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Un piloto automático para Europa

Lluís Bassets

Cuanto más rica y decisiva, más silenciosa y discreta. Como los buenos burgueses europeos de antaño. Así aparece Alemania en vísperas de unas elecciones que todos juzgan trascendentales, pero no levantan pasiones ni entre los alemanes que irán a votar ni entre los europeos que se sienten afectados en sus economías y, por tanto, en sus vidas por el Gobierno de Berlín.

Todo lo contrario de una elección presidencial en Estados Unidos o en Francia. Los dos principales candidatos, la canciller Angela Merkel y el exministro de Finanzas socialdemócrata Peer Steinbrück, son lo más alejado que pueda haber de unos candidatos mediáticos, como lo están sus campañas respecto a la política espectáculo.

La disyuntiva no es entre derecha e izquierda, sino entre los socios de coalición capaces de completar una mayoría conservadora, que parece ya garantizada y por tercera vez bajo la batuta de la señora Merkel: o con los actuales liberales de la FDP, actualmente en el Gobierno como socios minoritarios, o con el SPD, que ya fue su socio entre 2005 y 2009; es decir, continuación o cambio, pero en segundo grado.

Hay más combinaciones teóricas, casi todas ellas impracticables, a menos de una rara sorpresa. Lo que se somete a elección solo es el énfasis, más liberal si sigue la actual fórmula, y ligeramente más socialdemócrata si regresa la gran coalicióncon el SPD, aunque ni siquiera entre los dos grandes partidos hay grandes diferencias en políticas económicas y europeas. Incluso en este último caso, poca aceleración se puede esperar respecto a la actual marcha cansina hacia la unión bancaria, los descartados eurobonos o los inexistentes estímulos al crecimiento, porque las divergencias que plantea el SPD, cuando las hay, son más bien vaporosas.

Alemania es el país más previsible de Europa. Gracias a su peso geoeconómico, de trágica historia cuando era geopolítico, ejerce un liderazgo reluctante que enfrenta a los europeos al vacío. Europa se está haciendo alemana, pero de una Alemania ensimismada que se desentiende de los europeos y sugiere que encarguemos el gobierno a un extraño piloto automático.

Comentarios

Vamos, que nos da igual quien salga elegido. Aunque pierda Merkel, sigue ganando la austeridad, solo que en vez de formar parte de la zona Merkel se pasará a llamar zona Steinbrück, lo mismo que pasamos de zona euro a zona cero. De crecimiento cero, quiero decir.
Entre 1939 y 1945 Alemania enarbolaba la bandera de la guerra política. Y en este período enarbola la bandera de la guerra económica. La Orden Teutónica sigue en pie para controlar a toda Europa, antes con las armas y ahora con el dinero. No aprenden las lecciones de la historia...
Personalmente, pienso que en la mente de los ciudadanos del sur de Europa debe inculcarse la exigencia de eficacia en la gestión gubernamental a sus políticos a los que han elegido y a quienes han entregado las riendas de sus respectivas naciones - de esa responsabilidad, no se debió ni debería salvarse, ninguno - se les debería pedir responsabilidades por todo lo mal que han administrado sus países, hasta el punto de llevarlos al borde de la ruina económica - y, por añadidura, por qué no decirlo - por sus 'malas prácticas', corrupción incluida. La deuda pública española alcanza máximos históricos: 92,2% de su PIB. El Eurogrupo ha dado aviso de que, si España no cumple con el objetivo de déficit del 6,5% en el 2013 - la Eurozona en noviembre decidirá prorrogar del rescate a su sector bancario.
Alemania quiere seguir el ejemplo de Suiza....que por otra parte es la base del proyecto europeo, sobre todo de la Europa de las Regiones. Paz y Comercio.
Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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