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Rescatan a dos limpiacristales atrapados en el World Trade Center

Los trabajadores estuvieron cerca de dos horas suspendidos al romperse un cable

La cabina de los limpiacristales, colgada a la altura del piso 69.Foto: atlas | Vídeo: b. m. (reuters) / atlas

El One World Trade Center de Nueva York, también conocido como Torre de la Libertad, el edificio más alto del hemisferio occidental y símbolo de la capacidad de regeneración de la ciudad tras los atentados del 11-S, tuvo este miércoles un espectacular estreno de sus sistemas de emergencia. Un centenar de bomberos rescató del abismo a dos limpiacristales atrapados durante casi dos horas en su cabina por una fallo técnico. Los trabajadores quedaron suspendidos en el vacío a la altura del piso 69, a unos 240 metros de altura, con la canasta desplazada en un ángulo que hacía temer lo peor. Finalmente, los bomberos rompieron el cristal más cercano al artefacto averiado y sacaron a los dos encargados de la limpieza exterior del edificio, de 541 metros de altura.

Las condiciones atmosféricas, con un viento de 11 kilómetros a la hora y sin precipitaciones, favorecieron el complicado rescate. Gerard McEneany, representante sindical de los servicios de limpieza de la torre, explicó que el sistema de tracción mecánica de la canasta de limpieza se averió cuando los dos trabajadores se disponían a alcanzar la cima de la estructura. Al no recoger a la misma velocidad los cuatro cables que fijan la cabina (sólo uno de ellos podría sostenerla en el vacío), la estructura fue inclinándose hasta casi quedar en vertical.

Cuando los bomberos llegaron a la parte alta del edificio, descolgaron un aparato de radio para poder comunicarse con los dos hombres, identificados como Juan López, de 33 años, y Juan Lizama, de 41, con cinco y 14 años de experiencia, respectivamente. Asimismo, dejaron caer una cuerda de 600 metros de largo para que ambos pudieran anclarse a ella, como medida de seguridad añadida a los arneses que ya llevaban.

Una vez asegurados los dos limpiacristales, los bomberos comenzaron a romper las tres capas de cristales del edificio. Al mismo tiempo, habilitaron una segunda cabina para descender a por los bomberos en caso de que el plan para acceder a ellos por la fachada no funcionara. El edificio dispone de tres grúas en su parte más alta, dos para suspender cabinas de limpieza y otra para labores de rescate.

"Sabían que estaban en mal sitio. Pero también sabían que estábamos trabajando para sacarlos de allí y no entraron en pánico", explicó el teniente Billy Ryan, del equipo de rescate. Uno de los temores era que una despresurización brusca del edificio pudiera zarandear la cabina, lo que no sucedió. Una vez rotos los cristales de la fachada, los dos obreros fueron recogidos con el máximo cuidado por sus compañeros.

Superado el mal trago, los testigos en el lugar de los hechos, los presentadores de televisión y los comentaristas que siguieron la escena arrancaron en aplausos hacia los bomberos. En un lugar lleno de recuerdos por los cientos de muertos del 11-M, el suceso resucitó por unos momentos sentimientos que permanecen en el subconsciente colectivo. El One World Trade Center es, en este sentido, todo un símbolo. El alcalde, Bill de Blasio, destacó el "extraordinario" trabajo realizado por los bomberos. El jefe del departamento, Daniel A. Nigro, fue escueto: "El resultado de los que hemos hecho es que dos hombres podrán regresar a su casa esta noche".

La dramática operación de salvamento, que fue seguida en directo por las televisiones de la ciudad, se produce en un momento en que el rascacielos está siendo objeto de atención publica tras haber comenzado a hospedar la semana pasada a los trabajadores de las empresas en él alojadas. Los primeros en mudarse a esta estructura de 104 plantas fueron los empleados del grupo editorial Condé Nast. El edificio no ha sido inaugurado todavía oficialmente.

El proceso de construcción y rehabilitación de la denominada zona cero, llevado a cabo por la Autoridad Portuaria de Nueva York y de Nueva Jersey, ha necesitado 13 años de trabajos. El coste total del edificio asciende a 3.800 millones de dólares. A sus pies están las dos cascadas que ocupan el lugar de las antiguas Torres Gemelas.Todavía quedan por construir dos rascacielos más y el intercambiador de transportes diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava, cuyas obras empezaron con retraso y un coste de unos 4.000 millones de dólares.

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