El número dos del chavismo es ratificado como presidente del Parlamento
Diosdado Cabello presidirá la unicameral Asamblea Nacional durante 2014
La primera gran noticia política de cada año en Venezuela suele ser la elección de la terna que dirigirá la unicameral Asamblea Nacional. Esta ocasión no hubo grandes expectativas. El presidente Nicolás Maduro anunció antes de Navidad que el Partido Socialista Unido de Venezuela propondría al número dos, Diosdado Cabello, para que repitiera en la presidencia del Poder Legislativo. Sólo hubo una sorpresa: la oposición no presentó candidaturas alternativas a las del Gobierno. Ya parecen resignados a la imposibilidad de formar parte de la directiva, porque el partido de gobierno y sus aliados se niegan a aceptar el principio de proporcionalidad de la representación parlamentaria. A la oposición le correspondería la primera vicepresidencia por el número de representantes que tiene.
Diosdado Cabello, número dos del chavismo, cumplió así con la formalidad secundado por sus dos vicepresidentes, Darío Vivas y Blanca Eekout, en medio de una sesión que devino en un espectáculo cursi. Cabello subió al podio escoltado por un cantante pop y actor de telenovelas, Roque Valero, dos deportistas y pidió ser juramentado por un integrante de “La parranda de San Pedro”, patrimonio cultural de la nación. Un hombre que llevaba el rostro pintado de negro, un sombrero de copa del mismo color y un pañuelo rojo fue el encargado de pronunciar las palabras de rigor. Era la primera aparición pública del año de Cabello con su grado de capitán, ascenso obtenido en diciembre gracias a una decisión de Maduro.
Poco antes la mayoría chavista dio una muestra de lo que le espera a sus contrarios en este año. Las intervenciones de los diputados opositores que tomaron la palabra –Omar Barboza y María Corina Machado- fueron interrumpidas por vivas y rechiflas lanzadas por la claque convocada para la ocasión, para quienes reservaron los palcos del hemiciclo. Para aquellos que siguieron el discurso por televisión era prácticamente imposible distinguir porque la televisora oficial del Parlamento, ANTV, bajaba el audio del micrófono de los opositores para que se escucharan las consignas. Una de ellas es todo un clásico de las concentraciones chavistas: “Chávez vive, la lucha sigue”.
El gesto supone para algunos entendidos la demostración –una más- de un poder arrogante que se siente en un momento ideal para profundizar la deriva autocrática de la llamada revolución bolivariana. La oposición está además en una etapa de reflexión sobre su destino como movimiento unido. Cabello no solo juró delante de la Constitución. Sobre el pódium estaba un ejemplar del “Plan de la patria”, el último programa de gobierno escrito por Hugo Chávez para el período que nunca pudo completar. Maduro y los suyos pretenden convertir en ley ese grupo de ideas sobre el papel del Estado y el sector privado y dialogar con los alcaldes de oposición electos en las pasadas elecciones de diciembre sólo bajo esos supuestos.
A pesar de todo ese avasallamiento la oposición dejó colar algunas ideas: que la bancada del gobierno “promovió maniobras judiciales” para allanar el fuero parlamentario de varios parlamentarios, que no había aprobado leyes “a favor del pueblo” durante el período anterior –una opinión que la prensa oficialista se apresuró a desmentir- y que la directiva había sido ratificada en La Habana hace quince días. Quienes se oponen al gobierno han advertido durante varios años que la estrecha relación forjada por el chavismo con Cuba es una nueva forma de colonialismo. En la gestión parlamentaria del año pasado, no obstante, ocurrieron dos hechos que difícilmente puedan ser superados por cualquier otra obra: la brutal golpiza del pasado 30 de abril en la que resultaron heridos de consideración dos parlamentarios opositores, y la cesión de poderes especiales a Maduro para que legislara durante un año contra la llamada “guerra económica”. En el razonamiento oficial “la burguesía parasitaria” ha sido la responsable del pésimo desempeño económico del año que recién acaba de terminar.
A su vez el chavismo aprovechó la ocasión para recordar el décimo mes de la muerte de Hugo Chávez, una idea muy presente durante todo el día en la programación de la televisora oficial Venezolana de Televisión. El discurso de estreno de Cabello apuntó en esa dirección. “A este soldado no lo podrán comprar jamás”, expresó. También anunció que este lunes serían recibidos por Maduro e invitó a sus colegas de la oposición para acompañarlo
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