Los políticos portugueses seguirán sin pensión vitalicia
Los socialistas y el gobernante PSD pretendían reponerla tras la suspensión del último año
Ha sido necesaria la indignación popular y el escándalo mediático para que los parlamentarios portugueses pusieran freno a sus intenciones en el presupuesto de 2015: renovar sus pensiones vitalicias “por los servicios prestados”.
La iniciativa, presentada por el diputado Couto dos Santos (del partido gobernante PSD) y por el diputado socialista José Lello, escandalizó a casi todos, pero también dividió a los políticos de estos partidos y a la misma coalición gobernante, pues si el PSD la apoyaba su compañero de Gobierno, el CDS se abstuvo en todas las votaciones realizadas en la comisión parlamentaria. Partido Comunista y el Bloco de Esquerda votaron siempre en contra.
El alcalde de Cascais, Carlos Carreiras (PSD), compañero del ponente favorable a la reposición de la pensión, calificó la idea de “inmoral”, y de “vergüenza”. En su página en Facebook escribió: “Es el peor ejemplo que la clase política puede dar a la sociedad”.
Carreiras ha ido más allá al cuantificar los beneficiarios de estas pensiones de por vida. "Son 318 beneficiarios que cuestan a los contribuyentes 785.000 euros por mes (...) No sabemos quienes son, pero sabemos que muchos de ellos continúan en activo, otros acumulan la pensión con la de la jubilación, incluso del Estado, y algunos otros son paladines de la moral pública en medios de comunicación social, donde trabajan como comentaristas”.
Sea su duro comentario en Facebook, sean los ciudadanos que durante varios días han expresado su indignación en emisoras de radio, la iniciativa de esos dos diputados para que se volvieran a pagar las pensiones vitalicias tuvo en la noche del jueves un vuelco total.
El Bloco de Esquerda (8 de los 230 escaños parlamentarios) puso contra la pared a PS y PSD al exigir que la votación pasara de la comisión al pleno parlamentario, donde cada diputado debería dar la cara. Ante esa tesitura, los dos partidos proponentes se reunieron durante la noche y optaron por evitar el espectáculo público.
Pese a ello, en la mañana del viernes los portavoces del Bloco y del PCE trataron de sacar partido del patinazo del PS (en los sondeos, claro favorito a ganar las elecciones de 2015) y del gobernante PSD. Sin embargo, los portavoces socialistas y del PSP intentaron demostrar que eran los más luchadores por la justicia social, que ellos habían retirada la propuesta y que el PSD había sido quien el pasado año aprobó la congelación de la pensión. "En nombre del sentido común", dijo su propio proponente Couto dos Santos, "pedimos que se retirada la propuesta". "No fue sentido común", replicó la diputada de BE Mariana Mortágua. "Fue un acto de mala conciencia". El portavoz del PSD, Luís Montenegro, dijo que "la voluntad política de los diputados no era aprobar la propuesta". Solo un diputado, Vieira da Silva, se atrevió a justificar la iniciativa: "No era una prioridad socialista, pero defendemos la justicia y lo que debe ser un Estado de Derecho, que consiste en no perjudicar retroactivamente a las personas, sean las que sean".
Las pensiones vitalicias de políticos fueron creadas en 1985 por el Gobierno socialista de Mario Soares para “recompensar los años de servicio público" de diputados, ministros y jueces del Tribunal Constitucional, entre otros, anteriores a 2005, fecha en la que dejó de existir esta retribución para los que tenían menos de 2.000 euros de ingresos mensuales.
La iniciativa para descongelar estas pensiones (llevaban un año congeladas) ha tenido el efecto contrario: sacar a la luz los privilegios de la clase política frente a una ciudadanía que sigue sufriendo recortes salariales, subidas de impuestos y endurecimiento de las condiciones laborales que provocan, día sí y día también manifestaciones y huelgas continuas. Hoy toca la de enfermería.
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