El MH17 estalló en vuelo sobre Ucrania por el impacto de objetos externos
El informe preliminar del Consejo Holandés para la Seguridad excluye fallos técnicos
El desastre del vuelo MH17 de las líneas aéreas malasias que el pasado 17 de julio costó la vida a 298 personas no se debió a un fallo técnico o humano. El Boeing 777 siniestrado cubría la ruta entre Ámsterdam y Kuala Lumpur y cayó cerca de la localidad de Hrabove, en la provincia de Donetsk, al este de Ucrania, en una zona controlada por separatistas prorrusos. Según la investigación preliminar efectuada por el Consejo Holandés para la Seguridad, “la nave estalló en el aire debido probablemente al impacto de varios objetos externos con alta energía que atravesaron el fuselaje a gran velocidad”.
El informe no menciona la palabra misil, pero estos hallazgos preliminares son consistentes con la posibilidad, ya avanzada por las autoridades de EE UU en julio, de que el avión fuese derribado por el impacto de un misil tierra-aire de la clase Buk, diseñado para detonar antes de alcanzar el objetivo, que recibe el impacto de afilados fragmentos de metal.
Tanto Alexander Zajarchenko, líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk, como Moscú, han negado haber lanzado ataques contra aviones comerciales. El informe definitivo sobre lo ocurrido estará listo previsiblemente en 2015.
En su momento, Rusia apuntó que otra nave pudo haber derribado el Boeing 777 de Malaysia Airlines. Los expertos reunidos en Holanda, sin embargo, solo señalan tres vuelos comerciales en las cercanías del MH17 en su trabajo, el más cercano a 30 kilómetros.
Ucrania, por su parte, ha sostenido desde el principio que la catástrofe fue causada por un proyectil lanzado desde la parte de su territorio controlada por milicianos rebeldes.
Los investigadores —de Estados Unidos, Rusia, Ucrania, Malasia, Australia, Alemania y Reino Unido, además de Holanda— han visto muy limitado su trabajo sobre el terreno en Donetsk por motivos de seguridad. No han podido realizar aún análisis forenses de los restos del aparato, que permanecen en Ucrania, por lo que han tenido que analizar las fotos tomadas por los satélites y las realizadas en tierra.
Recuerdan, además, que el aparato había sido revisado y no tenía problemas de mantenimiento cuando despegó de Ámsterdam en plenas vacaciones veraniegas. Para Holanda, de donde procedían 196 de las víctimas, y que no ha sufrido atentados en su historia reciente, la tragedia ha producido un trauma nacional. Sus muertos residían en todas las esquinas del país y familias enteras han desaparecido (lo mismo ha ocurrido con otros pasajeros, de nacionalidad australiana o malasia, por ejemplo).
Dado que el informe no es definitivo, y ante la posibilidad de un acto terrorista, Mark Rutte, el primer ministro liberal, ha pedido calma. “No es necesario adelantarse a los acontecimientos. A su paso, los expertos trabajan para llegar a conclusiones irrefutables”, ha dicho. Najib Razak, su homólogo malasio, ha sido algo más concreto y ha mencionado la palabra clave: misil. “La sospecha de que uno tierra-aire derribara el MH17 es grande, pero necesitamos más análisis”, señaló.
No todos los cuerpos han podido ser todavía identificados. Los padres de Bryce Fredriksz, un joven de 23 años que viajaban con su novia Daisy, de 20, han reconocido que prefieren pensar que no notaron nada. “Incluso si algunos pasajeros miraron por la ventana, con un impacto desde fuera, lo más probable es que no lo vieran”, han declarado a la televisión pública (NOS). Para ellos, lo importante ahora es saber “quién lo hizo”.
Gracias a las grabaciones recogidas en las cajas negras del avión, el Consejo para la Seguridad sí ha podido reconstruir las últimas comunicaciones con los controladores. A partir de las 13.20 (dos horas más en España) no hubo respuesta del MH17. “Nada indica que hubiera problemas técnicos o una emergencia. Las comunicaciones radiofónicas mantenidas con los servicios ucranios de control aéreo confirman que tampoco hubo peticiones de socorro por parte del comandante. Después, la grabación en la cabina se cortó de golpe”.
Como la mayoría de los servicios de inteligencia occidentales barajan la hipótesis del misil Buk, y las familias esperan una respuesta sobre la autoría de la tragedia, los investigadores han recordado que su labor consiste “en mejorar la seguridad aérea y sus rutas”. La memoria final de los expertos incluirá un apartado sobre los criterios empleados para evaluar la seguridad de las rutas aéreas (sobre zonas en conflicto). Ucrania había establecido una zona restringida a los vuelos comerciales hasta el nivel de vuelo 320 (equivalente a unos 32.000 pies, unos 9.700 metros de altura). El MH17 volaba al nivel 330 cuando estalló en el aire.
La Fiscalía General del Estado holandesa, que sí puede perseguir a los posibles causantes, ha añadido que su trabajo “puede prolongarse años”. De momento, una veintena de parientes de los fallecidos holandeses ha pedido una indemnización a Malaysia Airlines.
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