Los combates en una localidad sitiada amenazan la tregua en Ucrania

Aunque la tranquilidad se ha instaurado en la mayoría de las ciudades del este de Ucrania y Donetsk, principal bastión de los separatistas, retorna a una vida relativamente normal, los combates en torno a la estratégica Debáltsevo se intensificaron este lunes. La delicada situación en esa zona —golpeada por incesantes bombardeos de las fuerzas separatistas, según informaba la agencia Reuters— puede llegar a hacer fracasar los acuerdos pactados el jueves pasado en Minsk. La canciller Angela Merkel, el presidente François Hollande y su homólogo ucranio, Petró Poroshenko, manifestaron este lunes su preocupación por la situación. Las partes en combate intercambiaron acusaciones recíprocas y advirtieron que no retirarán su armamento pesado hasta que el cese del fuego sea completo.

En Debáltsevo, entre Lugansk y Donetsk, los rebeldes afirman tener rodeados a miles de soldados, que, denuncian, violan la tregua tratando de romper el cerco. Pero Kiev continúa negando que sus tropas estén atrapadas y afirma que los soldados se mantienen en sus posiciones, al tiempo que acusa a los separatistas de bombardearlas en su afán de tomar por fin el control de la ciudad. Los militares ucranios sostienen que en la realidad ellos pueden abastecer de municiones y alimentos a los soldados que allí resisten.

Vladislav Selezniov, portavoz del Estado Mayor de Ucrania, advirtió este lunes que sus tropas no abandonarán Debáltsevo porque la ciudad se encuentra en el territorio bajo control de Kiev según el último acuerdo de Minsk. Los rebeldes, en cambio, afirman que la ciudad no está en la línea de confrontación y que, por lo tanto, los soldados ucranios deben abandonarla y sostienen que no permitirán que estos salgan armados.

Sí están dispuestos a organizar un corredor para que puedan abandonar la zona, pero siempre y cuando los hagan sin ningún tipo de armamento. Así lo reiteró Denís Pushilin, vicepresidente del Parlamento de Donetsk y representante separatista en el grupo de contacto de Minsk.

La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció que “la situación es frágil”. “Siempre tuvimos claro que queda mucho por hacer. Y siempre he dicho que no hay garantías de lo que estamos tratando de hacer termine exitosamente. Será un camino extremadamente difícil”, declaró en Berlín Merkel, que junto con Hollande impulsó la cumbre de Minsk con los líderes de Rusia, Vladímir Putin, y de Ucrania, Petró Poroshenko.

El resultado de la continuación de los enfrentamientos es que ambas partes han amenazado con no retirar el armamento pesado, uno de los puntos clave de lo pactado en la capital bielorrusa el jueves pasado y que debería comenzar este martes y concluir dentro de 14 días. Andréi Lisenko, otro portavoz militar ucranio, señaló que “precondición del repliegue de las armas pesadas es cumplir el punto uno de los acuerdos de Minsk: el alto el fuego”. Y según Lisenko, los separatistas lo han roto 112 veces. Estos ataques dejaron cinco soldados muertos y más de una veintena de heridos, afirmó el portavoz.

Vladímir Kónonov, ministro de Defensa de la autoproclamada República Popular de Donetsk, ha afirmado por su parte que son las tropas ucranias las que no cumplen la tregua y ha informado de varios heridos en las localidades de Granítnoye y Dokucháyevsk como resultado de fuego de artillería.