La reconstrucción del suceso que desgarró Ferguson
Las pruebas estudiadas por el gran jurado desvelan nuevos detalles de la investigación
Apenas una hora después de que las autoridades de St. Louis publicaran este lunes el veredicto del jurado del caso Michael Brown, la fiscalía publicó todos los documentos y testimonios recabados en la investigación. Son las pruebas con las que el gran jurado de doce ciudadanos -nueve blancos y tres afroamericanos- determinó que el agente Darren Wilson no debía ser imputado por la muerte del joven afroamericano. Son el relato de los pocos minutos que duró el incidente en el que murió el joven desarmado por los disparos del policía y que reabrieron la herida de la discriminación racial en EE UU el pasado mes de agosto.
El testimonio de Wilson ante el gran jurado es una de esas pruebas que reconstruyen la sucesión de los hechos, junto con las declaraciones de varios testigos. Ante los 12 miembros del jurado también testificó Wilson. El agente explicó que se acercó a Brown, aquel sábado, a las 11.45 de la mañana, al ver que caminaba por el centro de una carretera junto a un amigo, testigo directo de lo ocurrido. Le llamó la atención que bloqueaban el paso de algunos coches y que “o uno era muy pequeño o el otro era realmente grande”.
La altura de Brown -195 cm- y su envergadura ha sido uno de los elementos clave en este caso y la revelación del sumario no ha resuelto aún las diferencias entre quienes defienden que Wilson actuó en defensa propia y quienes consideran que empleó una fuerza excesiva. El agente mide casi lo mismo que Brown, 192 cm y pesa 36 kg menos que el joven, 131 kg.
Además de llamarle la atención por caminar por la calzada, Wilson asegura que vio varios paquetes de cigarrillos en las manos de Brown, información que conecta con la que acaba de recibir por la radio de la policía, acerca de un robo en las inmediaciones. Entonces decide acercarse a ellos y bloquearles el paso con el vehículo. Tras pedirles que se aparten, Brown “agarró la puerta del coche y la cierra de golpe”, dice Wilson. “En ese momento le veo entrar en el coche. Veo que se está agachando, tiene las manos alzadas y está entrando en el coche”. El policía asegura que fue en ese momento cuando Brown le agredió golpeándole en el lado derecho de la cara.
A partir de ahí, Wilson relata un forcejeo en el que trató de bloquear los golpes de Brown y sujetarle “para tener algún tipo de control” pero, asegura, se sintió como “un niño de cinco años agarrándose a Hulk Hogan”. El agente declaró que en uno de esos instantes Brown se dio la vuelta para pedirle a Dorian Johnson, su amigo, que le sujetara los paquetes de cigarros. Después continuaría agrediéndole.
Las fotografías tomadas a Wilson aquella noche durante el examen médico muestran un golpe en la mandíbula derecha y otro en la nuca. El agente declaró que temió los puñetazos “podían dejarle inconsciente o algo peor”. “Es obviamente más grande y más fuerte que yo. Ya me había dado dos en la cara y el tercero podía resultar fatal si me daba bien”.
Entonces habría comenzado la pugna por la pistola del agente. Según éste, Brown intentó hacerse con ella. “Pensé que me iba a disparar. Podía sentir sus dedos intentando hacerse con el gatillo y recuerdo específicamente haberme imaginado el impacto de una bala en mi pierna. Pensé que era el siguiente paso”. Wilson asegura que disparó dos veces, pero la pistola no funcionó. “Pensé, este tipo me va a matar si agarra la pistola”. Al tercer disparo estalló el cristal. Brown retrocedió un poco y volvió a acercarse a él: “La única manera en que puedo describirlo es que parecía un demonio, así de enfadado parecía. Venía hacia mí con las manos levantadas”.
Ese gesto de Brown significó para muchos testigos que se rendía al policía -que ya había disparado tres veces, solo una con éxito-. Sus declaraciones circularon en los días posteriores a la muerte del joven, alimentando las protestas contra la acción policial, hasta el punto de que el fiscal del condado de St. Louis trató de refutarlas este lunes afirmando que las pruebas no corroboraban tal rendición y que varios testigos habían cambiado sus versiones. Entre las declaraciones publicadas por la fiscalía, varias voces compartieron testimonios contradictorios acerca de si Wilson persiguió al joven mientras le disparaba o no.
Tras ese instante, Wilson disparó dos veces más desde el coche y Brown salió corriendo, pero en un determinado momento se para, y retrocede hacia el agente. Wilson declaró que en ese momento ya no actuó simplemente por su seguridad, sino la de Brown y la de otras personas. “Mi objetivo era mantener fija la mirada sobre él y retenerle. Si pudiera ganar 30 segundos, vendría alguien, le arrestaríamos y no pasaría nada. Pero no ocurrió así”.
“Se dio la vuelta e hizo como un ruido y empezó a venir hacia mí. Su primer paso es venir hacia mí, hace un gesto como para empezar a correr. Cuando hace eso, cierra el puño de su mano izquierda y se la lleva al costado, la mano derecha la pone debajo de su camiseta, en la cintura, y empieza a correr”. Según Wilson, “parecía que quería correr a través de las balas, como si le enloqueciera que le estuviera disparando, como si yo no estuviera en su camino”.
Brown fallecería en el instante por los seis disparos que recibió, el último de ellos en la parte superior de la cabeza. “Cuando le dio, el gesto en su cara se quedó en blanco, se marchó su agresividad, quiero decir… cuando paró, se acabó la amenaza”.
El gran jurado debía determinar durante estos tres últimos meses si el agente debía ser imputado por varios cargos, entre ellos asesinato y homicidio involuntario, o conservaba su libertad sin resultar imputado. Una mayoría de votos optó por esto último.
A partir de ahora, el gobierno federal puede abrir su propio caso y presentar una demanda contra Wilson por haber violado los derechos civiles del joven afroamericano convertido ya en icono de la lucha contra la violencia policial. Sin embargo, el avance de ese caso sería complejo, puesto que ya hay una decisión de un jurado en contra. La otra opción es la investigación federal sobre las prácticas del Departamento de Policía de Ferguson, que podría haber incurrido en discriminación contra los ciudadanos afroamericanos de la localidad.
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