El nuevo Gobierno turco podrá cerrar páginas web sin autorización judicial
Ankara amplía su control sobre los usuarios de Internet por “seguridad nacional”
El nuevo Gobierno turco del primer ministro Ahmet Davutoglu ha comenzado su andadura en la misma línea que la del anterior: tratando de ampliar aun más su capacidad para controlar internet.
Esta semana, la mayoría parlamentaria del gobernante Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP, en turco) ha aprobado la enmienda de una ley que otorga al Gobierno la capacidad de bloquear páginas web por motivos de “seguridad nacional, el restablecimiento del orden público y la prevención de crímenes”, y ello sin autorización judicial previa.
Si la ley entra en vigor, tras una orden de la Autoridad de las Telecomunicaciones (TIB, en turco) el proveedor de internet tendrá cuatro horas para hacer efectivo el bloqueo. Además, el TIB, que rinde cuentas a la oficina del primer ministro, podrá vigilar qué usuarios visitan ciertas páginas web, y podrá almacenar esta información durante dos años.
En su formato anterior, aprobado en febrero, esta ley ya permitía al TIB bloquear sitios web sin autorización judicial, pero sólo para proteger la privacidad de las personas. Como ya era antes, con los cambios recién propuestos la Autoridad tiene 24 horas para justificar su decisión ante un tribunal, que entonces tiene dos días para decidir si mantiene el bloqueo.
“Esta nueva ley significa que el AKP no puede aguantar ni una sola voz disidente, que todas deberían ser bloqueadas de antemano”, comenta Gulseren Adakli, profesora de Comunicación y Medios en la Universidad de Ankara. “Esta ley va a transformar al [TIB] en una máquina voyeurista en el nombre de la seguridad nacional, pero no referida a la seguridad de los ciudadanos sino a la del Gobierno”, añade Adakli.
La ley de febrero se aprobó tras un escándalo que había salido a la luz en diciembre con la publicación en internet de grabaciones que presuntamente implicaban a miembros del Ejecutivo en casos de corrupción. Poco después, sólo tres días antes de las elecciones locales el 30 de marzo, el Gobierno había bloqueado el acceso a la plataforma de vídeos YouTube, donde habían aparecido las grabaciones. Ya una semana antes, el 21 de marzo, había bloqueado el acceso a la red social Twitter, donde se compartían enlaces a estas grabaciones. Más tarde, el 6 de abril el Tribunal Constitucional turco levantó la prohibición sobre Twitter y la de YouTube el 29 de mayo.
‘Nueva Turquía’
Para que la enmienda a la ley sea efectiva, falta que la firme el recién elegido presidente, Recep Tayyip Erdogan, quien hasta el mes pasado era el primer ministro. Es un mero trámite, ya que el propio Erdogan dijo en marzo de este año que “erradicaría” Twitter, y fue su Ejecutivo quien aumentó el control gubernamental sobre internet.
Las enmiendas actuales llegan sólo una semana después de que Davutoglu, que sustituyó a Erdogan tras la victoria de éste en las presidenciales, anunciara que, bajo su Gobierno, “la nueva Turquía va a ser un país importante y vanguardista”.
Además, el Parlamento ha aprobado estas modificaciones sólo días después de que Estambul fuera sede del foro anual de Naciones Unidas sobre gobernanza en internet. “El partido gobernante en Turquía ha respondido a las críticas a sus políticas aumentando la censura en internet y procesando a usuarios de las redes sociales”, ya había denunciado Cynthia Wong, investigadora sobre internet de la organización Human Rights Watch, de cara a este foro, que fue boicoteado por varias organizaciones defensoras de los derechos a la libertad de expresión y de prensa.
En este sentido, el Gobierno podría estar preparando otra reforma que preocupa a sus críticos, ya que el pasado julio Erdogan anunció que querría pasar las competencias del TIB a los servicios turcos de inteligencia. “El TIB no es aceptable tal y como existe ahora, vamos a abolirlo como institución y a transferir sus prerrogativas al MIT [acrónimo de los servicios de inteligencia]”, aseguró el entonces aún primer ministro, según lo citó la prensa local.
Ya antes de estas leyes Turquía era un país donde el acceso a internet estaba bastante restringido. La página Engelli Web contabiliza más de 50.900 sitios bloqueados, y Twitter, en su informe más reciente sobre el tema el pasado julio, informó de que había recibido 186 peticiones para eliminar contenido desde Turquía. Como comparación, España envió dos peticiones, y la cifra turca constituye más de una tercera parte del total mundial.
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