Obama se compromete a velar por los veteranos en el funeral por Fort Hood

Barack Obama ha regresado cinco años después a la base militar de Fort Hood para asistir, de nuevo, a un funeral por las víctimas de un tiroteo en esa instalación. En 2009, fue para honrar a los 13 soldados asesinados por el comandante Nidal Malik Hasan; este miércoles, para conmemorar la muerte de los tres miembros del Ejército que la semana pasada murieron a manos del oficial Iván López antes de que éste acabara con su vida. En su discurso, exento de contenido político, el presidente ha hecho hincapié en la necesidad de mejorar la atención y asistencia médica que se presta a los veteranos.

“En una sociedad expuesta como la nuestra y en bases del tamaño de ésta nunca podemos eliminar los riesgos por completo, pero, como nación, podemos hacer más por ofrecer consejo a los que lidian con problemas psiquiátricos, para mantener lejos de las armas a quienes están pasando por ese tipo de dificultades”, ha señalado el presidente. “Como comandante en jefe, me comprometo a continuar con nuestros esfuerzos por atender a todas nuestras tropas y nuestros veteranos que lo están pasando mal, para que tengan la asistencia que necesitan y para asegurarme de que no vamos a estigmatizar a aquéllos que tienen la valentía de buscar ayuda”.

El responsable del tiroteo de la semana pasada estaba siendo tratado por depresión y ansiedad. Aunque, en un primer momento, se puso el foco de atención sobre sus problemas psiquiátricos para justificar los motivos que le llevaron a disparar indiscriminadamente contra sus compañeros, matando a tres de ellos e hiriendo a otros 16, ahora, la investigación parece estar más centrada en una disputa personal relacionada con la tramitación de su expulsión del Ejército.

El tiroteo también ha reavivado el debate sobre las medidas de seguridad en las bases militares. “Como Ejército, debemos continuar haciendo todo lo posible por asegurar nuestras instalaciones y evitar que se repita este dolor”, ha señalado Obama. Tras la primera masacre de Fort Hood, el Pentágono revisó las normas de tenencia de armas, restringiendo su uso dentro de las bases para casos extraordinarios. Los militares autorizados para poseerlas deben registrarlas y no pueden llevarlas ocultas. De la pistola que empleó López en el tiroteo no se tenía constancia en Fort Hood.

La investigación de la matanza en el Mando de Operaciones de la Marina en Washington del pasado mes de septiembre, donde fallecieron 12 personas, evidenció fallos en los sistemas de seguridad en las instalaciones del Ejército, de acuerdo con el Departamento de Defensa. Varios republicanos han abogado por levantar la prohibición de portar armas en las bases militares. “Esta gente ha defendido nuestra libertad en el extranjero y la idea de que ellos estén indefensos cuando llegan a casa debe hacer al Congreso reflexionar sobre la necesidad de discutir la regulación actual”, sostuvo la semana pasada el congresista republicano Michael McCaul.

En otros de los funerales por tiroteos a los que ha asistido Obama en el último año y medio, siempre ha hecho alusión al problema del control de armas, insistiendo en la necesidad de expandir los controles de antecedentes y el acceso a rifles de asalto. En esta ocasión, el mandatario no se ha referido al asunto, pero, horas antes, su portavoz, Jay Carney, ha recordado que el presidente no ha abandonado esa causa.