“Mostrar los senos debería ser más natural”
Ana Paula Nogueira, impulsora de una iniciativa a favor del toples en Rio de Janeiro
Todos los años, en febrero, imágenes de bailarinas de samba con los pechos al aire recorren el mundo entero durante el celebérrimo carnaval de Río de Janeiro. Los planos televisivos pueden inducir a error: el toples está penado en las playas de la cidade maravilhosa, donde las mujeres prácticamente nunca se quitan la parte superior del bañador (y las pocas que lo hacen son extranjeras). El martes pasado, día de San Sebastián (el patrón de la ciudad), treinta mujeres con los senos descubiertos revolucionaron la playa de Ipanema durante varias horas al hacerse innumerables fotos sonrientes, ataviadas únicamente con una corona de flores y la prenda inferior del biquini, en la segunda edición de una acción denominada Toplessaço: una forma de llamar la atención sobre el “agravio comparativo” que supone no poder bañarse o tomar el sol desnudas de cintura para arriba.
El toples puede ser considerado como un “acto obsceno” y castigado con penas que van de tres a doce meses de prisión si alguien presenta una denuncia por desorden público: a falta de marco legal específico, la decisión depende del parecer de policías y jueces. El gobernador del estado de Río de Janeiro, Anthony Garotinho,estuvo a punto de aprobar una ley que diese cobertura legal a la práctica en el año 2000, pero nunca llegó a ser rubricada.
El martes se quitaron la prenda superior del biquini apenas 30 mujeres, pero convocaron a decenas de fotógrafos y periodistas y a otras 50 asistentes que las apoyaban tapadas con camisetas alusivas. Las ediciones online de los medios cariocas publicaron fotogalerías que aparecían en la lista de noticias más vistas del día. La cabeza visible del movimiento Toplessinrio es la periodista y productora Ana Paula Nogueira,quellega a la entrevista con la espalda quemada: “Fueron muchas horas, muchos reportajes, había un batallón de fotógrafos con el que cumplir”.
Pregunta. Habían confirmado en Facebook su asistencia al acto miles de mujeres, pero después no acudieron. ¿Es miedo o pudor?
Respuesta. Muchas mujeres sienten vergüenza y no se animan a mostrar los pechos. El año pasado pasó lo mismo. Y además el día después hubo mucha 'porrada' (crítica): que si éramos modelos de toples, que si prostitutas... Recibimos muchas críticas. Había 8.000 personas anotadas, pero después no se atrevieron. Aunque había otras apoyando con la camiseta puesta. Lo cual está muy bien: no es más libre quien hace toples, sino quien puede decidir si quiere hacerlo o no. No se trata de una discusión sobre pechos, sino sobre la hipocresía: de Brasil, de Río, de las mujeres en relación a otras mujeres… Las mujeres en este asunto somos bastante más machistas que los hombres. Muchas lo ven como exhibicionismo, dicen no sentirse representadas por esta idea, o no quieren sentirse comparadas en la playa.
P. Lo que sí han logrado es mucho impacto mediático.
R. El primer año también, pero el día siguiente fue duro. Resulta que mostramos al mundo las tetas durante cuatro días, para exportación, pero el resto del año nada. Eso ofrece una idea peor de Río, termina estimulando el turismo sexual. Cuando la verdad es que durante una semana puedes hacer todo, pero en el fondo no puedes hacer nada. El problema es precisamente ese doble discurso. Río está llena de prejuicios. Estuve fuera diez años y esperaba encontrarme a la vuelta una ciudad menos chata(aburrida).
P. ¿Qué significa “descriminalizar el cuerpo femenino”?
R. Poder ser más libre sin que implique una connotación sexual o comercial. Terminar con los prejuicios. Eliminar la consideración de que mostrar un pecho significa servagabunda (puta) o vender tu cuerpo de alguna manera. Aunque seas libre de añadir esas connotaciones si quieres, por supuesto. Es lo mismo que pasaba hace décadas con el biquini: se decía que no eran mujeres serias. Un hombre puede mostrar el torso sin connotaciones pesadas, pero una mujer no. Pedimos libertad e igualdad. El brasileño todavía sexualiza mucho el desnudo. Tiene una obsesión absurda por el cuerpo. Mostrar los senos debería ser más natural.
P. ¿Es cierto que colectivos feministas criticaron su concurso de “musas” para Toplessinrio?
R. Sí… Consideran que es una forma de explotación comercial. El concurso va en contra del discurso feminista, pero el nuestro es una broma, una forma de satirizar los concursos de belleza oficiales, tan abundantes en Río, y abrirlos a todas las mujeres: mujeres mayores, minusválidas (una fue la campeona), mujeres apartadas del canon brasileño oficial de belleza. ¿Así pretenden quebrar los estereotipos de belleza…? nos recriminaban. Claro que sí, pero usando las mismas armas. Quedándome en casa no cambio nada, hay que ser creativo.
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