La falta de fondos de Ucrania retrasa el fin de la guerra del gas con Rusia
Kiev pide a la Unión Europea otros 2.000 millones de euros para financiarse
Rusia y Ucrania llevan semanas anunciando el fin de la guerra del gas que mantiene el grifo cerrado a Kiev desde el mes de junio, pero la desconfianza entre los dos vecinos retrasa la solución. Los ministros de Energía de los dos países negociaron ayer en Bruselas durante todo el día con el comisario europeo del ramo, Günther Oettinger. Parecía el último capítulo de un diálogo que comenzó en abril, pero las partes se han dado aún una semana más para cerrar los flecos. Entretanto, los apuros financieros de Ucrania han llevado a su Gobierno a pedir otros 2.000 millones de euros prestados a la UE.
El vicepresidente de la Comisión Europea explicó que existía ya un borrador con un esbozo de acuerdo, de corto alcance porque solo abarca hasta el mes de marzo. El llamado paquete de invierno fija un precio de 385 dólares que Ucrania debe pagar por cada 1.000 metros cúbicos de gas, por encima del precio que abona Europa, pero 100 euros inferior a la cantidad reclamada anteriormente. A cambio de reanudar el suministro a este precio, Ucrania se compromete a pagar 3.100 millones de dólares (2.436 millones de euros) de los 5.300 adeudados antes de que concluya el año.
Los fondos para abonar esa deuda es lo que más inquieta a Rusia y lo que impide que el acuerdo sea aún definitivo. "La Comisión Europea no puede garantizar fuentes de financiación. Creemos que podría haber habido un trabajo más concienzudo en garantizar eso", se quejó el ministro ruso de Energía, Alexander Novak, que exige en todo caso un prepago para servir el gas. Oettinger había señalado unos minutos antes que la UE no puede abonar directamente la deuda que la firma ucrania de energía, Naftogaz, mantiene con el gigante ruso Gazprom, pero ofreció "designar a una compañía europea como intermediaria" para realizar esos pagos pendientes.
Las partes confían en poder cerrar el pacto definitivo la próxima semana
Las dificultades financieras ahogan a Ucrania e impiden, junto a la presión política que quieren mantener los dos bandos, dar por clausurado este pacto. El Gobierno de Kiev ha pedido 2.000 millones de euros adicionales a Bruselas para hacer frente a pagos pendientes, según confirmó ayer el Ejecutivo comunitario. Aunque los portavoces de la Comisión Europea desvinculan ese nuevo préstamo de la guerra del gas, esa llamada a la asistencia económica se produce apenas unos días después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, emplazara a la UE a respaldar a Ucrania en el pago de la deuda energética que mantiene con Moscú.
"La petición será ahora evaluada, en contacto con el Fondo Monetario Internacional", asegura el portavoz, que añade que la UE "continúa muy comprometida en ayudar a Ucrania", una indicación clara de que Bruselas hará todo lo posible para que esta nueva petición se satisfaga. Europa aprobó hace meses un paquete de ayuda financiera de 11.000 millones de euros para los próximos años, que se van desembolsando por partes.
El ministro ucranio, Yuri Prodan, insistió en que el compromiso se verá reflejado en un documento por escrito que vincule a las partes e impida cambiar las condiciones sobre la marcha (por ejemplo, un nuevo corte de suministro por parte de Moscú o un cambio en el precio por parte de Kiev), pero admitió que para eso aún quedan unos días.
Si todos los detalles se despejan, el acuerdo que cierre esta contienda podría quedar sellado el próximo miércoles, confió Oettinger, pero cualquier contratiempo que surja entretanto en Moscú o Kiev amenaza con afectar a esta frágil negociación.
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