Putin renuncia a poder desplegar de nuevo a su Ejército en Ucrania
El alto el fuego se tambalea tras la muerte de 11 militares en ataques rebeldes
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha indicado que no se dispone a intervenir militarmente en las zonas conflictivas del este de Ucrania al proponer al Consejo de la Federación (la Cámara alta del Parlamento) que revoque la disposición que le permite enviar tropas a aquel país. Así lo informó el portavoz de prensa del presidente, Dmitri Peskov, antes de que el dirigente emprendiera una visita oficial a Austria, donde uno de los temas centrales es la cooperación energética con Occidente.
Sobre el terreno, en la región ucrania de Donbás (las provincias de Donetsk y Lugansk), no se estaba respetando la tregua acordada el lunes entre representantes de Kiev, Moscú y de los rebeldes separatistas bajo los auspicios de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Según fuentes oficiales ucranias, en dos incidentes perpetrados por los rebeldes habían perecido 11 militares, nueve de ellos al ser derribado un helicóptero Mi-8 de transporte, tras ser alcanzado por un misil de los insurgentes cuando estaba despegando en las afueras de Slaviansk cuando estaba siendo usado para transportar carga según la información dada por Vladislav Seleznev, un portavoz de la operación emprendida por el Gobierno ucranio contra los insurgentes. Los autores del disparo se escondieron en el pueblo de Bylbasovka, manifestó el oficial en su página de Facebook. Otros dos militares murieron en un vehículo que fue blanco de un lanzaminas, que dejó además tres heridos.
Los insurgentes dieron cuenta a su vez de distintos tiroteos y tensión en la frontera con Rusia. Además, los portavoces del servicio de ferrocarriles de Ucrania relataron dos explosiones en la vía férrea entre Moscú y Lugansk. Por su parte, el ministro de Defensa de los insurgentes, el ruso Igor Strelkov, manifestó que “no se puede hablar de ningún alto el fuego” en su distrito y explicó que el fuego de artillería y el combate de posiciones había continuado en la localidad de Semiónovka en la noche del lunes y que había heridos, uno de ellos grave.
El Kremlin defiende el gas ruso
La línea Southstream (Corriente del Sur) se ha topado con fuertes resistencias en la Unión Europea a consecuencia de la política del Kremlin en Ucrania. El viaje de Putin a Austria tiene por objeto reanimar el proyecto a partir de los intereses materiales del país centroeuropeo, que se convertiría en receptor de 32.000 millones de metros cúbicos de gas al año en la ciudad de Baumgarten. La Corriente del Sur es una de las dos rutas con las que Gazprom pretende rebajar la dependencia de Ucrania, país por donde transita ahora la mayor parte del gas que Rusia exporta a la Unión Europea. La otra ruta, ya en funcionamiento, es la Corriente del Norte que une a Rusia directamente con Alemania por el fondo del Báltico.
En una conferencia de prensa en Viena, Putin calificó a EE UU de “competidores” que “hacen todo lo que pueden” para “reventar este contrato”. Refiriéndose a los proyectos estadounidenses de suministrar gas de esquisto al mercado europeo, Putin dijo que los norteamericanos utilizan “medios políticos” para lograr sus fines. El líder del Kremlin manifestó que el gas de gasoducto que suministra Rusia será más barato que el gas de esquisto norteamericano.
Según el diario Izvestia, pese a la "presión sin precedentes de EE UU y la Comisión Europea" sobre los participantes en el proyecto de construcción del gasoducto la Corriente del Sur, Rusia continua manteniendo conversaciones con cada uno de los países que planea tender la conducción. En Viena estaba prevista la firma de un acuerdo por el que se fundará una compañía mixta entre Gazprom y la austriaca OMV, para construir el tramo austriaco de la Corriente del Sur.
La Unión Europea exige que Gazprom acepte el tercer paquete energético de la UE, que obliga a mantener la competencia y separar el transporte de la distribución, pero el monopolista ruso pide un régimen de excepción. Cuando esté a pleno funcinamiento, la Corriente del Sur deberá permitir el traslado de 63.000 millones de metros cúbicos de gas al año por el mar Negro, y para construir la conducción se ha creado una compañía internacional (South Stream Transport V.C.) en la que Gazprom y la italiana ENI son socias al 50%.
Por su parte, Denis Pushilin, el jefe del Parlamento independentista de Donetsk, minimizó la reunión del lunes calificándola de “consultas no gubernamentales” y dijo que no es posible ponerse de acuerdo en nada mientras se mantienen las acciones bélicas, según el servicio informativo Donbass. Pushilin se ha refugiado en Moscú después de varios atentados en los que han perecido tres de sus colaboradores cercanos.
Desde Austria, Putin advirtió que Rusia siempre defenderá a “los rusos étnicos en Ucrania y a aquella parte de la población y pueblo de Ucrania que tienen indestructibles vínculos” étnicos, culturales y lingüísticos con Rusia y que se “sienten parte del amplio mundo ruso”. Rusia no solo está dispuesta a “vigilar”, sino también a “reaccionar”, dijo y advirtió: “Espero que no se necesiten fuerzas armadas para ello”. La disposición para utilizar el Ejército ruso en Ucrania fue aprobada, a requerimiento de Putin, por el Consejo de la Federación el 1 de marzo pasado y sirvió para legitimar el envío de contingentes armados a Crimea.
La anulación del permiso para utilizar tropas en Ucrania está destinada a “normalizar y regular la situación en las regiones orientales de Ucrania y está relacionada con el comienzo de las conversaciones trilaterales sobre ese tema”, dijo Peskov, según la agencia Ría-Nóvosti. Putin se ha dirigido ya a Valentina Matvienko, la jefa del Consejo de la Federación y se espera que la Cámara se reúna el 25 de junio para satisfacer la petición del presidente.
Sobre el papel, la señal dada por el dirigente ruso puede interpretarse como un paso para desescalar la tensión y se suma al alto el fuego hasta el 27 de junio aceptado por los separatistas de Lugansk y Donetsk. El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ha dicho que la iniciativa de Putin era el “primer paso práctico” para solucionar la crisis en el este del país. La situación, no obstante, es más compleja y el gesto de Putin ha causado estupor y malestar en algunos sectores de los separatistas, según pudo comprobar esta corresponsal en medios de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD). Responsables de temas de seguridad de aquella entidad afirmaron que la inhibición de Rusia, de ser cierta en la práctica, equivaldría “no solo a un abandono, sino a una traición”.
Los separatistas prorusos, que han pedido ayuda a Rusia reiteradamente, se enfrentan a la autoridad de Kiev en nombre de sus propias reivindicaciones políticas, que, desde la celebración de sendos referendos en las regiones de Lugansk y Donetsk incluyen la independencia y la incorporación a la Federación Rusa, siguiendo el modelo aplicado a Crimea. Los distintos grupos ideológicos, políticos y sociales representados en la RPD están divididos sobre las negociaciones con Kiev.
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