El Gobierno griego promete mano dura contra los neonazis
Multitudinario funeral del rapero asesinado por un militante de Aurora Dorada.- "La democracia es más fuerte que sus enemigos", asegura Samarás
Grecia lleva sufriendo desde hace meses un creciente número de incidentes violentos protagonizados por la extrema derecha, pero el asesinato de un rapero a manos de un militante neonazi de Aurora Dorada parece haberse convertido en un punto de inflexión para este vapuleado y conmocionado país.
"La democracia es más fuerte de lo que sus enemigos creen", señaló este jueves el primer ministro Antonis Samarás, quien apeló a la calma en un breve mensaje televisado emitido más de 24 horas después del asesinato. "El Gobierno no va a permitir que los descendientes de los nazis envenenen la vida social, cometan crímenes, intimiden y minen los fundamentos del país en el que nació la democracia", dijo.
El ministro del Orden Público, Nikos Dendias, envió al fiscal general una carta con acusaciones contra Aurora Dorada. "La actividad de Aurora Dorada mina la legalidad y es un peligro para el orden público y la seguridad interna del país", escribió el ministro quien, el miércoles, había anunciado cambios en el código penal sobre las definiciones de "organización criminal" y "banda armada". La pregunta que se hacen ahora muchos en Grecia es si finalmente se ha llegado a un punto de no retorno en la respuesta contra el auge de la ultraderecha en el país. "Hay gran expectación en la sociedad acerca esto. No sé si será así, pero las expectativas van en esa dirección", contesta Dimitris Christopoulos, profesor de Ciencia Política en la Universidad Panteion de Atenas. "La respuesta del Gobierno ha sido más contundente esta vez, sí. Pero tenemos razones para dudar. Porque por un lado están las declaraciones de Samarás y por el otro la de su asesor Chrysanthos Lazaridis que hace paralelismos entre Syriza y Aurora Dorada. Hay una parte del partido que cree que cuanto más se radicalice Aurora Dorada más votantes les abandonarán y volverán a Nueva Democracia".
Lo que sí es cierto es que tanto las declaraciones como los primeros pasos del Ejecutivo parecen lejos de la débil respuesta dada en otros casos de violencia en los que también se ha vinculado a neonazis. "Estamos contentos de la reacción pero ¿por qué se ha tenido que esperar la muerte de un conocido rapero para reaccionar? Hemos documentado decenas de ataques contra extranjeros y la respuesta fue muy blanda. Habíamos avisado de que si dejaban que este tipo de violencia contra los inmigrantes quedara impune esto se propagaría al resto de la sociedad", comenta Eva Cossé, investigadora de Human Rights Watch y autora de numerosos informes sobre los actos de violencia racista en Grecia.
No todos confían en que las cosas cambien. "No creo que el Gobierno haga nada", dice Petros Pountidis. Tiene 33 años, uno menos que el músico asesinato Pavlos Fyssas al que conocía desde que eran adolescentes. Fue a su funeral este jueves, un multitudinario acto en el que se corearon eslóganes antifascistas. "Pavlos no militaba en partidos pero era conocido por ser antifascista", asegura Pountidis.
Él mismo fue testigo de uno de los últimos episodios de violencia atribuido a militantes del partido neonazi. Su padre es uno de los nueve heridos del ataque contra un grupo de miembros del Partido comunista Griego que estaban pegando carteles y pegatinas en el suburbio obrero de Perama, en el Pireo. "Son como una mafia, actúan como un grupo criminal", dice Pountidis. A la pregunta si tiene miedo, contesta: "Siempre. Pavlos, en cambio, no se preocupaba. Antes iban a por los inmigrantes, luego a por los comunistas y ahora a por todos los que hablen en contra del fascismo".
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