La Ciudad de México abre la puerta a la venta de marihuana en establecimientos
Los diputados locales confían en que el Gobierno no persiga y criminalice a los consumidores ni a los abastecedores
La izquierda mexicana va a llevar a la Asamblea de la Ciudad de México una iniciativa de ley que permita habilitar espacios para el abastecimiento de marihuana. Los que operen estos dispensarios, donde no se venderán otro tipo de drogas y el cannabis estará sujeto a controles sanitarios, tendrán que comprar en el mercado negro (lo que se conoce como “la puerta de atrás”) para después poder vender las dosis a sus clientes de una forma legal. La sustancia, sin embargo, seguirá siendo ilícita.
La producción y venta de marihuana es un delito federal sobre el que la Asamblea capitalina no puede legislar pero los diputados locales confían en que el Gobierno no persiga y criminalice a los consumidores ni a los abastecedores. La iniciativa, que será sometida a votación a principios de marzo, mantiene el límite de posesión en 5 gramos para los consumidores pero eleva hasta 5 los kilos permitidos para los que se dediquen a la compra-venta.
El borrador fue presentado este jueves a la opinión pública. Alejandro Madrazo, abogado del centro de estudios CIDE y uno de los impulsores del cambio de reglamentación, reconoce que hay riesgos de que la marihuana a la venta en los establecimientos sea “non sancta”, es decir que provenga de organizaciones criminales. Aunque confía que el dispensario se nutra de personas del DF que poseen pequeños cultivos en sus apartamentos. En la capital existe una cultura del consumo de marihuana más abierta y libre de prejuicios que en otras zonas del país.
“Lo ideal es que la Federación vaya por el mismo camino. En caso de que no lo haga, se utilizará la puerta de atrás. Eso es ilícito pero la puerta de adelante es lícita. Así es como ha funcionado Holanda durante 30 años. Hasta ahí es donde puede regular la Asamblea. Va a ser una forma de operar. Tiene que venir alguien que diga yo soy el valiente que se avienta el tiro de mediar en este contexto”, explicó Madrazo. Los redactores del borrador creen que regulando de esta forma el consumo de marihuana se ataca directamente al narcomenudeo y a la extorsión policial a la que son sometidos los consumidores.
La marihuana, solo en el DF, mueve unos 28 millones de dólares anuales, según un estudio de Cupidh, una organización a favor de la legalización. Se estima que existen en la capital unos 75.000 consumidores habituales, la mayoría hombres. El diputado Vidal Llaneras considera que la policía federal debería centrarse en delitos como el secuestro o el asesinato y no en perseguir a los consumidores de una droga que puede emplearse con fines médicos. “Se trata de no llenar las cárceles así porque sí”, incide.
El excanciller mexicano Jorge Castañeda mostró su apoyo al proyecto: “Coloca a la Ciudad de México en una posición vanguardista. Sigue la senda de Uruguay, Colorado, Washington, Portugal… en vez de continuar con una guerra que no tiene sentido”. El senador Mario Delgado dijo que se trata de “una iniciativa muy valiente”. La izquierda mexicana –PRD– ha involucrado a miembros de otros partidos, como Jorge Gaviño, del Panal (Partido Nueva Alianza): “La lucha contra el narcomenudeo se está perdiendo y si no se da un golpe de timón seguiremos con ese lastre”.
La Ciudad de México parecía ajena al problema de las drogas que afecta a otras regiones del país, como las fronterizas, por donde pasa la mercancía rumbo a Estados Unidos, o regiones productoras como Michoacán o Guerrero. Sin embargo, la desaparición de 12 jóvenes en una discoteca llamada Heaven, en pleno centro de la ciudad, o el asesinato de otro muchacho en una zona de bares y restaurantes, puso de relieve la existencia de clanes que pelean por controlar el narcomenudeo de determinas zonas. La ley pretende desactivar –en parte– el negocio de estos grupos criminales y desestigmatizar a los pachecos, como se conoce en México a los fumadores de marihuana.
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