Margallo rechaza por “inoportuna” la entrega de armas a Ucrania
El presidente ucranio se reunirá con los líderes europeos en Bruselas
España está en contra de armar a Ucrania, pero no por cuestión de principios, sino de oportunidad. El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha dejado claro este martes en Kiev que "en este momento, la entrega de armas no está en la mesa del Consejo de Ministros", ya que el objetivo es "alentar una solución negociada" en la cumbre convocada este martes en Minsk (Bielorrusia). "Vamos a dar una oportunidad a la paz, al diálogo y a la negociación. Si eso fracasara veremos qué hay que hacer", dijo el jefe de la diplomacia española, quien advirtió de las "consecuencias imprevisibles" de que la cita de hoy acabe en un fiasco.
Su homólogo, Pavlo Klimkin, ha agradecido a España "la ayuda militar y técnica prestada" por España (hasta ahora, solo se ha hecho pública la donación de 300 cascos y 500 chalecos antifragmento) y ha agregado que, aunque no era el tema del día, se negocia la entrega de “armas no ofensivas”. En esta categoría Ucrania incluye, por ejemplo, los 25.000 fusiles Cetme sin estrenar que el Ejército español tiene en stock tras sustituir este modelo por el HK-36.
Pese a su rechazo a armar a Kiev, Margallo ha rehusado alinearse con las "palomas" frente a los "halcones", y ha preferido identificarse con los "búhos", que miran a largo plazo. Según fuentes diplomáticas, la prioridad española en este asunto es "salvar la unidad de la UE", amenazada por las divergencias entre partidarios de la línea dura y quienes recelan de alimentar la escalada. Por eso, en la reunión que los 28 celebraron el pasado lunes en Bruselas, Margallo propuso que se diese por aprobada la inclusión de 19 nuevos nombres en la lista de personalidades objeto de sanciones –que incluye a toda la cúpula del Ministerio de Defensa ruso, salvo el propio ministro– en vez del procedimiento escrito inicialmente previsto, que abría la puerta a un eventual veto griego. Así, ha subrayado Margallo, la ampliación de las sanciones entrará en vigor el lunes, salvo que los socios de la UE entiendan por unanimidad que el resultado de la cumbre de Minsk ha sido satisfactorio, "y para eso tendrán muy en cuenta la opinión de Kiev". El propio presidente ucraniano, Petro Poroshenko, viajará el jueves a Bruselas desde Minsk para reunirse con los mandatarios europeos.
Margallo ha reiterado su apoyo a la integridad territorial de Ucrania, incluida Crimea, y ha reafirmado que España “no reconocerá referéndum de secesión o declaración unilateral de independencia alguna al margen de la Constitución ucraniana”. Una advertencia que vale para la política doméstica. Además, ha ofrecido la colaboración española para el fortalecimiento institucional (formación policial y judicial), asesoramiento en un proceso de descentralización (consecuencia de un eventual acuerdo con los rebeldes prorusos) y el acercamiento a la UE.
La prioridad española en este asunto es "salvar la unidad de la UE"
Pero la guerra que se libra en el Este del país no es la única a la que se enfrentan las autoridades de Kiev. La lucha contra la corrupción no es más fácil, aunque parezca menos cruenta. En el foro hispano-ucraniano celebrado en Kiev, la ministra de Finanzas, Natalia Jaresko, aseguró que erradicar la corrupción es su máxima prioridad y que, al contrario que sus antecesores, no se trata solo de una promesa.
No le será fácil convencer a los escarmentados, como los directivos de una constructora española a los que se les arrebató un contrato ya adjudicado de 50 millones de euros, por mantener 180 kilómetros de carretera, para dárselo al rival derrotado en el concurso. Los afectados atribuyen a un soborno el inesperado cambio de criterio, pero ni las autoridades les han dado explicaciones ni la fiscalía ha querido tomar cartas en el asunto. “Los de la red Gürtel parecerían aquí unos aficionados”, resume un diplomático, reflejando una opinión generalizada.
El Gobierno ucraniano ha colmado de atenciones al primer miembro del Gobierno español que visita el país desde la revuelta del Maidán, hace ahora un año. Aunque no figuraba en el programa, le han recibido el primer ministro, Arseniy Yatseniuk, y propio presidente Poroshenko. Todo lo que ha escuchado en Kiev le será muy útil cuando, a principios de marzo, viaje a Moscú.
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