El Supremo de EE UU estudia si se discriminó contra una embarazada
Una repartidora de UPS perdió su trabajo y su seguro médico al quedarse embarazada
El Tribunal Supremo de Estados Unidos estudió este miércoles, por primera vez desde 1976, un caso de discriminación contra una mujer por estar embarazada. El despido de Peggy Young, una repartidora de la compañía de mensajería United Postal Service (UPS), ha logrado aliar ante la justicia, en un fenómeno nada frecuente, a grupos defensores de los derechos de las mujeres, a las organizaciones antiabortistas del país y a la Administración Obama.
Young comunicó a su empresa en 2006 que se había quedado embarazada. Entonces, sus superiores le dijeron que debía presentar un informe médico por si necesitaba algún tipo de acomodación al trabajar como conductora y repartidora. El médico le recomendó que no levantara nada que pesara más de 9 kg. Al llevar el informe a UPS, le contestaron que no volviera a trabajar hasta que diera a luz. Young perdió así su sueldo y su seguro médico.
La legislación estadounidense prohíbe desde 1978 tratar de manera discriminatoria a las mujeres embarazadas. Dos años antes, el Supremo había decidido en un caso que cualquier normativa laboral que no garantizara cobertura médica a las embarazadas no suponía una violación de la ley de Derechos Civiles aprobada más de una década antes. Para enmendar lo que entonces consideró como un error, el Congreso actuó en el 78 prohibiendo la discriminación contra las mujeres embarazadas.
UPS alega ahora que el caso de Young no demuestra que se actuara contra ella por un caso de embarazo, sino por una incapacidad surgida fuera del lugar de trabajo. La compañía afirma que cuenta con normativas que garantizan la reubicación de empleados en tareas más sencillas cuando se han lesionado durante la jornada laboral o debido a sus obligaciones. UPS defiende que el embarazo de Young equivale a una lesión fuera del trabajo -como puede ser un accidente doméstico o practicando deporte- por lo que no estaba obligada a asignarle otro puesto.
Los abogados de Young argumentaron este miércoles que el hecho de estar embarazada sí determinó la decisión de UPS, ya que en otras ocasiones había ofrecido otros puestos a trabajadores por causas ocurridas fuera del lugar de trabajo, como infracciones por conducir bajo los efectos del alcohol, sin que fueran obligados a tomar una baja de empleo y sueldo.
La sentencia llegará en los próximos meses y tiene el potencial de afectar a millones de mujeres estadounidenses
Dos tribunales estatales y federal ya han dado la razón a UPS, por lo que la última oportunidad de Young está en el Supremo. La sentencia llegará en los próximos meses y tiene el potencial de afectar a millones de mujeres estadounidenses. Desde el presidente Obama hasta 120 congresistas y numerosas organizaciones en defensa de las mujeres se han sumado a la causa de Young.
Según alega uno de los documentos presentados por la defensa, tres de cada cuatro mujeres estadounidenses que acceden al mercado laboral se quedarán embarazadas al menos una vez, por lo que este caso puede derivar en una ampliación de las protecciones que deben garantizar las empresas a las trabajadoras.
Poco después de que la demanda de Young llegase al Tribunal Supremo, UPS aprobó nuevas medidas para considerar las acomodaciones que se puedan hacer a las mujeres embarazadas de su plantilla que requieran tareas distintas hasta dar a luz. La compañía asegura que es su respuesta al cambio que atraviesa la sociedad y a la nueva composición de su fuerza laboral. Hace 50 años, en EE UU apenas el 11% de las mujeres con hijos eran la fuente principal de ingresos familiares, pero hoy esa cifra asciende al 40%. El porcentaje de trabajadoras que tiene un hijo también ha ascendido desde un 44% en la década de los 60 hasta el 65% actual.
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