Merkel promete que protegerá a los musulmanes que viven en Alemania
La canciller se compromete a reforzar la seguridad para combatir el extremismo islámico
En un enérgico discurso destinado a tranquilizar a la comunidad musulmana que vive en el país y también para calmar los temores de la sociedad germana, la canciller alemana, Angela Merkel, ha dicho este jueves que hará todo lo posible para proteger a los cuatro millones de personas que profesan la fe musulmana y se ha comprometido a aumentar las medidas de seguridad para combatir el extremismo islámico en Alemania.
Merkel, que ha leído una declaración de gobierno ante el pleno del Parlamento Federal, ocho días después de los atentados de Paris, ha dedicado gran parte de su discurso para defender expresamente a la comunidad musulmana que vive en el país y ha admitido en un tono de conciliación, pero también marcado con matices de advertencia, que Alemania no se dejaría dividir por las amenazas religiosas.
“No vamos a dejarnos dividir por quienes desean tender una amenaza generalizada sobre todos los musulmanes”, ha dicho Merkel, en una clara crítica a la protesta que dirige el movimiento xenófobo Pegida (Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente) en Dresde y que el lunes pasado reunió a más de 25.000 personas. “La inmensa mayoría de los musulmanes vive en forma pacífica y respeta la Constitución y las leyes”, ha afirmado.
Merkel, que el viernes pasado admitió que el islam pertenece a Alemania, ha recordado este jueves que la mayoría de los alemanes no son enemigos del islam. “El cristianismo pertenece, sin lugar a dudas, a Alemania, de la misma forma que el judaísmo. Pero el islam también pertenece al Islam”, ha reiterado.
El compromiso de Merkel con la comunidad musulmana ha provocado una peligrosa revuelta interna en su partido, la CDU, y en la CSU de Baviera, donde varios líderes destacados han condenado abiertamente la defensa que ha hecho Merkel del Islam.
“Las raíces de nuestro país están impregnadas, en primer lugar, por la tradición cristiano-judía”, dijo el diputado de la CDU, Thomas Bareiss, miembro del ala conservadora del partido, mientras que su colega Wolgang Bosbach advirtió que Alemania no tenía una tradición cultural basada en el Islam. “La gente con creencia musulmana pertenece a Alemania, pero la cultura dominante en Alemania es la cultura cristiano-judía occidental”, ha afirmado, por su parte, el exministro del Interior, el socialcristiano Hans-Peter Friedrich.
Pero Merkel parece inmune a las críticas que surgieron desde las filas de su propio partido y desde la CSU. Consciente de que la convivencia pacífica religiosa en Alemania es el mejor antídoto contra el peligro fundamentalista islámico, la canciller ha dicho que su Gobierno garantizará la posibilidad de ejercer la fe musulmana con libertad en el marco de la Constitución. “La discriminación y la exclusión no tienen lugar entre nosotros y los ataques a las mezquitas serán perseguidos por todos los medios”, ha afirmado.
Merkel también ha utilizado la principal tribuna política del país para rendir un nuevo y emotivo homenaje a las víctimas de la matanza de París. “Alemania y Francia están juntos en estos días difíciles. Nuestros destinos van de la mano. En Alemania no habrá seguridad si no la hay en Francia”, ha dicho la canciller en su discurso, que estuvo precedido por un minuto de silencio en recuerdo de las 17 víctimas de los atentados.
El terrorismo que golpeó a Francia de manera brutal la semana pasada ha convencido a la canciller de reforzar las medidas legales para impedir que en Alemania se produzca una tragedia similar. En primer lugar, Merkel desea legislar para adoptar el almacenamiento de datos de comunicaciones individuales, una medida que fue invalidada por el Tribunal Constitucional en 2010.
Además de prometer más recursos personales y materiales para las fuerzas de seguridad que investigan y combaten las redes terroristas, el Gobierno buscará nuevas herramientas para impedir la financiación directa o indirecta de los grupos terroristas. También legislará para poder retirar los documentos de identidad a los musulmanes que desean viajar a Oriente próximo para combatir junto al Estado Islámico.
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