El Gobierno mexicano asesta un nuevo golpe al narco en Michoacán
Kike Plancarte, uno de los tres principales líderes de Los Templarios, muerto en un enfrentamiento con la Marina de México
La Marina Armada de México abatió este lunes a Enrique Kike Plancarte, de 43 años, en Colón, Querétaro, a 230 kilómetros al noreste de la capital de México y a casi cinco horas en coche de la ciudad michoacana de Nueva Italia, el otrora reino de un capo al que le gustaba que le llamaran "El Señor de Los Caballos". Plancarte era uno de los tres líderes más importantes del cartel de Los Caballeros Templarios, el mayor grupo criminal que opera en Michoacán, al suroeste del país, la mafia criminal contra el que las autodefensas mexicanas, civiles armados, se levantaron en armas el 24 de febrero pasado.
El comisionado nacional de seguridad, Monte Alejandro Rubido, señaló este martes que la identidad del capo ha sido corroborada a través de sus huellas dactilares y la comparación de sus rasgos fisionómicos con fotografías que formaban parte de la base de datos de la Procuraduría General de la República (PGR, la fiscalía).
Rubido anunció que el criminal fue ubicado en el municipio de Colón, de 50.000 habitantes, desde el pasado 30 de marzo por labores de inteligencia de la Marina, la fiscalía y el ejército. A las siete de la tarde del lunes un hombre que correspondía con la descripción de Plancarte caminaba por las calles de la localidad. Al darse cuenta de la presencia de marinos trató de ocultarse. Los uniformados le marcaron el alto y el hombre respondió disparando contra ellos. Plancarte fue herido y, según Rubido, trasladado aún con vida a un cuartel militar para ser atendido por médicos. Murió en el trayecto.
Con la muerte de Plancarte y la caída a inicios de este mes del fundador y líder máximo de Los Caballeros Templarios, Nazario Moreno El Chayo, el único jefe superviviente del cartel michoacano es Servando Gómez La Tuta, el más mediático de las cabecillas del cartel: ha concedido varias entrevistas a medios de comunicación y ha difundido otros tantos vídeos en YouTube. Las autoridades creen que Gómez se esconde en Arteaga, un municipio serrano situado al sureste de Michoacán.
Los Caballeros Templarios habían consolidado una sofisticada red de poder en la economía y política de Michoacán, que apenas se ha comenzado a desmantelar desde el inicio del Operativo Michoacán, anunciado el 13 de enero pasado, después de que al inicio de 2014 los enfrentamientos entre las autodefensas y los sicarios sumieran a varios municipios a un estado de sitio de facto.
Las investigaciones han revelado que la mafia extorsionaba a empresarios, agricultores, mineros e incluso a los municipios, a los que obligaba a entregarles al menos el 10% de los recursos que recibían del Gobierno central. El crimen organizado también controlaba las cosechas de la región y la extracción de hierro. Michoacán tiene una de las mayores reservas del mineral de México y es también uno de sus principales productores agrícolas.
El centro de operaciones de Plancarte se situaba en Nueva Italia, municipio de Múgica, uno de las ciudades que concentró los enfrentamientos de mayor tensión entre narcotraficantes y autodefensas en enero pasado y cuya toma por las milicias desencadenó una de las mayores ofensivas de Los Templarios. Su mansión, una ostentosa construcción de 300 metros ubicada al centro de la ciudad, fue una de las primeras residencias de sicarios que las autodefensas convirtieron en cuartel.
Kike Plancarte era además el designado por el cartel de Los Caballeros Templarios para gestionar los conciertos y espectáculos que se celebraban en varios municipios de Michoacán. Sus hijos, Melissa y Kike, iniciaron sendas carreras artísticas bajo el sello Plan Records. Son los únicos dos intérpretes de su catálogo.
La hija de Plancarte, Melissa, utilizó el antiguo Palacio de Justicia de Michoacán, una construcción colonial en el centro de la capital del estado, Morelia, como escenario de uno de sus vídeos musicales. Cuando una investigación periodística reveló el uso irregular del edificio oficial, el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, dijo entonces desconocer quien había autorizado la filmación y afirmó que habría podido ser “un conserje”.
Los dos hijos de Plancarte también se habían presentado en años anteriores en la Feria de Michoacán, uno de los eventos artísticos más importantes organizados por el Gobierno regional. Un enorme cartel con sus imágenes decoraba hasta hace muy poco uno de los edificios del centro de Apatzingán, la ciudad más importante de Tierra Caliente, la región que concentra el conflicto michoacano, señalada como el centro de operaciones de Los Caballeros Templarios.
El Gobierno mexicano había anunciado la detención de Manuel Plancarte Gaspar, sobrino del capo, el 17 de marzo pasado. Las autoridades lo vinculan con una supuesta red de tráfico de órganos que operaba en Michoacán y con la desaparición de al menos una decena de menores.
La detención de Plancarte coincide con el anuncio del comisionado Alfredo Castillo, designado por el presidente Enrique Peña Nieto para gestionar su estrategia de seguridad en Michoacán, de que presuntos miembros de las autodefensas estarían involucrados en el asesinato del alcalde de Tanhuato, Gustavo Garibay García, ocurrido el 22 de marzo pasado. Portavoces de las autodefensas de Yurécuaro, señaladas por las autoridades como responsables, han negado su vinculación al crimen.
Con el aniquilamiento de Plancarte, el cartel de Los Templarios sufre un golpe en su línea de flotación. La paz, sin embargo, dista mucho de haber llegado a la región, donde han ocurrido diversos asesinatos e incluso hay pugnas entre autodefensas. Pero al menos la idea de que el cartel surgido de una escisión de La Familia Michoacana vive sus últimas horas cada día cobra más fuerza.
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