El Gobierno mexicano pone en el punto de mira a 26 líderes templarios
El comisionado del Estado de Michoacán señala como objetivos a 100 miembros más del cartel y declara que no puede asegurar que el máximo líder de los narcos, Nazario Moreno, siga vivo
El Gobierno mexicano ha definido a 26 miembros del cártel de Los Caballeros Templarios como objetivos específicos y estratégicos de la operación que ha lanzado en Michoacán, al suroeste de México.
Michoacán atraviesa una crisis de violencia desde el 4 de enero pasado. Ese día las autodefensas, grupos de civiles armados levantados en contra de Los Templarios, asumieron el control de Parácuaro, un municipio michoacano a unos 20 kilómetros de Apatzingán, considerada como una de las bases de operaciones del cártel del narco. La semana pasada el presidente Enrique Peña Nieto anunció una nueva estrategia para recuperar el control de ese Estado.
Además de los 26 presuntos narcotraficantes que el Gobierno se ha marcado como objetivo para desmantelar a Los Templarios, hay otro centenar de miembros de la estructura del cártel que fungen como “jefes de plaza”: es decir, de cabecillas regionales de la organización. Así lo detalló el comisionado para la seguridad y el desarrollo integral en el Estado de Michoacán, Alfredo Castillo, la tarde de este martes.
En un encuentro con representantes de los medios extranjeros, Castillo afirmó que no tiene ninguna “evidencia incontrovertible” de que Nazario Moreno, El Chayo, uno de los principales líderes de Los Templarios, esté vivo. El Gobierno del expresidente Felipe Calderón (2006-2012) anunció en diciembre de 2010 que Moreno había muerto en un operativo militar en Apatzingán. Algunas versiones apuntan, no obstante, de que el capo sobrevivió al ataque.
“Hasta este momento no tenemos una evidencia incontrovertible que nos pudiera hacer pensar que esta persona está viva”, dijo. “Tenemos dichos que nos pueden hacer sospechar de una especie de mito o leyenda. No hay una evidencia y por tanto no podemos decir que sea un objetivo”, agregó.
El comisionado explicó que el operativo del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto en Michoacán tiene como objetivo primordial mitigar la violencia que atraviesa el Estado. Desde febrero de 2013, grupos de civiles armados que se definen como “autodefensas” declararon la guerra a Los Templarios en Michoacán. Controlan hasta ahora al menos 18 municipios.
“La estrategia pasa por el no choque, por la no confrontación y al mismo tiempo por el control territorial”, explicó. “Estamos hablando de que buscamos neutralizar sus capacidades de operación [de los Templarios], lo que incluye cortar sus fuentes de financiamiento”.
El comisionado explicó que, actualmente, hay unos 4.800 miembros de la policía federal y otros 4.500 de las fuerzas armadas en Michoacán. Castillo se negó a prever un plazo para declarar el fin del conflicto y el desarme de las autodefensas, cuyo número de integrantes no supo cuantificar.
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