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La ‘guerra del gas’ vislumbra su final

Rusia y Ucrania cierran un preacuerdo para garantizar el suministro energético este invierno

Planta de distribución de gas de Sololha, al este de Kiev
Planta de distribución de gas de Sololha, al este de Kiev

La perspectiva de un invierno como el de 2009, en el que Moscú cortó el suministro de gas a Kiev y los problemas de abastecimiento afectaron a parte de la UE, se aleja. Los ministros de Energía de Rusia y Ucrania cerraron el viernes en Berlín, con la mediación de la Comisión Europea, un principio de acuerdo para asegurar seis meses de normalidad.

El pacto, que la próxima semana deberá ser ratificado por los dos Gobiernos es aún frágil y quedan flecos pendientes. Pero tanto el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, como el ministro ruso, Alexandr Novak, se mostraron confiados en lograr el visto bueno final. El titular de Energía ucranio, Yuri Prodan, fue más comedido a la hora de anticipar el sí definitivo de su Gobierno al fin de la guerra del gas, que comenzó el pasado mes de junio, cuando Moscú cortó el suministro a Kiev.

“Las posibilidades de que las dos partes acaben firmando son muy altas”, dijo el comisario europeo. El punto más conflictivo del principio de acuerdo gira en torno al pago de la deuda que Ucrania arrastra por las entregas pasadas de gas ruso. Oettinger explicó que el Gobierno de Kiev se ha comprometido a entregar de aquí a finales de año 3.100 millones de dólares (2.430 millones de euros al cambio actual).

Hungría cede a las presiones rusas y corta el gasoducto con Ucrania

La negociación de los ministros se ha visto beneficiada por un clima de relativa tranquilidad en el conflicto que enfrenta a los separatistas prorrusos del este de Ucrania con el Gobierno de Kiev. “No tengo la más mínima duda de que la parte más peligrosa de la guerra se ha acabado gracias a la heroicidad de nuestros soldados”, había dicho el día anterior Petró Poroshenko.

Pese a los pasos dados ayer, fuentes diplomáticas advierten de que el pacto no está cerrado y que aún puede malograrse. ¿Qué pasaría si la próxima semana los dos Gobiernos no firman el documento pactado ayer? “El riesgo de que se repitiera un escenario como el del invierno de 2009 serían muy elevadas”, respondió el comisario europeo. Pero incluso aunque las negociaciones salgan adelante, las diferencias por el suministro de gas entre Moscú y Kiev no acabarán. Aún está pendiente un arbitraje internacional que deberá decidir a qué precio se contabilizan las entregas efectuadas por Rusia. Pero este veredicto no estará listo hasta el próximo año.

Putin amenaza con represalias a Bruselas si no revisa su pacto comercial

El principio de acuerdo aporta una nota optimista a las tensas relaciones entre la Unión Europea y Rusia a raíz del conflicto ucranio. El mismo vierno fue un país miembro de la propia UE, Hungría, el que desconcertó al resto al alinearse con Rusia en el conflicto del gas. Budapest decidió cortar el gas que suministra a Ucrania dentro del acuerdo europeo para redirigir hacia Kiev parte de la energía proveniente de Rusia, que desde junio no bombea más gas hacia Ucrania por discrepancias en el pago de la deuda.

Hungría ha cedido a la presión de Moscú, que lleva meses amenazando a Europa por mantener un suministro que considera ilegal, porque el cliente final al que Gazprom lo vende no es Ucrania, sino la UE. La influencia del Kremlin en la decisión húngara se refleja en el hecho de que el primer ministro, Viktor Orbán, ha tomado esta decisión pocos días después de reunirse con el presidente de Gazprom, Alexei Miller. El controvertido Orbán se ha mostrado también muy reticente a aplicar sanciones contra Rusia, aunque finalmente cedió a adoptar una medida que requiere unanimidad de los Estados miembros.

La decisión de Budapest soliviantó a la Comisión Europea. “Nuestro mensaje es muy claro: esperamos de todos los Estados miembros que faciliten esos flujos. Es una decisión del Consejo Europeo para garantizar una seguridad energética compartida”, aseguró una portavoz. Hungría, Polonia y, desde este mes, también Eslovaquia revenden a Ucrania parte del gas ruso que reciben, una decisión que Bruselas considera ajustada a las reglas. No obstante, el bombeo final obedece a acuerdos bilaterales entre cada uno de estos países y el Gobierno de Kiev.

Más allá del gas, el acuerdo de libre comercio firmado entre Moscú y Kiev —ahora prorrogado para limar asperezas con Moscú— también provocó ayer una colisión entre Rusia y la UE. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha enviado una carta al líder de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, para pedirle que reabra ese pacto. Putin intenta que el acuerdo sea más beneficioso para sus intereses y amenaza con adoptar “medidas de represalia inmediatas y apropiadas” si se aplica tal como fue ratificado, según publicó ayer el diario Financial Times.

La Comisión Europea confirmó la misiva, pero advirtió de que cualquier cambio en el acuerdo de asociación, que tras la demora pactada deberá entrar en vigor a principios de 2016, “debe ser acordado entre las dos partes firmantes”, Ucrania y la UE, aseguró una portavoz comunitaria.

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