Obama pedirá recursos al Congreso para luchar contra la oleada de niños migrantes

El presidente Obama solicitará nuevos fondos al Congreso para luchar contra la oleada de inmigrantes menores de edad que llegan solos hasta la frontera de Estados Unidos. Obama también pedirá una ampliación de las competencias de los agentes de inmigración para acelerar el proceso de deportación de los niños, cuya situación en la frontera ha sido calificada de “crisis humanitaria” por las autoridades estadounidenses.

En una carta enviada a los legisladores del Congreso, Obama solicitará 2.000 millones de dólares para responder a lo que ya ha calificado como “crisis humanitaria”. La cifra, adelantada este fin de semana por el diario The New York Times, no ha sido confirmada todavía por la Casa Blanca. Los nuevos fondos permitirían al Gobierno federal responder a la demanda de recursos para atender a los miles de jóvenes que han desbordado los centros de internamiento de la patrulla fronteriza desde comienzos de junio.

Según datos proporcionados por la Administración, 52.000 niños han llegado a Estados Unidos desde el pasado mes de octubre, una cifra que duplica las detenciones de los 12 meses anteriores. Algunos de ellos están acompañados de sus madres, pero la mayoría han viajado solos, con la esperanza de reunirse con familiares que ya residen en EE UU.

El pasado jueves, Obama se dirigió a los progenitores de estos niños en Centroamérica -la mayoría provienen de Guatemala, Honduras y El Salvador- para pedirles que dejaran de enviarles rumbo al norte. “No manden a sus hijos a la frontera. Si llegan, los enviaremos de vuelta y, lo que es más importante, podrían no llegar”, dijo el presidente. "No envíen a sus niños no acompañados en trenes o a través de un grupo de traficantes de personas”.

La Administración Obama ha mantenido varios contactos en las últimas semanas con las autoridades de El Salvador, Guatemala y Honduras para solucionar esta situación. El vicepresidente Joe Biden celebró una reunión con representantes de los tres países implicados, además de México, y anunció el envío de fondos adicionales para luchar contra la inseguridad y la pobreza en la región, uno de los factores que ha impulsado la emigración de los últimos meses.

Desde el comienzo de la crisis, la Casa Blanca ha defendido que ninguno de los menores podrá permanecer en EE UU. Este lunes pedirá nuevas competencias que permitan a las autoridades fronterizas responder aún con más rapidez, en un nuevo intento para evitar que se propaguen nuevos rumores sobre la posibilidad de lograr un permiso para vivir legalmente en el país.

La legislación estadounidense establece que las autoridades de inmigración pueden deportar automáticamente a aquellos inmigrantes que sean detenidos en la frontera si son de origen mexicano o canadiense. Sin embargo, si proceden de otro país, como en el caso de la mayoría de los menores implicados en esta crisis, el proceso es más largo. La patrulla fronteriza solo puede detenerles durante 72 horas, a partir de las cuales deben entregarles a la Oficina de Refugiados y Reasentamiento, perteneciente al Departamento de Salud.

La Oficina de Refugiados asegura que cerca del 90 por ciento de los menores detenidos desde octubre han sido enviados con un familiar o tutor legal que deberá llevarles ante un juez de inmigración en un plazo de 15 días. Sin embargo, la llegada masiva de inmigrantes ha desbordado todas las previsiones y recursos tanto económicos como logísticos del sistema migratorio estadounidense. El Gobierno federal trabaja con los estados fronterizos, especialmente Texas, donde se producen la mayoría de las detenciones, para determinar la necesidad de nuevos centros donde atender a los menores, incluida la adaptación de bases militares.