“Es un milagro que la economía de Egipto crezca a pesar de dos revoluciones”
El ministro de Turismo egipcio apuesta por un rápido incremento del número de viajeros
Relanzar la maltrecha economía egipcia después de tres años de inestabilidad política, atentados y violentos enfrentamientos callejeros —una ola de ataques ha vuelto a azotar El Cairo este viernes— pasa por dar un empujón a uno de sus sectores históricamente más boyante, el turismo. No se trata, sin embargo, de una tarea fácil: entre noviembre de 2012 y el mismo mes de 2013, según las estadísticas oficiales del país africano, la actividad en este sector económico se desplomó un 39%. La responsabilidad de reactivarlo está en las manos de Hisham Zaazou, ministro de Turismo desde 2012. Este exbanquero de 54 años resiste en su cargo a pesar del golpe de Estado militar que el pasado 3 de junio depuso al islamista Mohamed Morsi, el primer presidente civil democráticamente elegido en la historia del país.
Tantos los datos como la inseguridad de las ciudades egipcias han hecho saltar muchas alarmas respecto a las perspectivas futuras del país. Según Zaazou, en Madrid para promocionar su tierra en la Feria Internacional de Turismo en España (Fitur), el atractivo es indiscutible: “Egipto es un país seguro al 100%, lo único que tenemos que hacer es relazar su imagen. Y lo vamos a lograr con una intensa campaña en las redes sociales, cofinanciando las campañas publicitarias de las operadoras turísticas, y dando incentivos a las compañías aéreas, que representan el 99% del tráfico turístico a Egipto”.
El ministro minimiza los ataques mortales que hasta hace menos de un mes han golpeado también otras ciudades del país, y mantiene que los choques entre policías y manifestantes en los últimos tres años jamás involucraron a turistas. “Yo garantizo que incluso El Cairo está seguro. Los medios de comunicación inflan lo que está pasando en Egipto, no es verdad que el país esté dividido en dos facciones. Sobre todo, no se puede generalizar y hablar de lo que ocurre en un kilómetro cuadrado en la capital como si ocurriera en todo el millón de kilómetros cuadrados de su superficie [el doble de España]. Sería como aplicar a toda España lo que solo pasaba en la Puerta del Sol durante las protestas de los indignados” insiste. ¿Qué va a hacer el Gobierno para demostrarlo? “Vamos a instalar cámaras en las áreas turísticas para que transmitan imágenes en directo. para que los turistas puedan enterarse de qué está pasando ahí antes de salir de su país”, explica.
Las dificultades presupuestarias han afectado también a la protección de los excavaciones arqueológicos. En muchos casos, yacimientos muy extensos están protegidos por un solo vigilante. Uno de los ejemplos más llamativos es la necrópolis de Dahshur, situada a unos 40 kilómetros al sur de El Cairo. Alberga, entre otras, la pirámide Roja y la pirámide Inclinada, dos de las más antiguas de Egipto. El 28 de enero del 2011 mientras los manifestantes en El Cairo se hacían por primera vez con la plaza Tahrir, un grupo de ladrones penetró con excavadoras en la necrópolis y se llevó una cantidad indefinida de tesoros arqueológicos. “Dahasur es un área muy remota y ese hurto, un episodio esporádico” apunta sin embargo Zaazou. “La tasa general de crimen está bajando. Ahora tenemos mucha más seguridad, pero es una seguridad invisible…localidades turísticas como Hurgada y Lúxor están muy bien protegidas, rodeadas por unas patrullas de policía, check points, todo está controlado”.
A la hora de hablar de la península del Sinaí, otro lugar clave del turismo egipcio que también ha conocido la violencia de los ataques terroristas el pasado mes de noviembre, la postura del ministro no cambia: “Los sitios turísticos [entre ellos, Sharm el Sheij] están todos en el sur de la península, que un área está segura. Los problemas están todos en el norte donde hay infiltrados que proceden de Gaza. Pero la policía ha creado una suerte de frontera interna y los está encerrando en un área bien definida. Así que esperamos acabar con los problemas cuanto antes”.
Zaazou rechaza la idea de que su Gobierno esté confinando los sitios que reciben turistas creando una especie de área artificial aislada del resto del país. Confía, por el contrario, en que los guías turísticos recuperen parte de su sueldo, reducido a la mitad respeto a la época en la que Hosni Mubarak estaba al frente del país.
El Banco Mundial documenta una ralentización del crecimiento anual del PIB del 5% de 2011, el año de la revolución, al actual 2% y una caída en el mismo periodo del 14,5% de las inversiones extranjeras, que obligan el país a depender de los préstamos de Kuwait y Emiratos Árabes. El ministro admite la importancia de este flujo de dinero: “Es verdad, dependemos de los países del golfo Pérsico, pero ya es un milagro que estemos creciendo, venimos de dos revoluciones [en referencia a los derrocamientos de Mubarak y de Morsi] y tres años de crisis. Con la nueva Constitución y las próximas elecciones vamos a recuperarnos”, asegura.
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