Miles de personas protestan contra Israel en el centro de París
La manifestación de apoyo a Palestina se celebra en medio de fuertes medidas policiales El despliegue de agentes tiene el objetivo de impedir nuevos incidentes contra la población judía
Los graves choques del fin de semana entre judíos y propalestinos, seguidos de incendios y saqueos en comercios de los primeros, habían originado una enorme expectación ante la manifestación convocada este miércoles en la capital francesa a favor de la paz en Oriente Próximo. Más de 10.000 personas, según cálculos aproximados de este periódico, participaron en la convocatoria, que se convirtió en una protesta unánime contra Israel pese a que formalmente era un acto por la paz al que se había sumado incluso alguna organización judía. Solo un pequeño grupo de judíos ortodoxos, recibidos con aplausos, se sumaron con una pancarta con el texto “El sionismo es la desgracia de los judíos”.
“Israel, asesino; Hollande, cómplice”, “Hamas, resistencia; Palestina vivirá” o “sionistas, fascistas, sois los terroristas”, han sido los gritos más escuchados entre los manifestantes, así como algunos de “viva Palestina, dios es grande”, en árabe. Buena parte de los asistentes portaban banderas palestinas. Una minoría exhibía también fotografías de dirigentes musulmanes árabes o dibujos insultantes para los judíos.
La mayoría de los participantes han sido miembros de las comunidades musulmanes de los barrios populares parisinos. Muchas de las mujeres asistentes, en ocasiones acompañadas de niños, portaban velo. Varios diputados socialistas, pese a que sus jefes de filas se lo desaconsejaron, así como el dirigente de izquierdas Jean-Luc Mélenchon y destacados miembros del Partido Comunista fueron algunos de los escasos políticos que se sumaron.
La protesta comenzó en las proximidades del bulevar Montparnasse para concluir en Invalides. En todo momento, la presencia policial fue muy numerosa. Algunos comercios de la zona optaron por echar el cierre ante la posibilidad de que se produjeran incidentes.
El conflicto israelo-palestino tiene su reflejo en suelo francés, donde vive uno de los mayores colectivos musulmanes de Europa (seis millones) y 600.000 judíos, y ha colocado al Gobierno de François Hollande en una incómoda situación interna tras prohibir justamente dos protestas que, a la postre, resultaron las más violentas.
La alarma se desató hace dos semanas, cuando en dos sinagogas de París hubo forcejeos entre judíos y propalestinos. Fue el detonante de la prohibición gubernamental de las dos manifestaciones convocadas el pasado fin de semana en París y Sarcelles. En esta última población, a 30 kilómetros al norte de París, fueron incendiados varios comercios de judíos.
El presidente de la República, François Hollande, teme que se generalice en Francia el antisemitismo que se ha registrado en las últimas manifestaciones y el lunes advirtió del peligro de “un verano caliente”.
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