La filial egipcia del Estado Islámico decapita a ocho beduinos en el Sinaí
Los yihadistas acusan a las víctimas de colaborar con el Mosad y el Ejército de El Cairo
La filial egipcia del autodenominado Estado Islámico (EI), anteriormente conocida como Ansar Beit al-Maqdis, ha hecho público un vídeo en el que se muestra la decapitación de ocho hombres pertenecientes a tribus beduinas del norte de la Península del Sinaí. En la grabación, se acusa a las víctimas de colaborar con el Mosad, los servicios secretos de Israel, y el Ejército egipcio en el combate que libra contra los insurgentes yihadistas en el Sinaí, intensificado después del golpe de Estado que depuso al islamista Mohamed Morsi en verano del 2013. Se desconoce la fecha en la que se produjeron las ejecuciones.
El vídeo, de 13 minutos de duración y retirado del portal de internet Youtube, está dividido en varios segmentos, según informa el diario oficialista egipcio al Ahram. En el primero, se ven las imágenes de civiles muertos presuntamente a causa de una ofensiva del Ejército egipcio en el Sinaí. En el segundo, unos militantes yihadistas abren fuego contra dos hombres, que son descritos en los subtítulos como oficiales de policía vestidos de paisanos.
En la última parte, varios hombres confiesan ante las cámaras haber colaborado con el Mossad y los militares egipcios, y posteriormente, varios terroristas vestidos de negro y con la cabeza cubierta por un pañuelo decapitan a ocho beduinos. La milicia autora del vídeo fue creada tras la revolución egipcia del 2011 a partir de la fusión de varios grupos y activistas yihadistas, y a finales del año pasado anunció que juraba lealtad al líder del EI, Abubaker al Bagdadi, y cambió su nombre de Ansar Beit al-Maqdis a Provincia del Sinaí. El EI, que controla una amplia franja de Siria e Iraq que describe como “califato”, ha sembrado el terror con sus vídeos de decapitaciones de varios rehenes extranjeros.
Según el gobierno egipcio, los atentados de la milicia yihadista, con base en un remoto territorio de la península del Sinaí, han provocado la muerte de centenares de miembros de las fuerzas de seguridad desde el verano del 2013. Uno de sus más brutales ataques tuvo lugar a finales del pasado mes de enero, causando la muerte de más de 30 personas, la mayoría soldados. En respuesta al atentado, las Fuerzas Armadas egipcias han lanzado una ofensiva que se habría saldado con la muerte o detención de decenas de terroristas.
Con la entrada al norte del Sinaí vetada a la prensa, es difícil contrastar las informaciones oficiales sobre lo que allí sucede. Un reciente reportaje de Reuters mostraba a una población atemorizada ante la violencia ejercida por ambas partes, y citaba a un dirigente yihadista reconociendo que habían acusado los golpes asestados por el Ejército.
Una de las estrategias de los uniformados ha sido crear una zona tapón de un kilómetro de ancho a lo largo de la frontera entre Egipto y la franja palestina de Gaza, desalojando por la fuerza a más de 3.000 familias. Según algunos analistas, las contundentes medidas del Ejército, que a menudo padece la población civil, pueden alienar la población local y facilitar el reclutamiento de jóvenes beduinos por parte del grupo terrorista.
La distribución del vídeo coincide con la visita oficial de dos días del presidente ruso, Vladimir Putin, a Egipto. El fruto más tangible de la cumbre bilateral, cuya principal motivación es reforzar la alianza entre ambos regímenes, ha sido la firma de un acuerdo para construir la primera central nuclear de Egipto con tecnología rusa. El país árabe se suma así a una docena de países de la región que estudia o planea abrir plantas nucleares con fines pacíficos. Este es un asunto delicados en la región, sobre todo después de que se revelara en 2004 la existencia de un programa secreto en Irán con presuntos propósitos militares.
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