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Feliz Navidad le desea… el Cartel del Golfo

Narcotraficantes mexicanos se videograban mientras reparten juguetes en poblaciones afectadas por la violencia

Luis Pablo Beauregard

Decenas de mujeres y niños forman una fila frente a una camioneta ‘pick-up’ a las afueras de un hospital. Hombres junto al vehículo reparten bolsas que contienen cenas calientes. “No quiero que se formen dos veces”, dice uno de ellos. En otro momento uno de estos personajes estira el brazo para entregar una caja con coches de juguete a una mujer. “Buenas, señora, que tenga feliz Navidad. De parte del Cartel del Golfo (CDG)”, dice. Estas escenas fueron grabadas el 24 de diciembre en las calles de Tampico, una ciudad a 400 kilómetros de la frontera con Estados Unidos (noroeste de México) y una de las localidades más importantes del estado de Tamaulipas, que desde 2005 se ha visto asolado por la violencia generada por la pugna entre las organizaciones criminales encargadas de introducir drogas al otro lado del río Bravo.

El video, que ha sido publicado en la página YouTube, fue grabado con desparpajo a media tarde en el exterior de dos hospitales del sector público y en las calles del centro de Tampico. Afuera de uno de los centros de salud un grupo de personas con las manos ocupadas por los presentes coreaban vítores a los delincuentes. “En la próxima cuadra vamos a regalar dinero por si se quieren formar”, dice un hombre a la gente que se acerca a una de las tres camionetas que recorrieron las rutas.

Las imágenes han sido retomadas por Valor por Tamaulipas (VxT), una red de vigilantes anónimos que publica en Facebook información sobre los Zetas y el Cartel del Golfo, las dos organizaciones criminales que operan en ese estado en el Golfo y que muchas veces publica reportes que los medios de comunicación, amedrentados por los capos, prefieren callarse. “Muchas de las personas que tomaron lo que estos personajes iban dando, no se percataban que quienes eran. Pero los que fueron a los puntos fijos se debieron de dar cuenta de que los que repartían llevaban armas”, dice el autor de VxT, que en febrero fue perseguido por narcotraficantes que ofrecían 50.000 dólares a quien aportara datos para su captura.

El Cartel del Golfo lleva disfrazando sus actividades de altruismo por más de una década. Es una de las más arraigadas tradiciones del grupo criminal. En 2005 los medios documentaban los festejos del 30 de abril (el día del festejo a los niños en México) organizados por el Zindicato Anónimo Altruista en Ciudad Acuña, Coahuila (norte de México). Hubo payasos, música y funciones de lucha libre además de juguetes y dulces para los infantes. Un año después el evento se repitió en Reynosa, una ciudad de Tamaulipas. Al final de los festejos dos tráileres cargados de regalos fueron descargados para repartir entre 17.000 asistentes. Los juguetes venían acompañados con una tarjeta que decía “La constancia, disciplina y esfuerzo son las bases del Éxito. Sigue estudiando para que seas un gran ejemplo. Feliz día del niño 2006, con todo mi afecto para el triunfador del mañana te desea tu amigo Osiel Cárdenas Guillén”. Hoy, Cárdenas Guillén, ex líder del Cartel del Golfo y uno de los más sanguinarios capos del narcotráfico mexicano se encuentra recluido en un penal de máxima seguridad de Colorado, Estados Unidos, donde estará hasta mayo de 2025.

Tamaulipas ha sido uno de los estados más golpeados por la violencia del narcotráfico desatada en su mayoría durante el sexenio de Felipe Calderón. Según datos de la organización México Evalúa el 85% de los homicidios que se registraron entre 2006 y 2012 en ese Estado se debieron a las pugnas entre el Cártel del Golfo y los Zetas, un grupo escindido de la organización que encabezó Osiel Cárdenas.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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