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Israel halla cerca de Hebrón los cadáveres de los tres adolescentes secuestrados

Las Fuerzas Armadas israelíes desplegaron este lunes un amplio contingente en la zona “Hamás es el responsable y Hamás pagará”, afirmó el primer ministro, Benjamín Netanyahu

Los tres jóvenes judíos: Naftali Fraenkel, Gilad Shaar y Eyal Yifrah.
Los tres jóvenes judíos: Naftali Fraenkel, Gilad Shaar y Eyal Yifrah.REUTERS

El Ejército de Israel encontró este lunes los cadáveres de los tres jóvenes judíos secuestrados 18 días antes en Cisjordania. Fueron localizados por la tarde, ocultos bajo un montón de piedras en un campo abierto al norte de la localidad palestina de Halhul, situada al noroeste de la ciudad de Hebrón. Es un lugar muy próximo al sitio donde desaparecieron. Las Fuerzas Armadas desplegaron ayer un amplio contingente en la zona, donde se registraron enfrentamientos entre palestinos y soldados israelíes al caer la tarde. Según varios testimonios hubo disparos de fuego real y también operativos antidisturbios. El Ejército de Israel ha confirmado la muerte de un joven de 18 años, Yusuf Abu Zagher, en los primeros choques de este martes. Los soldados practicaron nuevas detenciones en la zona de Hebrón -en cuyo centro viven colonos israelíes protegidos por uniformados-, situada al sur de Jerusalén. Por la tarde, la ciudad ubicada en el epicentro de la búsqueda de los desaparecidos volvía a ser una localidad sitiada, con todos los accesos y salidas tomados por el Ejército.

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Hamás es el responsable y Hamás pagará”, afirmó el primer ministro, Benjamín Netanyahu, al inicio anoche de una reunión de emergencia con su gabinete de seguridad. El presidente palestino, Mahmud Abbas, ha convocado también a la dirección de la Autoridad Nacional (AN).

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó “duramente” lo que calificó como un “acto terrorista sin sentido”, pero a la par instó tanto a las autoridades israelíes como a las palestinas a “abstenerse de (dar) pasos que puedan desestabilizar más aún la situación”, informa Silvia Ayuso desde Washington.

Israel dio días atrás los nombres de dos palestinos, presuntos miembros de Hamás, a los que acusa de estar tras el secuestro. Un portavoz del Ejército aclaró anoche que “sigue la operación de busca y captura” de ambos, cuyo paradero se desconoce desde los días en que se llevó a cabo el secuestro. Son los principales sospechosos para Israel.

Pero desde la desaparición de los chicos, el pasado día 12, Israel ha detenido a 420 palestinos, en su mayoría vinculados a la organización islamista Hamás. El Ejército mató a por lo menos cinco palestinos —entre ellos, un chico de 15 años llamado Mohamed Dudin— en diversas refriegas relacionadas con el operativo de rescate. El Ejecutivo de Netanyahu culpó a Hamás casi desde el primer día de la triple desaparición.

Eran Gilad Shaar y Neftalí Fraenkel, ambos de 16 años, y Eyal Yifrah, de 19. Frankel tiene doble nacional israelí y estadounidense. Solo uno de ellos vivía en una colonia judía en Cisjordania, pero los tres hacían autostop en la zona del bloque de asentamientos de Gush Etzion, en la denominada Area C de Cisjordania, bajo control militar y civil de Israel. Regresaban de sus clases en escuelas talmúdicas situadas en asentamientos israelíes en la Cisjordania ocupada. Según los indicios, fueron asesinados poco después de caer en manos de sus captores. Uno de los jóvenes consiguió llamar a la policía israelí y dar noticia de su secuestro. Fue la última señal de vida de los muchachos. Horas más tarde fue localizado un coche calcinado en las inmediaciones de Hebrón.

Se desató entonces el mayor despliegue militar israelí en Cisjordania desde la segunda Intifada, que concluyó hace casi diez años. El Ejército aumentó sus fuerzas en más de un 50% para peinar la zona al milímetro, casa por casa, finca por finca y cueva por cueva. Bloquearon el tráfico de personas y mercancías entre Israel y la región de Hebrón, que es la mayor ciudad palestina en Cisjordania. Solo Gaza la supera en número de habitantes. Las medidas represivas también tuvieron, así, un considerable impacto económico.

Israel diseñó una operación doble. Por un lado buscaba la recuperación de los muchachos “vivos o muertos”. Por otro, debilitar a Hamás en Cisjordania tanto como sea posible. El grupo islamista, considerado terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos, controla la franja de Gaza y mantiene su presencia en Cisjordania. Sobre todo en las inmediaciones de Hebrón.

En el apogeo del operativo, hace dos semanas, un alto oficial del Ejército israelí explicó a un grupo de periodistas que los civiles palestinos “tienen que sentir que, si se secuestra a alguien en su territorio, ellos van a sufrir” las consecuencias. Según dijo creer, en Hebrón “lo entienden”.

“Hamás es el responsable y Hamás pagará”

El brazo político de Hamás y la AN presentaron en junio un nuevo Gobierno de unidad, con el que aspiran a dejar atrás siete años de división política y territorial palestina.

Hamás controla la franja de Gaza, mientras que Abbas y su partido Al Fatah gobiernan Cisjordania desde Ramala. El asesinato de los tres jóvenes y la reacción de Israel están debilitando el proyecto de unidad palestina, que se propone organizar unas elecciones conjuntas en los próximos meses. En Cisjordania, las manifestaciones contra la dura actuación de Israel en la zona se han mezclado, durante las últimas semanas, con protestas por la colaboración policial que Abbas ha brindado a Israel en la busca de los tres chicos muertos.

El presidente palestino condenó el secuestro, pero Netanyahu responsabilizó de forma indirecta a su nuevo Gobierno unitario, al que culpó de haber “abierto la puerta” de Cisjordania a Hamás. La desaparición de los chicos se ha vivido con considerable emotividad pública en Israel. Este mismo fin de semana, miles de personas se manifestaron en Tel Aviv para pedir su puesta en libertad.

La tensión crece en Gaza

J. GÓMEZ, Jerusalén

Aunque sucedió en Cisjordania, la aparición de los cadáveres de los chicos israelíes caldeó, sobre todo, las tensiones en la franja de Gaza. Israel ha puesto en su punto de mira a Hamás, que gobierna la región desde la guerra civil palestina de 2007.

La escalada de bombardeos israelíes y misiles caseros palestinos registrada en las últimas dos semanas augura otro verano violento para la región, cercada por Israel y aislada por Egipto desde la caída del Gobierno de Mohamed Morsi hace ahora un año. Solo el lunes, Israel contó 20 cohetes disparados desde Gaza contra objetivos al sur del país. Se habló de la posibilidad de que procedan de grupos islamistas minoritarios, pero ahora el Ejército culpa solo a Hamás. Hablan en Israel de “número récord” de proyectiles desde los ocho días que duró la masiva operación Pilar Defensivo de Israel, en noviembre de 2012.

Un portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, dijo ayer que “un ataque israelí abrirá las puertas del infierno para el país”.

Hamás recordó que “ninguna organización palestina, ni Hamás ni ningún otro grupo, ha reivindicado la acción”. El domingo, Israel fue alertando de que la operación contra Hamás desplegada en Cisjordania desde el secuestro de los chicos judíos estaba a punto de extenderse a Gaza. Antes de conocerse el hallazgo de los cadáveres, Netanyahu había alertado de que “Israel no va a seguir permitiendo que disparen cohetes desde Gaza”. El primer ministro advirtió: “O Hamás detiene o lo haremos nosotros”.

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