“Iban disparando bala tras bala, lentamente”
Sigolène Vinson, la cronista de ‘Charlie Hebdo’ a la que los hermanos Kouachi perdonaron la vida, cuenta la frialdad de los terroristas durante el ataque al semanario satírico
Sigolène Vinson se acuerda de todo. De cada momento, de cada paso, de cada palabra. Del “silencio mortal” que invadió la sala de la redacción minutos después del ataque y en la que se habían reunido una hora antes los periodistas de Charlie Hebdo. Del “olor a pólvora” y de todos estos cuerpos inertes en el suelo, también. La cronista judicial de la revista, a la que los hermanos Kouachi perdonaron la vida, ha relatado al rotativo francés Le Monde la frialdad con la que los dos terroristas yihadistas asesinaron el pasado miércoles a 12 personas en la sede del semanario satírico. “No se trataba de ráfagas. Iban disparando bala tras bala. Lentamente. Nadie gritó. Todos debían estar invadidos por el estupor”, relata la superviviente.
Vinson recuerda haberse refugiado detrás de una pared, situada entre la sala de redacción y los despachos de los maquetistas, cuando Chérif y Said Kouachi irrumpieron abriendo fuego ante la gran mesa ovalada alrededor de la cual se iban debatiendo temas y esbozando viñetas para la próxima edición de la publicación humorística.
Said, el hermano mayor, encontró a Sigolène al salir de la sala principal. Le apuntó en la mejilla con su arma automática. “No tengas miedo. Tranquilízate”, le dijo textualmente. “No te mataré. Eres una mujer. No se mata a las mujeres. Pero piensa en lo que estás haciendo. Te perdono la vida y puesto que te la perdono, leerás el Corán”.
Vinson asegura que esta conversación sirvió para salvar la vida a Laurent Léger, un colaborador de la revista que en ese momento estaba escondido bajo una mesa contigua. Said repitió tres veces en voz alta que no mataría a las mujeres. Pero cuando recogió a su hermano en la sala principal allí yacía el cuerpo sin vida de Elsa Cayat, especialista en psicología. Ambos hermanos se dieron juntos a la fuga. Luego, el tiempo se hizo eterno para Vinson, que vivió en primera persona el peor atentado de Francia en los últimos 40 años.
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