Las claves de la movilización en Hong Kong
Cuatro pinceladas de las protestas prodemocracia en Hong Kong
El centro de Hong Kong lleva cinco días tomado por decenas de miles de ciudadanos. Desafiando los gases lacrimógenos policiales y las amenazas del Gobierno, los hongkoneses reivindican ante su Ejecutivo local y ante el Gobierno central chino un sistema electoral más democrático. Aquí, cuatro claves de la situación.
¿Qué pide la ciudadanía?
Los habitantes de la que hasta 1997 fue un colonia británica reclaman una reforma más liberal de la estructura electoral establecida por Pekín, que concede mayor libertad democrática a los hongkoneses que a los habitantes de la China continental (de ahí el lema "un país, dos sistemas") pero no alcanza el grado de autogobierno estipulado en los acuerdos firmados con Gran Bretaña para el traspaso de poder en la isla. La movilización se encendió cuando Pekín —que en 2007 había prometido que las elecciones locales de 2017 se celebrarían por sufragio universal— presentó el 29 de agosto su propuesta de reforma electoral.
En ella se recoge que los candidatos serán propuestos por un comité de 1.200 miembros, formado en su mayor parte por personalidades que mantienen vínculos con Pekín. Mientras, lo que la ciudadanía reivindica es la libre elección de los aspirantes a la presidencia de Hong Kong.
¿Cómo empezó la 'revolución de los paraguas'?
La movilización comenzó cuando China hizo públicas las restricciones para elegir candidatos a la presidencia en la reforma electoral. Occupy Central, un movimiento de activistas prodemocracia local, salió a la calle en señal de protesta. Este colectivo llevaba ya varios meses agitando el panorama político de la ciudad. El 29 de junio convocó un referéndum civil en el que participaron con sus votos, algunos vía internet, el 22% de la población hongkonesa, 787.767 personas.
Con motivo de la fiesta nacional en Hong Kong que se celebra hoy, Occupy Central había anunciado que lanzaría una serie de reivindicaciones en respuesta a la reforma electoral durante la movilización, a la que durante la última semana se han ido sumando estudiantes y ciudadanos forma masiva.
Las protestas, en las que han participado más de 100.000 personas según diversas fuentes, se ha bautizado popularmente como la revolución de los paraguas: muchos ciudadanos están haciendo uso de estos objetos y de máscaras de gas para protegerse de los gases lacrimógenos lanzados por la policia.
¿Cuales son los actores principales?
Leung Chun-Ying es el actual líder del Ejecutivo en Hong Kong. Relevó en 2012 a Donald Tsang, acosado por sus nexos con grandes empresarios chinos. Con carteles como "Vergüenza, Leung" o "Leung vete ya", los manifestantes piden ahora su dimisión después de que el político autorizara a las fuerzas de seguridad el uso de gases lacrimógenos y aerosoles de líquido picante para disolver a las multitudes. Durante su mandato, sus enemigos le han acusado de estar excesivamente cerca del Gobierno central de Pekín y de haber encarecido la vivienda local, una de las rémoras históricas de la excolonia.
Occupy Central y su fundador, Benny Tai Yiu-Ting, un profesor de derecho, son los impulsores de las movilizaciones ciudadanas. Haciendo uso de redes sociales como Weibo o Instagram (recientemente censuradas) para difundir su mensaje y convocar a las masas, Occupy Central ha sustentado las manifestaciones y se han anotado dos importantes victorias: el éxito del referéndum prodemocracia del pasado domingo y la alta participación ciudadana en las marchas.
¿Qué pasa ahora?
Aunque Occupy Central se define como un movimiento pacífico, el auge de la incidencia de otras organizaciones estudiantiles puede tensar más las manifestaciones, según advierten las autoridades. Por su parte, la mayoría de manifestantes y Occupy Central han recalcado su deseo de mantener el espíritu democrático y pacifista de la concentración, y de no abandonar las calles.
Sobre el sistema electivo propuesto por el Gobierno local, los legisladores prodemócratas del Ejecutivo hongkonés han anunciado que votarán en contra de la propuesta, ya que cuentan con suficientes escaños para vetarla.
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