival de Emanuel sigue viviendo con su mujer y tres hijos en la misma zona en la que se instaló su familia cuando era niño, la Little Village o “La Villita”, donde se concentra la mayor comunidad mexicana del medio oeste del país.
Hace tres décadas que está en la política aunque, al contrario que la de Rahm Emanuel, sus ambiciones, al menos hasta ahora, siempre se limitaron a los confines del Estado de Illinois.
En su biografía oficial, García cita a Martin Luther King y el líder sindicalista de origen mexicano César Chávez como la “inspiración” para decantarse por la carrera política. Esta se ha centrado en buena parte en el activismo por minorías como los inmigrantes hispanos.
Pero también -y aquí radica buena parte de su inesperado éxito frente a Emanuel- en la lucha por una mejora de la educación, algo que ha resonado con fuerza en una ciudad que cuya comunidad docente, la tercera mayor del país, lleva en pie de guerra con el alcalde desde hace tres años. En 2012, los profesores realizaron la primera huelga de docentes en un cuarto de siglo. Un año más tarde, a la indignación de los profesores se añadió la de padres y activistas por la decisión de Emanuel de cerrar más de una decena de escuelas en el marco de recortes presupuestarios.
No en vano, García debe su tardío ingreso a la carrera por la alcaldía -a finales de octubre- a la lucha docente: asumió la candidatura de la principal rival de Emanuel, la líder del sindicato de maestros Karen Lewis, que tuvo que retirarse después de que le fuera diagnosticado un tumor cerebral.
Con la maquinaria electoral y la chequera de su lado, las apuestas para la nueva ronda de abril las encabeza nuevamente Emanuel. Pero el inesperado avance de “Chuy” García ha puesto en evidencia que ni los candidatos más fuertes pueden bajar la guardia, un mensaje que también calará en los que miran a la batalla electoral de 2016.
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