Putin amenaza a la UE con otra ‘guerra del gas’ si Ucrania no paga el suministro
Rusia proporciona el 30% de la demanda europea, principalmente a través de Ucrania
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha solicitado a la Unión Europea una reunión urgente para solucionar el problema del impago de gas que envía a Urania, que acumula una deuda de 2.200 millones de dólares. Esta situación, dice Putin en una carta dirigida a los líderes europeos, puede llevar a que Gazprom deje de bombear el combustible destinado al país vecino, lo que, a su vez, aumenta el riesgo de que Kiev se quede con parte del gas que pasa en tránsito hacia Europa. Si ello sucede, es probable que en el próximo otoño surjan problemas en el suministro a los países de la UE.
Gazprom tiene todo el derecho a suspender completa o parcialmente los envíos de gas a Ucrania si este país sigue negándose a saldar la deuda que tiene con Rusia, afirma Putin. “En lo que va de año, la deuda de la compañía ucrania Naftogaz aumenta de mes en mes”. A finales del año pasado la deuda ascendía a 1.451,5 millones de dólares, a los que en febrero se le sumaron 260,3 millones y el mes pasado otros 526,1 millones. “Llamo su atención sobre el hecho de que en marzo todavía estaba en vigor el precio con descuento: 268,5 dólares por mil metros cúbicos. ¡Pero, incluso con ese precio, Ucrania no ha pagado ni un solo dólar!”, subraya en su carta en la que expresa su profunda preocupación por la situación creada.
En estas circunstancias, el monopolio gasístico ruso, de acuerdo con el contrato en vigor, se verá obligado a exigir el prepago a Ucrania antes de suministrarle gas y a suspender los envíos si no los abona. “Naturalmente, se trata de una medida extrema. Somos conscientes de que aumenta los riesgos de la apropiación ilegal [por parte de Kiev] de gas destinado a los consumidores europeos que pasa por territorio ucranio. Y ello puede también dificultar la formación de reservas de combustible en Ucrania para garantizar el consumo a partir del otoño”, señala Putin en su carta.
Bruselas aseguró este jueves que intentaba verificar el contenido de la carta, sin querer emitir ningún juicio sobre las amenazas de Putin, informa Lucía Abellán desde Bruselas. Respecto a la ayuda financiera de 11.000 millones de euros prometida hace más de un mes, la Comisión Europea aún no ha efectuado el primer desembolso, a la espera de que terminen las negociaciones entre Ucrania y el Fondo Monetario Internacional, que deben establecer las condiciones exigidas a Kiev para recibir la ayuda. Un portavoz del Ejecutivo comunitario aclara, no obstante, que el objetivo principal de esas ayudas (la mayoría son préstamos) consiste en promover reformas más que en pagar gastos concretos como la factura del gas. El 30% del gas que consume Europa procede de Rusia, y la mitad de este flujo atraviesa el territorio ucranio.
Para garantizar el tránsito ininterrumpido hacia Europa es necesario, según el presidente ruso, comenzar lo más pronto posible a bombear gas a los depósitos en Ucrania, en los que debe haber 11.500 millones de metros cúbicos. “Para esto se necesitará el pago de unos 5.000 millones de dólares”, advierte Putin, lamentándose que “los socios europeos” no quieran emprender acciones conjuntas para resolver la crisis económica de Ucrania e incluso eviten “las consultas” con Rusia.
Moscú no impondrá a Kiev ninguna condición que no esté en el contrato vigente, firmado en 2009, para el pago del combustible, asegura Putin. Al mismo tiempo, dice estar dispuesto a ayudar a su vecino, pero “no unilateralmente, sino en condiciones iguales con los socios europeos” ante la “crítica situación” de la economía ucrania.
Una copia de la carta firmada por Putin fue entregada también a los 16 países que reciben gas desde Rusia, que son: Alemania, Austria, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Francia, Hungría, Italia, Macedonia, Moldavia, República Checa, Rumania, Serbia y Turquía.
Gazprom advirtió la semana pasada del “preocupante descenso de las reservas de gas natural en los depósitos subterráneos” creados en Ucrania para garantizar el suministro fluido de combustible a Europa. Esto significa que Kiev está utilizando el gas destinado a esos depósitos para su consumo interno.
Las nuevas autoridades de Kiev han anunciado que no están dispuestas a aceptar el nuevo precio anunciado por Rusia, que a partir de abril es de 485,5 dólares por mil metros cúbicos de gas. Y el ministro de Energía ucranio, Yuri Prodan, confirmó el miércoles que no están bombeando gas a los depósitos, aunque minimizó la importancia de este hecho al conmentar que “aún hay tiempo para hacerlo”.
Si la UE no responde positivamente a la iniciativa de Putin de celebrar consultas para resolver la crisis económica ucrania, se puede repetir la situación que hubo a comienzos de 2009, cuando Moscú cortó los suministros a Kiev por impago, y ello creó problemas en las entregas de gas a los consumidores de la Unión Europea.
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