La UE suspende parte de las sanciones económicas contra Teherán
Se podrá comercializar con metales preciosos y crudo El embargo de armas y la prohibición, a determinadas personas, de viajar a la UE se mantiene
Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE acaban de dar un paso en el proceso para normalizar las relaciones con Irán. El guión estaba escrito desde hace días: la agencia nuclear de la ONU constataría que Teherán ha suspendido la producción de uranio enriquecido al 20%. A cambio, la UE cumpliría su parte del pacto firmado el pasado 24 de noviembre en Ginebra al permitir a Irán comerciar con oro y metales preciosos.
Las otras medidas con las que se pretende aliviar una economía al borde del colapso son la suspensión de las sanciones para asegurar y transportar el crudo iraní, la eliminación de las restricciones a sus productos petroquímicos y el veto a ciertas transacciones financieras. Se trata de un alivio momentáneo, ya que estas medidas están pensadas por una duración de seis meses, pero afianzan el acercamiento del país que EE UU consideró parte del eje del mal, acercamiento producido desde el nombramiento del presidente centrista Hasan Rohaní.
"Este primer paso es importante. Pero va a hacer falta más trabajo para satisfacer las demandas internacionales sobre la naturaleza pacífica del programa nuclear iraní. Nuestro objetivo es iniciar en febrero las negociaciones para lograr una solución global", ha asegurado en un comunicado la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton. La suspensión de las sanciones entra en vigor con carácter inmediato, cuando se publique este lunes la decisión en el Diario Oficial de la UE. "Irán ha cumplido su parte del trato", añadió el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.
La tensión se reduce, pero el camino hacia una normalización total en las relaciones con este país de 80 millones de habitantes es aún largo. La UE mantiene medidas restrictivas, como el embargo de armas o la lista de personas y entidades a las que se les ha vetado viajar a la UE o congelado sus bienes en territorio comunitario.
Nada más dar el primer paso en el levantamiento de las sanciones, España ya piensa en el rendimiento que puede sacar a la reanudación de contactos. Margallo recordó el importante sacrificio que supuso para la economía española renunciar a comerciar con el régimen de los ayatolás, del que España importaba el 14% de sus necesidades energéticas antes de que se aprobaran las primeras sanciones.
Como muestra de esta nueva fase de entendimiento, el ministro destacó los encuentros que él y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, han mantenido con los líderes de la República Islámica; recordó que el vicepresidente iraní visitará Madrid en los próximos días; y anunció que es posible que él mismo viaje dentro de poco a Teherán. Cuando le preguntaron si estos contactos podrían conllevar algún tipo de beneficio económico para España, el ministro echó mano del refranero más antiguo. "A por atún y a ver al duque", respondió.
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