Erdogan pide el voto en un acto masivo con emigrantes turcos en Berlín
El mandatario turco defiende la integración ante 5.000 emigrantes, que podrán votar por primera vez en las municipales de marzo
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, sostuvo el martes en Berlín que su Gobierno es objeto de ataques por parte de confabuladores dentro de las fronteras turcas. En un gran mitin que ofreció en Berlín a simpatizantes de su partido, el conservador AKP, Erdogan pidió a los turcos de ascendencia turca que sean los “protectores de su propio pueblo” fuera del país. El primer ministro convirtió su publicitado “encuentro” con inmigrantes turcos en el abarrotado pabellón berlinés Tempodrom en un mero acto electoral para pedir el voto en los próximos comicios municipales turcos, en marzo, así como para las presidenciales de verano.
Es la primera vez que los millones de emigrantes podrán votar desde Alemania. Tras dar un largo repaso triunfalista a su Gobierno, Erdogan exhortó a los alrededor de 5.000 turcos alemanes reunidos en Tempodrom a “no ser un obstáculo para la integración” en Alemania. En 2008, el primer ministro desató una notable controversia al sostener en un mitin similar que “la asimilación cultural es un crimen contra la Humanidad”.
Erdogan defendió la “integración, porque la asimilación es cosa bien distinta”
Entre el público del martes se veían no pocas barbas islámicas, muchos más bigotes y también numerosos rostros afeitados a la manera occidental. Entre las mujeres abundaban los pañuelos en la cabeza más que las melenas sueltas. Ayse, de 42 años y nacida en Berlín, llevaba el pelo completamente tapado y se reconocía seguidora de Erdogan “desde hace años”. Aducía razones económicas y de “progreso”. Ayse está en contra de la asimilación, como Erdogan, pero aboga por la integración: “Hay que aprender el idioma, conocer y respetar las costumbres y la religión locales”. Pero no “perder las raíces” ni la religión de sus antepasados. Dice sentirse “perfectamente” en Alemania y “ni plantearse” vivir en Turquía.
En Alemania viven unos tres millones de personas de ascendencia turca de los cuales la mitad conservan su pasaporte. Las expectativas que despierta cada viaje de Erdogan demuestran que los lazos entre buena parte de estos inmigrantes y su país de origen siguen siendo fuertes. En las inmediaciones del Tempodrom sólo se oía hablar turco antes del mitin, que provocó considerables colas a la entrada del edificio. Como si se esperaran el retraso de casi una hora y media en el discurso del primer ministro, seguía llegando gente de todas las edades pasadas las seis, que era la hora anunciada para “el encuentro con el maestro” venido de Ankara. En referencia a su pasado inmigrante, éste les pidió que “no se sientan solos aquí y no dejen de rezar” por Turquía.
En Alemania viven unos tres millones de personas de ascendencia turca, de las que la mitad conserva su pasaporte
La gran sala de actos del Tempodrón abundaron los decibelios, las luces blancas y las banderas. La mayor la ondeaba en una esquina alta Adnan, un camarero de 32 años que viajó desde la localidad bávara de Núremberg para ver al Primer Ministro. De él le parece bien todo porque, dice, “es un hombre inteligente que sabe lo que quiere”. Si pudiera votar en Turquía, lo haría por el AKP. En Alemania, en cambio, vota por partido socialdemócrata SPD. Tiene pasaporte alemán pero sigue sientiéndose turco desde que llegó “con nueve años”. Sus hijas, en cambio, son otra historia. Les ha dado instrucciones de que hablen siempre en turco cuando están en casa. Fuera “hablamos en alemán”, dice. Sobre la asimilación contra la que previno Erdogan en 2008, Adnan cree que significa algo “muy distinto” para él y para sus hijas. Dio a entender, con gesto resignado, que ellas no tendrían nada en contra.
A primera hora de la tarde, la canciller federal Angela Merkel había dado por resuelta la controversia sobre la “asimilación” que Erdogan abrió en 2008. Comparó las diferencias entre alemanes de ascendencia turca y otros alemanes con las que separan a bávaros de renanos. Aseguró Merkel que habían hablado del asunto en su reunión de 90 minutos en la Cancillería y que le había dejado claro a su colega que “nadie persigue eso”. Así dijo haberlo entendido Erdogan, que defendió, como haría horas más tarde ante sus 5.000 seguidores, la “integración, porque la asimilación es cosa bien distinta”.
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