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Ucrania y los rebeldes firman la creación de una zona desmilitarizada

El primer acuerdo concreto para congelar combates no frena los disparos en Donetsk

Un hombre con ayuda humanitaria rusa en Donetsk.
Un hombre con ayuda humanitaria rusa en Donetsk.M. DJURICA (REUTERS)

Las fuerzas gubernamentales ucranias y los separatistas prorrusos firmaron esta madrugada en Minsk un memorándum de alto el fuego para crear una zona desmilitarizada de 30 kilómetros. "El memorándum prevé el repliegue no menos de 15 kilómetros del armamento de gran calibre. De esta forma, se crea una zona de seguridad de más de 30 kilómetros de ancho", aseguró Leonid Kuchma, expresidente ucranio y representante de Kiev en las negociaciones de Minsk para lograr la paz en el este de Ucrania tras cinco meses de combates.

Tras dos semanas en las que ambos bandos han mantenido a duras penas el alto el fuego pactado, Kiev y los rebeldes decidieron plasmar en un documento las condiciones de la tregua con la mediación de Rusia y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). Sin embargo, los enfrentamientos hoy han continuado sucediéndose. Periodistas de la agencia Reuters han presenciado ataques de artillería contra la ciudad de Donetsk (principal bastión rebelde) y las fuerzas de Kiev aseguran que han recibido varios ataques de los separatistas, incluido un intento de arrebatarles el control del aeropuerto de la misma Donetsk.

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Se espera que estos encontronazos sean puntuales coletazos antes de que comience la retirada. La disminución de la tensión "del conflicto ha comenzado. Los acuerdos comenzarán a aplicarse dentro de 24 horas. Hemos acordado la línea de separación entre las partes en conflicto. Esto ha permitido acordar el repliegue del armamento pesado", afirmó Mijaíl Zurabov, embajador ruso en Ucrania después de la firma del memorando.

La clave, según el emisario ruso, fue estabilizar el frente al delimitar la línea de separación entre las posiciones de ambas partes en las regiones de Donetsk y Lugansk, ambas limítrofes con Rusia, para lo que se necesitaron siete horas de conversaciones.

En estos momentos, las fuerzas gubernamentales controlan el 70% del territorio de ambas regiones, aunque los separatistas mantienen el control sobre las capitales, sus principales plazas fuertes.

El memorándum es muy explícito en cuanto al armamento pesado y en su cuarto punto estipula la retirada de todas las piezas de artillería con un calibre mayor de 100 milímetros de la "zona de seguridad" de 30 kilómetros, "incluido las poblaciones". Además, ambas partes acordaron el desminado de toda la zona de seguridad y la prohibición de la colocación de nuevas minas antipersonales.

"El memorándum de Minsk ha puesto el punto y final. Tendrá lugar un completo alto el fuego. La firma del memorando nos da la oportunidad de vivir con normalidad y sentirnos completamente seguros", comentó Igor Plotnitski, líder de la autoproclamada república popular de Lugansk.

El documento firmado en Minsk no puede ser considerado un acuerdo de paz, ni siquiera un armisticio, pero sí congela las acciones militares, aunque sea de manera provisional.

"Primero, el cese del empleo de las armas por ambos bandos. Segundo, mantenimiento de las posiciones de las unidades militares y grupos armados a fecha 19 de septiembre. Tercero, prohibición de acciones ofensivas", desglosó Kuchma.

También "se ha introducido la prohibición de los vuelos de la aviación militar, lo que incluye a los aviones letales no tripulados, con la salvedad de los aparatos de la OSCE", precisó. Kuchma destacó que Kiev también arrancó en la capital bielorrusa el acuerdo para "la retirada de territorio ucranio de todos los grupos armados extranjeros (...), los llamados mercenarios", en su mayoría voluntarios rusos, según Kiev, pero también serbios y legionarios franceses.

Al respecto, Zurábov matizó que, al contrario de lo que siempre ha mantenido Kiev, "los mercenarios están presentes tanto en uno como en otro bando". El garante de todos estos acuerdos será la OSCE, que desplegará observadores "a lo largo de toda la frontera ruso-ucrania", punto de entrada de armamento y refuerzos para los milicianos, según Kiev.

Kuchma, Zurábov y los separatistas reconocieron que la tregua acordada el pasado 5 de septiembre en la capital bielorrusa fue violada en varias ocasiones, sin acusar a nadie en concreto.

En cuanto a la ley de autogobierno aprobada esta semana por la Rada Suprema (legislativo ucranio) y que fue calificada de "paso en la buena dirección" por Rusia, las partes acordaron aplazar la discusión de este asunto. "Este es un punto para futuras negociaciones. Ellos tienen su opinión y nosotros la nuestra. El estatus especial sólo podrá ser abordado después de que la correspondiente ley sea promulgada", aseguró Alexandr Zajárchenko, líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk.

Zajárchenko sí descartó la celebración el 7 de diciembre, como estipula la ley, de elecciones locales bajo supervisión ucrania en las zonas rebeldes con el fin de que el este prorruso tenga interlocutores ante Kiev.

El presidente ucranio, Petró Poroshenko, aún no ha promulgado dicha ley, pero se mostró dispuesto en su intervención ante el Congreso estadounidense esta semana a otorgar toda clase de competencias a los separatistas prorrusos, siempre que permanezcan en el seno de un Estado unitario.

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