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Dos muertos en Turquía por la demolición de una estatua de un guerrillero kurdo

Cuatro personas han sido heridas en la defensa del monumento derribado por orden judicial

Mujeres kurdas con banderas del PKK en 2013 en Diyarbakir.
Mujeres kurdas con banderas del PKK en 2013 en Diyarbakir.AFP

Al menos dos personas - un manifestante y un policía- han muerto y dos han resultado heridas en enfrentamientos entre fuerzas de seguridad turcas y manifestantes que intentaban evitar la demolición en la ciudad de Diyarbakir (sureste del país) de una estatua de homenaje a Mahsum Korkmaz, uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, en kurdo). El suceso ha ocurrido pocos días después de que representantes del Gobierno y del PKK declararan que querían reactivar el frágil proceso de paz entre ambas partes.

Una de las víctimas, un joven de 24 años según la prensa local, murió en un hospital por una herida de bala en la cabeza, mientras uno de los heridos presentaba cuatro disparos, según la oficina local de la Asociación de Derechos Humanos de Turquía. Un policía murió en un hospital a raíz de las heridas sufridas en los enfrentamientos, según fuentes de seguridad locales citadas por la agencia de noticias France Presse.

Soldados del Ejército turco y miembros de la Gendarmería, una fuerza policial paramilitar, se dirigieron esta mañana temprano a retirar la estatua con apoyo de vehículos acorazados y hasta de helicópteros, según informaciones desde el terreno. Las fuerzas de seguridad seguían una orden emitida el lunes por un tribunal local, después de que el gobernador provincial hubiera denunciado también el lunes el monumento, sólo dos días después de su inauguración, según la prensa local.

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En el enfrentamiento con la gente que protegía la estatua, que finalmente ha sido retirada, las fuerzas de seguridad han usado fuego real y gas lacrimógeno, según testigos citados por los medios locales.

Mahsum Korkmaz es uno de los fundadores del PKK y el comandante que lideró el primer ataque de su milicia contra el Estado turco el 15 de agosto de 1984. Dos años después, Korkmaz murió en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad turcas y los militantes lo consideran un mártir.

La estatua lo presentaba vestido con uniforme de lucha y con un rifle, y fue inaugurada el 16 de agosto, coincidiendo con la conmemoración del 30 aniversario del inicio del conflicto, en un cementerio abierto recientemente para albergar los restos de miembros del PKK caídos en combate, incluidos los del propio Korkmaz.

El suceso ha ocurrido pocos después de que el Gobierno y el PKK declararan que querían reactivar el frágil proceso de paz

“El AKP [partido en el Gobierno] está evidentemente jugando con fuego”, ha señalado hoy en un comunicado la Unión de Comunidades del Kurdistán, el ala política del PKK, que urge al Gobierno a que abandone “este juego tan peligroso” y que “ponga un fin a los ataques”, según cita el mensaje la agencia kurda de noticias Firat.

En las últimas semanas, militantes del PKK se han desplazado desde sus bases en las montañas Kandil, en el noreste de Irak, para participar junto con fuerzas kurdas iraquíes, apoyadas por bombardeos estadounidenses, en la lucha contra la milicia yihadista del Estado Islámico.

Treinta años de conflicto armado

En un primer momento, el PKK exigía la independencia para la región mayoritariamente kurda del sudeste de Turquía. En estos 30 años el conflicto ha dejado más de 40.000 muertos, la mayoría militantes kurdos y población civil, aunque el Ejército también ha sufrido numerosas bajas. Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos consideran el PKK una organización terrorista.

Actualmente, la milicia ha moderado sus demandas y pide mayor autonomía para la región kurda, el reconocimiento constitucional de una serie de derechos sociales y políticos, y una amnistía que incluya la liberación de su líder, Abdalá Ocalan, encarcelado desde 1999.

El Gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan anunció a finales de 2012 que en octubre de ese año había entrado en conversaciones con el propio Ocalan con el objetivo de poner fin al conflicto. En marzo de 2013, el PKK anunció un alto el fuego unilateral, que aún mantiene, y en mayo comenzó a retirar a sus guerrilleros de suelo turco.

Sin embargo, en septiembre de ese año el PKK detuvo esta retirada y sus líderes se han quejado repetidamente de que el Gobierno no está cumpliendo con su parte en las conversaciones, que llevan meses prácticamente paralizadas. El Ejecutivo responde exigiendo el desarme de la milicia antes de seguir adelante con las negociaciones. Finalmente, el mes pasado el Parlamento aprobó una ley que establece el marco para el proceso de paz, y la elección de Erdogan como presidente de la República hace una semana parecía haber desbloqueado las conversaciones.

De hecho, los sucesos de hoy han ocurrido sólo unos días después de que el viceprimer ministro Besir Atalay anunciara que el Gobierno está elaborando una hoja de ruta que quiere presentar el mes que viene, y de que el propio Ocalan comunicara que el proceso de paz se dirigía “a su recta final”.

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