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Cinco empleados de MSF están retenidos por un grupo armado en Siria

La organización dice que fueron apresados en el norte del país para "un supuesto interrogatorio" Los rehenes proceden de Bélgica, Dinamarca, Perú, Suecia y Suiza

Naiara Galarraga Gortázar
Milicianos del Estado Islámico de Irak y Siria desfilan en Tel Abyad, cerca de la frontera con Turquía, el jueves.
Milicianos del Estado Islámico de Irak y Siria desfilan en Tel Abyad, cerca de la frontera con Turquía, el jueves.STRINGER (REUTERS)

Aunque las vicisitudes que han padecido los trabajadores humanitarios desde que empezó la guerra civil en Siria no han tenido tanta repercusión mediática como las de los periodistas o los sacerdotes, este colectivo tampoco se ha librado de las consecuencias de la contienda. Los últimos han sido cinco empleados de Médicos Sin Fronteras (MSF) que fueron sacados por la fuerza de la vivienda que compartían en el norte de Siria el jueves por la noche.

Un grupo armado se los llevó con la intención de someterlos “a un supuesto interrogatorio”, según explicó la ONG en un sucinto comunicado. Horas después, MSF confirmó que los rehenes proceden de Bélgica, Dinamarca, Perú, Suecia y Suiza pero aprovechó para reiterar que “la discreción es extremadamente importante para la seguridad” de los afectados.

MSF aseguró desde el principio que “está en contacto con los principales implicados y con las familias de los empleados [retenidos]“. La organización se afanaba en contactar de nuevo con los cinco cooperantes.

La organización evitó precisar las tareas que desempeñan los cinco o cualquier detalle sobre el grupo que los retiene.

El hermetismo de la ONG fue total durante los 21 meses en que dos de sus empleadas españolas estuvieron cautivas en Somalia. Fueron liberadas en julio.

MSF opera seis hospitales y cuatro centros de salud en el norte de Siria. Y tiene unos 700 empleados entre locales y extranjeros, según una portavoz en Madrid.

Como todas las peticiones de MSF al régimen de El Asad para operar sobre el terreno han sido rechazadas, la ONG solo reparte ayuda humanitaria en las zonas controladas por los rebeldes. Pero en los últimos meses los yihadistas han ganado poder entre los alzados contra El Asad; ellos son los principales responsables de los raptos de extranjeros.

Los secuestros son un arma en alza en la guerra civil siria. Se ceban en los periodistas, pero también hay rehenes entre los trabajadores humanitarios: 21 empleados de la ONU estaban cautivos, según un recuento de noviembre pasado citado por Reuters.

Entre la treintena de reporteros que, según el Comité para la Protección de los Periodistas, están secuestrados hay tres españoles: Marc Marginedas, de El Periódico, rehén desde el 4 de septiembre; Javier Espinosa, de El Mundo, y el fotógrafo freelance Ricardo García Vilanova, que están cautivos desde el 16 de septiembre.

La guerra civil siria —que empezó en marzo de 2011 como un levantamiento popular y pacífico contra El Asad— ha causado una gravísima crisis humanitaria y el mayor éxodo de refugiados desde el de Ruanda hace dos décadas. Los refugiados que han huido de Siria son más de 2,3 millones. Un tercio de los 23 millones de sirios han tenido que abandonar sus hogares por la contienda si se suma a los desplazados que no han cruzado las fronteras.

Los más de 100.000 muertos incluyen 44 trabajadores humanitarios: 32 de la ONU y 12 de la Media Luna Roja.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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