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La crisis ucrania pone a prueba la apuesta por la diplomacia de Barack Obama

La crisis en Crimea enfrenta el modelo de la política del siglo XXI que abandera EE UU y el más beligerante de Vladimir Putin El Pentágono anuncia un refuerzo en las misiones de vigilancia aérea de la OTAN en Polonia y los países Bálticos

Eva Saiz

Mientras la Casa Blanca sigue diseñando el próximo paquete de sanciones políticas y económicas para aislar a Rusia en represalia por la invasión de Crimea, no descuida tampoco el otro eje de su estrategia, reafirmar su apoyo a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. Este miércoles, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, anunciaba un refuerzo de la participación de Estados Unidos en las misiones de vigilancia aérea de la OTAN en Polonia y los países Bálticos. El jefe del Pentágono, sin embargo, insistió en defender la vía diplomática, por la que ha apostado el presidente norteamericano, Barack Obama, para resolver esta última crisis internacional que ha vuelto a poner en jaque la eficacia de política de no beligerancia que abrazó el mandatario al asumir la presidencia, frente al modelo de marcado carácter hostil de su homólogo ruso, Vladimir Putin.

La decisión de intensificar el apoyo aéreo en Polonia y el Báltico llega dos días después de que el Pentágono anunciara la suspensión de las operaciones militares con Rusia, una medida que se suma a la estrategia de aislar política y militarmente a Moscú con la que amenazó Obama a su homólogo ruso, Vladimir Putin, durante su conversación telefónica el sábado pasado. La Casa Blanca está ultimando la imposición de sanciones a altos funcionarios del Gobierno y del entramado militar ruso para estrechar más la presión diplomática sobre el Kremlin. El Congreso también aprobará nuevos castigos económicos a Rusia antes del fin de semana.

Esto no es el siglo XIX, no estamos en la Guerra Fría, estamos en un mundo global y Putin va a perder todas sus posibilidades en esta crisis si se le aísla del sistema, eso es seguro" Matt Rojansky

Aunque el rublo se ha resentido en la bolsa en las últimas horas, ni las amenazas ni las medidas concretas adoptadas ya por EE UU o la Unión Europa han hecho cambiar de actitud de Putin, poniendo en duda si la diplomática es la mejor estrategia frente a un político acostumbrado a la Guerra Fría y a un país que no atendió a una presión internacional similar durante el conflicto de Georgia en 2008. “Entonces, se amenazó con castigos pero no se aplicaron, como ahora, lo que demuestra que Washington está siendo mucho más serio”, señala a EL PAÍS, Cory Welt, director del Instituto de Estudios Europeos, Rusos y Euroasiáticos de la Universidad George Washington.

Las decisiones adoptadas por la Casa Blanca, por sí solas, poco pueden afectar a la toma de decisiones en el Kremlin –el intercambio comercial entre ambos países únicamente representa solo el 1% del total de importaciones y exportaciones de EE UU-, pero Washington confía en que la UE lo secunde con medidas menos tibias que las ejecutadas hasta ahora. “Europa depende de su gas, pero Rusia necesita poner ese gas en el mercado, esa es una vía de dos direcciones que Bruselas debería explorar, creo que la visión alemana de que la relación con Moscú es esencial para garantizar la seguridad en Europa está empezando a cambiar”, sostiene Matt Rojansky, director del Instituto Kenan del Woodrow Wilson Center y experto en la relación entre EE UU y Rusia.

Las sanciones económicas a Moscú también podrían pasar factura a las compañías estadounidenses con presencia en ese país. Rusia es el segundo mercado de Pepsi y Exxon, la compañía petrolera más importante de EE UU, tiene un acuerdo con la empresa de crudo estatal Rosnef. “Rusia ya ha congelado los activos de entidades estadounidenses antes, pero en asuntos de seguridad, en los comerciales y en los económicos hemos de estar preparados para pagar el precio de denuncia lo que está haciendo el Gobierno ruso en Ucrania”, advierte Rojansky.

Probablemente, Putin no hubiera forzado tanto los límites de tener en frente a un presidente de EE UU más beligerante” Cory Welt

Ucrania se ha convertido en la última prueba de fuego de viabilidad la vía diplomática por la que Obama ha apostado desde que llegó a la Casa Blanca. La inconsistencia del presidente estadounidense respecto de Siria, su nula influencia para mediar en Egipto tras el derrocamiento de Mohamed Morsi, y la rapidez con la que el propio Putin reaccionó al ultimátum sobre la intervención en Ucrania del pasado viernes han cuestionado la eficacia de la estrategia del mandatario, frente a la del ruso, empeñado en recuperar el peso internacional por la vía del músculo militar.

“Obama ha podido perder parte de su credibilidad internacional frente a un político realista como Putin. Probablemente, éste no hubiera forzado tanto los límites de tener en frente a un presidente de EE UU más beligerante”, reconoce Welt. Sin embargo nadie, ni los halcones republicanos, se plantean una intervención militar. “No vamos a añadir más material explosivo al polvorín enviando tropas estadounidenses a la región, sería un gran error. Esto no es el siglo XIX, no estamos en la Guerra Fría, estamos en un mundo global y Putin va a perder todas sus posibilidades en esta crisis si se le aísla del sistema, eso es seguro”, sostiene Rojansky.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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