La diáspora iraní denuncia que Teherán ha ejecutado a 500 personas en seis meses
El primer congreso mundial de opositores condena en París el silencio internacional ante los crímenes del régimen
En la víspera del 35 aniversario de la Revolución islámica que derrocó a la monarquía en Irán, 300 asociaciones de la oposición a Teherán en todo el mundo se han reunido por primera vez hoy en París. El congreso opositor ha denunciado que el régimen ha ejecutado a 500 personas en los últimos seis meses, desde que llegó a la presidencia del país el teóricamente moderado Hasán Rohaní, y ha denunciado “el silencio de la comunidad internacional, y especialmente de Estados Unidos, Europa y la ONU, ante la bárbara y sistemática violación de los derechos humanos en el país”. Entre los ejecutados figuran criminales comunes pero también opositores y miembros de minoría étnicas o culturales, según la denuncia de las asociaciones reunidas en París.
La convención ha sido convocada por el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (CNRI) en un edificio del barrio parisiense de La Défense, y han participado varios miles de activistas venidos desde Estados Unidos, Europa, Australia y Canadá.
Las conclusiones llaman a la comunidad internacional a “deponer el régimen clerical para instaurar una república democrática basada en la separación entre las mezquitas y el Estado”, y advierten de que “convertir el asunto nuclear en el primer problema de Irán no debe permitir que el régimen siga exportando terrorismo y siendo una amenaza para la paz y la seguridad en la región y en el mundo”.
El documento recuerda que las violaciones de los derechos humanos siguen siendo constantes bajo la presidencia de Rohani, al que se define como “un continuista involucrado en cada crimen cometido por el régimen desde el primer día” y como un fiel escudero de Ali Jamenei, el Guía Supremo de la Revolución.
La oposición en el exilio subraya que Teherán ha ejecutado a 120.000 personas en 35 años, y enfatiza que sigue cometiendo torturas, privando de los derechos fundamentales a las mujeres, suprimiendo a las minorías étnicas y devorado por la corrupción.
Según las conclusiones, “lejos de lo que afirma la propaganda oficial, el régimen clerical es extremadamente vulnerable, y la sociedad iraní sigue en una situación explosiva”, por lo que no sería tan difícil derrocar al régimen si se aumenta la presión. Pero añade: “Si los Estados extranjeros negocian con Teherán bajo el pretexto de que así fortalecerán a los moderados e ignoran los deseos de cambio del pueblo, esto solo contribuirá a legitimar al régimen”.
Sobre los acuerdos de Ginebra, la oposición recuerda que Teherán ha aceptado “dar un paso a atrás en sus proyectos nucleares” gracias a las sanciones, a la crisis económica y al miedo a un levantamiento popular, y advierte de que la segunda tanda de negociaciones “solo funcionará con una política firme que mantenga las sanciones y asegure el cierre de todas las plantas nucleares para evitar que los terroristas que gobiernan el país consigan la bomba nuclear”.
Los opositores iraníes condenan también el apoyo activo de su país al sangriento dictador sirio Bachar el Asad, “asesino de su propio pueblo”, y rinden homenaje a los 51 miembros del PMOI que fueron asesinados el 1 de septiembre pasado en Ashraf (Irak).
Maryam Mirzai, una activista universitaria, de 20 años, nacida en Atlanta (Estados Unidos), dijo a este diario que “la Administración Obama está siendo ingenua al negociar con Teherán un acuerdo nuclear. El régimen está engañando a todo el mundo con su propaganda moderada. Es triste que las democracias caigan en su juego. Lo único que quieren es construir la bomba. La comunidad internacional debe exigir un cambio radical del régimen, un regreso de la democracia, o parar las conversaciones”.
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